CAPITULO XI.

CAPITULO XI.

Estudio de la oración dominical en el lenguaje de algunas tribus indígenas.—Pérdida de la traducción en el lenguaje indo-antillano.—Elpadre nuestroen caribe continental, conservado por el venezolano Figuera Montes de Oca.—La misma oración conservada en caribe insular por el padre Raymond Breton.—Recopilación de la traducción delpadre nuestroen lenguas indo-venezolanas por Arístides Rojas.—La oración dominical entupí-guaraní.—La misma, en el lenguaje actual de losarhuacosde la Sierra Nevada de Santa Marta, de Colombia, recogida por el presbítero Celedón.—Un esfuerzo de construcción de una plegaria religiosa en lenguaje indo-antillano, para que se note la harmonía y suavidad del idioma de los indios de las Antillas.

Sabemos que elpadre nuestrofué puesto en lenguas indígenas por los misioneros de las órdenes religiosas que vinieron á América. Indudablemente, que en el lenguaje indo-antillano fué trasladado también; supuesto que había la orden terminante de los Reyes, deadoctrinará los indios en la religión cristiana. Desde luego, que la traducción sería adaptándola á la imaginación pueril del indígena, para poderle dar una idea positiva de las nuevas creencias y poder dominar por completo su inteligencia. Este interesante trabajo, tal vez fué el primero en llevarlo á cabo fray Román Pane, ó alguno de sus dos acompañantes, el Bermejo ó Tisím. Nada hemos podido hallar sobre estas materias. No es de extrañar, cuando los cuadernos originales de losviajes del gran Almirante están perdidos ó traspapelados: y así mismo muchísimos documentos referentes á los primeros tiempos del Descubrimiento.

El erudito venezolano Figuera Montes de Oca ha conservado la traducción delpadre nuestroen el idioma caribe del Continente. Lo tomamos de Arístides Rojas.[253]En este trabajo nos llama la atención que Montes de Oca traducepadre, adaptandola palabra á la pronunciación fuerte del caribe continental, poniendo en lugar de laddost; pero conservando el mismo vocablo español. No vemos la razón de no traducirpadrecon la propia palabra caribeumú. El padre fray Matías Ruíz Blanco no titubea en trasladar encumanagotola idea de padre por la indígenapapue[254]; y el padre Breton en caribeinsulartraducenuestro padreporki-umue.[255]Nosotros, siguiendo á Lucien Adam[256], traduciríamosen caribe continentalnuestro padreporki-umú-e. He aquí el trabajo del señor Figuera Montes de Oca:

Pattre kiur hóima cap, saónte otuara adetunu, osconi nágno á nonor; íschanco íro-potomo. Póereta nagnoi cupaco coye, kíseme-péme nagnoi, yeberúlo kíseme-morate; moro-camapcú boni-mencaro-yabo. Capanosco-moro onozco-pásparo-yabo. Ameni.

TRADUCCIÓN.

En el primer fascículo de nuestroRepertorio Histórico de Puerto Rico[257]dimos á conocer la traducción de la oración dominical en caribe de las Antillas menores, tomada delPetit Catechismedel padre Raymond Breton. Este célebre misionero fué sub-prior del convento de hermanos predicadores de Blainville. En 1664 publicó el padre Breton, en Auxerre, este interesante trabajo, con otras oraciones, en lengua caribe insular, para el uso de los reverendos padres, que se dedicaban en las islas de Barlovento á la conversión de los indios. Esta labor lenguística fué llevada á cabo por el activo misionero en la isla Domínica. El entendido catequista tuvo que adaptar la pronunciación caribe al sistema ortográfico francés. Para la pronunciación de lau, tal como la pronunciamos en español, escribeou. Para el sonido de nuestraeabierta, poneeu. Lallvale porl. Lahdebe ser aspirada. Es de notar, comparando el idioma caribe continental con el insular, que donde aquellos usabanpyrlos de las islas cambiaban enbyl. Vamos á procurar adaptar la traducción del padre Breton á nuestra fonética, despojándola de la ortografía francesa.

Kiumúe titanyem ubécuyum, santiket ála eyéti; nembuila biubutúmali-bátali; maingaté-catú-thoatica ayéula tibuic mon ba cachi tibuic bali ubécu. Huerébali imébue bimále luágo lica huéyu coigne; royacatú-kia-bánum huénocaten hui-uine cachi roya-uábali nhiuine innocatitium uáone; aca ménepetonuahatica toróman tachauonnete buironi; irheu chibacaiketabáua tuária tulíbani. Han-han-catu.

El señor Arístides Rojas, ilustrado venezolano,[258]ha recopilado algunas traducciones en lenguas de los indígenas de Venezuela, tomadas de varios autores. De esta compilación, tomamos la oración dominicalentupí-guaraní, sometiéndola á algunas modificaciones en la anotación fonética. Héla aquí:

Orerúba ibapa ereibae, imboyerobiá ripiramó nederéra toycó; tunderecomabán gatúorébe; nederemínbotára tiyayé ibipe ibape y-yayeyabé; orerembiú ara naboguara emée coára pipeorebe; nedéng-iró orey-gangai pabaipé orebe maraharupé oregn-gir onungá haeorepo eyarimé; toremboá iméganoaipá orepithiró epecatú mebae pochi guí. Amen.

TRADUCCIÓN.

Del presbítero Rafael Celedón[259]tomamos elpadre nuestroen el lenguaje de losarhuacosque habitan en laSierra nevada de Santa Marta, de la república de Colombia. Indudablemente, que estos indígenas son descendientes de las grandes tribusaruacas, de las cuales hacemos descender nosotros á los indo-antillanos. La acción del tiempo, comoes natural, les ha dado idioma propio. Hé aquí dicha oración:

Nauijí játei nauiendi cuéin nialáu; jankiyeile mijí acanijoca; nacua násan mijí jugucuí; mijí aluna jankibein gauanguá eikiga niguinuí narjlao nauiendi; naují gacuei nuijín nuijín ijecáuanásan kaij-ga; ainkí ijcabéita násan naují gajacuéin, eikiga narjlao násan ijcabeiki niguancalau nauijí masacacuéin, ainkí masjabalali ipeinane násan tainé; guajalicó acalegauá násan shanei. Asein.

Vamos ahora á intentar, á título de trabajo imaginativo linguístico, la formación de una plegaria religiosa, como si dijéramos, de una oración dominical indo-antillano, que, aunque diste mucho de la realidad de la que probablemente hubiere existido, nos trae á la mente el dulce acento de aquel desgraciado pueblo. Utilizamos, desde luego, las palabras que se conservan del extinguido lenguaje indo-antillano.

He aquí dicha plegaria:

Guakía baba, turey toca, guamíkení guamí-caraya-güey, guarico-guakía tayno-tí-bo-matún; bu-sicá para yucabia-aje-cazabí, juracán-uá, maboya-uá, yukiyú-ján, diosá naborí-daca. Jan-jan-catú.


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