CAPITULO I.
El Archipiélago antillano.—Su división geológica.—Banda Norte.—Banda Este.—La corriente ecuatorial.—Opinión de Snider y Valdés Aguirre respecto á que la América estuvo adherida al Viejo Mundo.—Opinión de Humbold sobre la formación del globo.—Las grandes Antillas han estado unidas al Continente americano.—Pruebas geológicas.—Pruebas paleontológicas.—Cia, Poey y Fernández de Castro.—El futuro Continente Antillano.
La isla de Puerto Rico corresponde al Archipiélago de las Antillas; á este hermoso grupo de islas, las más privilegiadas del mundo, que enclavadas entre los dos Continentes americanos y arrulladas por las azules ondas del Mediterráneo Colombino, se extienden en semi-círculo, desde las anchas desembocaduras del Orinoco hasta frente al cabo Catoche. El Archipiélago antillano se acerca por las islas Lucayas á la península de la Florida, por las islas de Sotavento y Trinidad á las costas de Venezuela y por la isla de Cuba á la península de Yucatán. Casi en medio de esta gran cadena comba se destaca nuestra isla, entre los 17 y 18 grados de latitud Norte y los 59 y 61 grados de longitud Oeste, del meridiano de San Fernando.
La costa septentrional de la América del Sur describe una línea curva, que completada por otra línea que traza el Sur de las Antillas, da lugar á la formación de una gran hoya, de forma elíptica, donde agita sus aguas el mar Caribe, mar de las Antillas ó Mediterráneo Colombino. Este mar está cerrado al S. S. O., mientras que al N. y E. está abierto por una multitud de canales, que separan entre sí las antillanas islas, las que, de diferente tamaño, forman dos bandas distintas: una al Norte y otra al Este.
La banda de islas al Norte está formada de islasestratificadas: constituidas por rocas eruptivas antiguas, acompañadas de depósitos sedimentarios de diversas edades, desde el terreno silicoso hasta los calcáreos, conchíferos y madrepóricos de época reciente, que se continúan por los arrecifes de las islas Lucayas. Comienza, en realidad, esta banda por un apéndice calcáreo en el pequeño grupo de San Martín y San Bartolomé, al cual suceden las islas Vírgenes; y por San Thomas, Vieques, Culebra sigue á Puerto Rico, Mona y Desecheo hasta las alturas delCibaoy pico delYaque, nudo central de la isla de Santo Domingo. Allí se bifurca: una rama continúa su dirección por la península haitiana, yendo por el cabo Tiburón en busca de lasMontañas Azulesde Jamaica; la otra rama se dirige al N. O. y vuelve á unir, bajo las aguas del mar, la isla de Santo Domingo, por el cabo de San Nicolás y y cabo Maisí, á la isla de Cuba; la cual después de aproximarse á la punta de la Florida se inclina hacia Yucatán. LaSierra Maestra, desde caboCruz á Santiago de Cuba, tiene una dirección casi paralela á los ejes de Santo Domingo y Puerto Rico: así como el ramal que desde elCibaose dirige al cabo Tiburón, en la dominicana isla, corresponde con el cortado é interrumpido de lasMontañas Azulesde Jamáica. Por lo que es de suponer sean de una misma época geológica, pues, según Elie de Beaumont, las cadenas de montañas paralelas en su dirección son generalmente de igual edad. Parece que elContinente Antillanotuvo por nudo y trabazón de estas cordilleras el gran triángulo oriental de Cuba; laSierra Maestra, según Humbold, Lasagra y Latorre; y laSierra Haitiana, según Schomburgk, Poey y Pichardo.
La banda Este del Archipiélago antillano está formada de una hilera doble de pequeñas islas, que se llaman las islas deBarloventoy deSotavento. Las primeras están comprendidas entre el cabo Paria y la isla de Puerto Rico; las segundas están situadas á lo largo deCosta Firme, desde el golfo de Cariaco al golfo de Maracaibo. La primera hilera, con un poco que nos fijemos en un mapa de las Antillas, se verá que se desdobla á su vez y comprende una docena de pequeñas islas volcánicas, formando dos alineamientos, que vienen á cortarse en la Martinica, bajo un ángulo muy obtuso, lo que da al conjunto el aspecto de Una curva, cuya convexidad mira al Atlántico; y otra segunda línea de islas, colocadas con menos regularidad, casi exclusivamente compuestas de calcáreo moderno, y en el número de las cuales debe contarse la isla de Trinidad, que marca la unión de las islas calcáreas alContinente Sud-americano; y la Barbadas,[1]arrojada 60 millas de las otras, en pleno Atlántico. Estas islas constituyen una cadena exterior, que al primer golpe de vista, parece no tienen ninguna relación con la hilera anterior; pero un examen atento demuestra, que estas dos cadenas se tocan y que la isla de Guadalupe es el punto de encuentro. La Guadalupe es, en efecto, la única de estas islas, donde se encuentra una isla calcárea unida á una isla volcánica.[2]Todas las islas, que preceden de S. á N.—Granada, San Vicente, Santa Lucía, Martinica y Domínica—son exclusivamente volcánicas, sin trazas importantes de depósitos calcáreos. Después de Guadalupe la cadena se desdobla y se continúa, de un lado, por las islas de San Cristóbal, Monserrate y Santa Cruz, con las grandes Antillas; y del otro, por las islas planas y calcáreas de Antigua, Nieves, etc., á las Lucayas y á la península de la Florida donde termina su evolución geonósica[3]. De manera, que podemos considerar, que hacia el golfo de Paria una cadena de montañas primitivas de la América del Sur se hunde bajo el mar á una cierta profundidad y se prolonga horizontalmente hasta el grado 18 de latitud N., y que sobre este prolongamiento submarino se han producido levantamientos formados de capas de terrenos de diferentescaracteres, lo que indica pertenecen á épocas diversas, pero no muy lejanas: éstas son las islas calcáreas deBarlovento; y, posteriormente, siguiendo una línea casi regular, que sirva de limiteen este sentido al Mar Caribe, se ha hecho un trabajo eruptivo, del cual los centros, tan pronto aislados, tan pronto dispuestos por grupos, han dado nacimiento á la serie de islas llamadas volcánicas.[4]
La línea montañosa de las Antillas debe ser considerada como la cresta, apenas elevada en sus puntos culminantes, de una cadena de montañas, que inclinada en pendiente muy dulce hacia el litoral americano se sumerje bruscamente, al contrario, hacia la depresión atlántica.
La gran corriente ecuatorial penetra en el mar de las Antillas por los canales, que dejan entre sí las islas, cuyos canales tienen menos extensión que las tierras que separan. Según Maury, el célebre director del Observatorio de Washington, la profundidad de estos canales no pasa de mil brazas (1,830 metros): é igual sucede con los mayores sondajes del Golfo de Méjico. En cambio, según el mismo Maury, frente á las islas Lucayas, Puerto Rico y las pequeñas islas de Barlovento tenemos una profundidad, en el Atlántico, de 2, 3 y 4 mil brazas, á medida que penetramos mar á fuera; y entre las islas Bermudas y el Banco de Terranova está la mayor profundidad, que rebasa de 4 mil brazas (17,320 metros).[5]
La corriente ecuatorial penetra, atravesando elMar Caribe, hasta el fondo del Golfo Mejicano y remonta, en seguida, hacia el N. por el canal de Bahama. Las potencias reunidas de esta corriente y de los alisios del E., ejerciéndose en sentido inverso del movimiento rotatorio de nuestro planeta, explican muchos de los caracteres físicos de estas tierras, principalmente la estrechez de las grandes Antillas de N. á S., sobre todo la de la isla de Cuba, en cambio de sus prolongamientos de E. á O.
Mr. Snider[6]opina, que con el mapa á la vista, tenemos la prueba de que la América se separó del antiguo mundo, y de que toda su extensión corresponde perfectamente á la parte O. de las costas de Europa y Africa. Si la correspondencia es más visible á partir de los 30 gr. latitud N. hasta el cabo de Magallanes, es porque el espacio ó mar, que separa los dos Continentes, está menos sembrado de islas diseminadas á causa del cataclismo. La proyección formada por las Islas Británicas corresponde á la amplia entrada de la Bahía de Baffin. La prominencia de la costa americana en New-founland á la Bahía de Vizcaya. La parte saliente del Africa, desde el Cabo Verde hasta el Sur de Liberia, entraría muy bien en el mar de las Antillas y Golfo Mejicano. Por el contrario, la parte saliente del Brasil corresponde al golfo de Guinea en Africa, en el que se acomodaría perfectamente. Don Fernando Valdés y Aguirre, catedrático de la Universidad de la Habana,[7]tenía igual opinión que Snider.[8]Heer, en suFlora tertiaria Hervetia, hace verla analogía que existe entre la Flora de los Estados Unidos y lamiocenade la Europa central. Mr. Conrad ha demostrado la identidad específica de las conchas terciarias de la América del Norte en las capas análogas de Francia. Unger ha descubierto, en el estudio de las floras fósiles del antiguo y nuevo mundo las mismas semejanzas. Pomel, Aymard y otros zoólogos manifiestan lo mismo respecto á ciertos vertebrados, especialmente al Mastodonte. En los lignitos del cabo Mondego (costa occidental de Portugal) las investigaciones del eminente geólogo portugués Carlos Ribeiro han descubierto la existencia de toda una flora americana.[9]Es de creer, pues, que esta unión ó comunicación existió para la época terciaria. Sin que aceptemos laAtlántida, creación imaginaria de Platón, como los viajes astronómicos de Cyrano de Bergerac y las aventuras modernas de Julio Verne.[10]Las islas Canarias, son de moderna creación volcánica y no los restos de las antiguas tierras, que unieron á Europa con América.
Según Humbold,[11]la tierra no se ha formado de un solo impulso, y su aparecimiento es debido á grandes fuerzas subterráneas, que arrancando de la primera época de los terrenos paleozóicos siguió los períodos de su formación hasta los terrenos terciarios; y, poco á poco, después de una prolongada serie de levantamientos y hundimientos sucesivos, ha llegado á completarse por la aglutinación de pequeñoscontinentes, hasta entonces aislados, para finalmente presentar el aspecto actual.
Las grandes Antillas han estado unidas al Continente vecino. La geognosia y la paleontología lo comprueban. Una formación sedimentaria, depositándose siempre en capas más ó menos horizontales, no puede aparecer enestratosinclinados sino á consecuencia de dislocaciones, posteriores á su depósito. Una cadena de montañas es, como línea de relieve, más joven que las capas que ella ha levantado, y más antigua que las que han venido después á apoyarse horizontalmente contra sus flancos.
Es indudable que las partes de la tierra correspondientes á las grandes Antillas han formado todas ellas un cuerpo unido al Continente Americano; especialmente, cuando la corteza del globo gozaba de una movilidad más ó menos grande. Llegada la época de las primeras dislocaciones, pues la Geología reconoce varias, aunque dos principales á causa de su generalidad, surgió en la zona correspondiente á las grandes Antillas una línea de relieve, esbozándose en ese período, las montañas antillanas, hacia los tiempos secundario y terciario.
Sabido es, que las lluvias de agua caliente, que caían en la época primitiva sobre los picos montañosos y las agujas graníticas del globo, y también los torrentes que se precipitaban á lo largo de sus flancos en los valles, desprendían los diversos silicatos, cuyos despojos terminaron por formar inmensos bancos de arcilla y de arena cuarzosa, que fueron los primeros terrenos modificados por la acción del aire y de las aguas, y los primeros sedimentos depositadospor el mar. Por otra parte, por las fisuras de la corteza del globo, hacia el períododevoniano[12]de la época detransición, se escapaban las aguas hirvientes, teniendo en disolución bicarbonato de cal y, algunas veces, bicarbonato de magnesia. Estas aguas calcáreas, mezcladas al mar, lo cargaron de sales decal, que fueron depositándose poco á poco, y, desde este período en adelante, formando losterrenos calcáreos.
Ahora bien, las montañas antillanas, surgiendo del fondo de los mares y elevando los terrenos sedimentosos, no son exclusivamente graníticas, sino compuestas también de rocasesquistosas, que estaban depositadas en las aguas, y las fisuras que se formaron en la costra térrea al verificarse esta primera dislocación, se llenaron de granito y de compuestos metálicos diversos como oro, cobre, hierro, etc. A la segunda época de las dislocaciones del globo, que podemos referir al fin deleócenoy principio delplióceno, se acentuaron estas montañas antillanas, encontrando alguna resistencia en su dirección, ya debida al primer levantamiento granítico ó á los grandes sedimentos; y por lo tanto, sufrieron alguna variación en su gran eje. Según el ingeniero español don Policarpo Cia[13]lasSierras de NajazayChorrilloen Cuba, no son sino restos de otras masas mayores. Y, en Santo Domingo, el monteTina, al S. E. del pico deYaque, y al cualSchomburgk atribuye mayor altura que á este último, no corresponde directamente á la cordillera central delCibao. Después, en los tiempos en que se redondeaba el actual Continente europeo y concluían de levantarse las cadenas de los Apeninos en Europa y de los Andes en América se destrozó el que nosotros llamamosContinente Antillano. A este gran levantamiento para constituir los Andes corresponde el hundimiento de parte de la cadena antillana y la creación de las islas colombinas, viniendo luego la caliza, los aluviones y los bancos madrepóricos á dar la forma que caracteriza actualmente á las grandes islas de nuestro Archipiélago.
La Geología nos induce á creer en esta unión de las grandes Antillas al Continente. En la Jamaica existe un calcáreo conchífero de color claro cuya fauna presenta una semejanza sorprendente con la creta de Gosau.[14]
La presencia de estos políperos cretáceos sobre el borde occidental del Atlántico autoriza la suposición, que, en esa época, la Europa debía estar unida á la América, ya por una cadena de islas ya por un continente, ocupando el sitio del Atlántico Norte.[15]Eloligocenode la vertiente atlántica de los Estados Unidos está formado por el calcáreoVicksburg, rico en numulitas y en orbitolitas (orbitoides Mantelli) y forman la edadorbitoicade Heilpin. El calcáreo de orbitoides Mantelli se encuentra en las Antillas y la gran analogía de los yacimientosoligocenosde estas islas, con los de Vicenti y Malta,da á suponer que, en esta época una costa continuada ó una cadena de islas unía á la América con la Europa.[16]
Por la Paleontología sabemos hoy, que en el períodopost-terciario, continuaban unidas aún las grandes Antillas al Continente Americano, en virtud de los restos fósiles de animales de esa misma época hallados en Cuba y Santo Domingo. En Puerto Rico se han encontrado ya laslenguas petrificadas, que fueron los primeros hallazgos en Cuba. Es de creer, que para los tiempos de esa unión la tierra desde el Ecuador á las dos extremidades del eje del globo formaba una especie de pradera sin límites, y una inmensa alfombra de verdura cubría, por todas partes, su superficie.[17]Pastos tan abundantes eran necesarios para proveer al entretenimiento de esta prodigiosa multitud de herbívoros de gran talla, cuyas osamentas gigantescas admiramos, gracia á la paciente y sabia labor del gran Cuvier.[18]
Los fósiles recogidos por el señor Cia, en San Lázaro, cerca de la Habana, y en las calizas terrosas de Jaruco, consistentes en dientes antidiluvianos delCarcharodon megalodon, Ag., denominados por el vulgolenguas petrificadas,[19]y los hallazgos del sabio naturalista don Felipe Poey y del ingeniero don Manuel Fernández de Castro[20], que en laMajagua(Unión), enBainoa(Jaruco) y enCiego Montero(Cienfuegos) han encontrado fósiles de mamíferos, dientes molares delEquus, contemporáneo del Megaterio, colmillos delHipopotamus major, y la quijada inferior de un Edente, el Miomorphus,[21]comprueban “que el territorio cubano formó parte de dicho continente, cuando se encuentran en su suelo tan perfectamente conservados los restos de los hipopótamos y de los edentados, que vivieron en la última época de los terrenos terciarios, según unos, y en la cuaternaria ópost-pliocena, según otros.”[22]
En el período post-plioceno,[23]vino, pues, el desgarre y rotura del Continente Antillano, su fraccionamiento, y la creación del Golfo de Méjico y del Mar de las Antillas, con la formación delGulfstream. La corriente ecuatorial debió influir poderosamente en las temperaturas del Continente europeo, porque á su salida del canal de la Florida marcha con una velocidad de 2 metros 57 centímetros por segundo, y arroja en medio de un mar, cuya temperatura no es más que de 18 grados, aguas calientes de 25. Hoy día ejerce este tibio río submarino sobre el clima de la Europa septentrional una bienhechora influencia, debida casi toda á las circunstancias geográficas del Mediterráneo Colombino, lo que sin duda no ha existido siempre y está expuesto á desaparecer el día en que las islas antillanas formen una cadena de montañas, continuada con la costa americana[24]
La vida submarina en el Mar de las Antillas y en el Golfo de Méjico presenta una riqueza zoológica tan extraordinaria y una abundancia de depósitos calcáreos tan acentuada, que probablemente en futuros siglos se constituirá de nuevo elContinente Antillano. De 1877 á 1879 se recogieron en estas aguas, á 3500 metros de profundidad, 214 especies de crustaceos, de los cuales 134 eran nuevos para la ciencia.[25]Es verdaderamente prodigiosa la abundancia de organismos en las aguas de esta zona tropical. Rindiendo Mr. Murray cuenta del resultado del cruceroChallengerha hecho notar, que si los organismos son tan numerosos en las cien primeras brazas como en la vecindad inmediata de la superficie, se puede estimar en seis toneladas la cantidad de carbonato de cal contenido por cada kilómetro cuadrado de esta zona, bajo la forma de carapachos calcáreos de organismos. Estos seres inferiores, cuando mueren, caen en lluvia contínua al fondo, donde su materia orgánica sirve de alimento á animales más superiores. Datos científicos, que están en consonancia con los de Agassiz[26], que asevera, que á las corrientes calientes de la superficie corresponde una rica fauna en la profundidad, y que en ninguna parte este resultado se marca mejor que en los citados mares, antillano y mejicano, entre dos mil á cinco mil metros, por debajo de la superficie.
Ahora bien, cuando el agua del mar contiene en suspensión una suficiente cantidad de sales calcáreas,la evaporación rápida, á la cual está sometida sobre ciertas playas, es suficiente para determinar la precipitación del carbonato de cal, que sirve, entonces, de cemento para aglutinar los fragmentos de arena á los despojos de conchas. Estos son los fenómenos de aglutinación por las aguas marinas. En el Mar Caribe el fenómeno de la formación contemporánea de piedras se produce ampliamente,bajo la acción del sol, que lleva la temperatura del agua del mar, en la superficie, hasta los 32 grados. La toba de la isla de Guadalupe, célebre por el esqueleto de un caribe, que allí se encontró, pertenece á esta formación.[27]Cuando Humbold recorrió la costa que se encuentra en Cuba desde Batabanó á Cienfuegos, hablando de estos hacinamientoscalizos[28]dice: “Por la sonda se ve, que son rocas que se levantan precipitadamente sobre un fondo de 20 á 30 brazas. Unas se hallan á flor de agua y otras exceden de la superficie un cuarto á un quinto de toesa.” Lo mismo ocurre en diferentes puntos de las costas de Santo Domingo[29]y Puerto Rico.
Con tal acumulación de productos calcáreos en el Mediterráneo Colombino se va levantando lentamente el suelo, y formándose esos inmensos bancos madrepóricos en torno de las Antillas, que hoycayos, y mañanaisletaséislones, servirán como intermediarios para entorpecer primero, y desviardespués, la corriente ecuatorial: y encauzándola probablemente por dos grandes canales, unir en siglos venideros, las islas entre sí y formar de nuevo el Continente Antillano.