VII
Beneficencia.—Hospital aleman.—Bellevue Blackwell.—Otros establecimientos.—Asilo de ciegos.—Particularidades.—El humbug.—Humbug político.—Oradores.—Farsas políticas.—Prestidigitacion.
Cuando entre nosotros se conceptúa de caritativa una persona, de esas que son el consuelo y el encanto de la humanidad, que debe á Dios un corazon puro, propenso á enjugar las lágrimas del infortunio, y nos interiorizamos en la vida de esa persona, vemos su afan por seguir al huérfano y la viuda, distinguimos á su puerta enjambres de mendigos, y el dia de su muerte, un número determinado de ancianos desvalidos, de jóvenes sin amparo, tienen un testimonio de su munificencia.
Pocos individuos, como el Dr. D. Pedro López, el Obispo Alcalde Lorenzana, el capitan Zúñiga, la Sra. Béistegui,D. Luis de Haro, piensan en fundaciones de carácter perpétuo y colectivo.
Es característico y altamente honroso para los filántropos americanos, que muchas de sus grandes donaciones, de sus limosnas cuantiosísimas, de sus actos sublimes de desprendimiento y caridad, se hayan hecho estando vivos, en la plenitud de sus goces y aun en medio de sus placeres los bienhechores, como veremos á Girard, como hemos mencionado á Cooper, como hemos dado á conocer á Peabodi: hay en esta manera de ejercer el bien, mucho de noble, de espontáneo y generoso.
¡Qué contraste con esas donaciones por presion á la hora de la muerte, cuando se parece el bien mismo á la restitucion, cuando da el agonizante sus desechos, lo que no le puede servir!
¿Y cuando la sustitucion es hija de la presion sobre la conciencia, y cuando aparece la caridad como en un concurso de acreedores, entre las restituciones, los aprovechamientos del clero y las gestiones de los deudos ávidos?
Parece que estos filántropos, en medio de un festin, alargan su copa de oro rebosante en licores deliciosos, á los que tienen sed, llamándolos al convite de la vida.
Parece que la risa y el contento de los hijos y el amor de sus hermosas, quieren que se complete con la ventura de los que lloran y con la redencion de los que han dado sus primeros pasos en el vicio.
La riqueza, léjos de provocar el celo, léjos de ser motivo de envidia, es el bien y la esperanza. El concierto de los beneficiados por el poderoso, es la santa glorificacion del trabajo, en su expresion más tierna y sublime.
Yo conozco en México ricos mucho ménos estimables y útiles á la humanidad, que los caballos que tiran de sus carruajes, y sin embargo, son árbitros, cuando quieren, de aquella sociedad desventurada.... Los hay enjalmables, se lo puedo probar á vdes. con datos fehacientes. Hay muy honrosas excepciones; pero ¡qué contados merecen lo que tienen!
En este país, el mismo hombre que lanza de su puerta á un desventurado que le pide pan, se alista como bombero y prodiga su existencia por salvar de las llamas á un niño, se deshace de millones para una biblioteca, para las escuelas, para que se lleve á cabo una mejora trascendental.
En todo lo que á todos pertenece toman parte todos, y de ahí las restricciones del Gobierno y la accion poderosa de la libertad.
El Gobierno que lo absorbe todo y cria al fin la creencia de que todo tiene que nacer y todo se debe esperar del Gobierno, no se conoce aquí: cada individuo cria fé en sí mismo desde la niñez.
En muchas instituciones se ve que el Gobierno tiene participio, que sobrevigila, pero como que se desprende de funciones no estrictamente conexas con él, y entónces la asociacion constituye en centros independientes de accion, los ramos más trascendentales para la sociedad.
De principios tan sencillos, tan sanos y tan de acuerdo con la ciencia económica, ha nacido la organizacion de los establecimientos de caridad, que con tanta justicia son motivo de la admiracion y de las profundas simpatías de los viajeros.
Una administracion privativa, fondos que se acrecen con dádivas privadas, division en comisiones para la especial atencion de cada ramo y la publicidad como suprema garantía, hé allí los elementos que han llevado á tan alto grado de esplendor la caridad.
Parece que en las atenciones que dispensa nuestro modo de obrar, hay más amor que dulcifica más las costumbres, que conduce á contacto más cariñoso la alianza entre la bondad y el infortunio; pero infecundo ese sistema, socorre, no regenera; acude á un conflicto, no prevee á un futuro de bien.
En el otro sistema parece que no existe la caridad; se cree que impera la beneficencia; como que se desprende un rico de todo cuidado dando su dinero, y de ahí cierta frialdad, cierto indiferentismo que pudiera ser una faz del egoismo; pero evidentemente tal sistema es más previsor y fecundo, se presta ménos á la jactancia, hace el bien con verdadera inteligencia, y la caridad debe ser entendida y sagaz.
La caridad, si fuese una pasion ciega, llegaria á hacerse la fomentadora del vicio y la antagonista del trabajo.
La concurrencia de las diferentes religiones purificándolas, las convierte en más y más aptas para el bien; ellas concurren á esta tarea, y al tratarse del enfermo que padece, del niño que se educa, del sordo-mudo y del ciego, se encuentran en un solo camino todas las nobles aspiraciones, congregando á los espíritus en el sentimiento del amor.
Abruma realmente el estudio de las instituciones de beneficencia; por todas partes se hallan, y cada vez parece más sagaz y más noble la aspiracion de amparar la desgracia.
Numerosísimos son los establecimientos mencionados por el Sr. Bachiller en su preciosa Guía:
Hospital aleman: Recibe enfermos de todas las creencias y nacionalidades, y pensionistas que pagan siete pesos al mes.
Asilos para ancianas de más de sesenta años.
Hospital de Bellevue, en que hay cátedras de medicina.
En la Isla de Blackwell:
El Hospital (Alms), la Casa de locos y la Casa de trabajo.
Casa industrial de las cinco puntas.
Beneficencia para las personas de color.
Hogar de desamparados.
Asilo de huérfanos católicos romanos.
Asilo de huérfanos de Leake y Watts.
Casa de niños vagabundos.
Hospital de emigrados.
Asilo de huérfanos.
Asilo de huérfanos de color.
Huérfanos hebreos.
Asilo de dementes.
Asilo de San José.
Asilo para la Juventud.
Casa de hospedaje para niños vendedores de periódicos.
Lactancia (institucion como la cuna).
San Lúcas.
La Magdalena (para mujeres arrepentidas).
El Monte Sinaí.
Asilo de la Union.
Isaac T. Hopper Home.
Asilo de huérfanos.
Casa de Refugio.
Sordo-mudos.
San Vicente.
Hay además veinticinco boticas, llamadasdispensarios, en que se dan medicinas á los pobres y asisten médicos para consultas grátis.
El Informe anual de la administracion de estos establecimientos y los de correccion, difiere en cuanto á clasificaciones especiales; pero resulta que la administracion ha atendido y socorrido á 62,395, de los cuales asistieron á los hospitales poco más de dos mil.
CASA INDUSTRIAL DE CINCO PUNTAS.
CASA INDUSTRIAL DE CINCO PUNTAS.
CASA INDUSTRIAL DE CINCO PUNTAS.
Se necesitaria llenar muchas páginas para que se formara idea exacta del Informe (reporter), que tenemos á la vista y que nos está sirviendo de guía para nuestras observaciones.
Cada institucion, cada departamento de ella, da cuenta al superior del Estado que guarda su cometido, lo que se haobservado en la práctica y las mejoras que son conducentes. De esta manera, en lo más minucioso y recóndito puede fijarse la atencion y provocarse año por año importantes mejoras.
HOSPITAL DE EMIGRADOS (Ward's Island).
HOSPITAL DE EMIGRADOS (Ward's Island).
HOSPITAL DE EMIGRADOS (Ward's Island).
Preocupado con las ideas que despertó en mí el Informe de Caridad y Correccion, salí de mi hotel y llegué al Asilo de Ciegos, situado en la Novena Avenida, entre las calles 33 y 34.
El edificio está situado en el centro de un cuadro de verde césped, sembrado de árboles que brotan de la tersa superficie; así son en general los llamados parques, y la verdura de las plazas son alfombras de aterciopelado césped sombreadas por árboles: no lo que nosotros entendemos por jardin.
La fachada del edificio tiene puertas, torres, ojivas de pretensiones góticas; pero esta ventana intrusa en la arquitectura americana, es una enfermedad que desnaturaliza todo órden conocido de arquitectura.
La piedra es sombría, de ese gris oscuro que apénas tiene oportuna aplicacion en los sepulcros y en esas tumbas de vivos que se llaman prisiones.
En el enrejado que circuye el prado está un aviso prohibiendo la entrada y advirtiendo que será entregado á la policía el que traspase, sin permiso, aquellos límites; pero es el caso que el portero está en el interior del edificio y la situacion era crítica.
Venciendo dificultades y trámites, me presenté al director del establecimiento, jóven rubio, de patillas y bigote espesos, abundante pelo sobre la frente y aspecto más bien de capitan de caballería.
Esta primera impresion fué desmentida por la más refinada cultura, el saber y la modestia reunidas, y un espíritu de bondad generosa para con los ciegos, que empeñó al fin para con el jóven director mi sincera simpatía.
Yo sabia que la institucion para ciegos fué debida á la caridad de los Doctores Samuel Wool y Samuel Askely, que consiguieron su reconocimiento oficial en 1831 y se abrió al público en 1832.
La administracion consta de un presidente y comisionados para los distintos ramos de instruccion, en lectura, escritura, geografía, etc., música y talleres.
El presupuesto del establecimiento contiene la cifra de 118,616 66 de egresos, y de ingresos 126,803 35, figurando en los ingresos solo 42,494 46, como auxilio del Gobierno:la suma que equilibra el presupuesto se debe á la caridad de los particulares, entre los que figuran una persona dando 20,000 pesos y dos 10,000 cada una.
Se da educacion en el establecimiento á 200 niños y niñas, situados en secciones ó alas separadas del edificio, con escrupulosa independencia.
El señor Superintendente, que era quien nos mostraba el Instituto, nos hizo notar la ausencia de niños y niñas, porque se acababan de cerrar los cursos; pero insistió en darnos idea de la distribucion de labores y del sistema de enseñanza.
Cercano á la puerta, y en el arreglo más perfecto, está un almacen y en él expuestas las manufacturas de los ciegos, como bordados, canevás, tejidos de bolillos, y cosas análogas á la industria femenil; y cepillos, escobas, colchones y otros artefactos, que no exceden en perfeccion á los hechos en México en la Escuela de Ciegos. Esto no puede nunca considerarse como recurso, pero sí es un ingenioso motivo para excitar el ejercicio de la caridad.
Comenzamos entre esas ciudades de tablas que se llaman edificios, á hacer nuestra excursion por las cátedras y salas de estudios, que no ofrecieron para mí novedad alguna, porque el establecimiento de México dirigido por el Sr. D. Ignacio Trigueros, es magnífico.
En su hermoso despacho contiguo á una biblioteca propia para el establecimiento, nos detuvo nuestro guía, que es el Superintendente, como hemos dicho, y se llama William Vait.
Sentóse en su mesa y nos mostró varios libros.
—Vd. no puede figurarse, me dijo, todo lo que se adelanta en la lectura de los ciegos con que las letras sean angulosas como vd. ve. Las letras de gran tamaño, que son únicamente relieve de las letras comunes, sin duda complican más las sensaciones ó se presentan ménos conspicuas; el caso es que se nota gran diferencia en favor de las letras angulosas.
ASILO DE HUERFANOS HEBREOS.
ASILO DE HUERFANOS HEBREOS.
ASILO DE HUERFANOS HEBREOS.
A pesar de ese adelanto, este método produce solo un diez por ciento de niños aprovechados, aun de aquellos con quienes se tiene mayor asiduidad con la enseñanza. Hubo una época que para la escritura se usó de una tinta espesa como jalea; el niño en cada letra dejaba muy prominente la forma, pero el sistema quedó sin éxito.
Reflexionando yo, continuó el Sr. Vait, en todas estas dificultades y con reminiscencias de los antiguos métodos, medecidí por un alfabeto convencional de puntos, que hiciese muy sencillas las impresiones.
Para esto marqué dos líneas paralelas casi unidas, pero perceptibles al tacto de un ciego, y así planteé mi alfabeto.
HOSPITAL DEL MONTE SINAI.
HOSPITAL DEL MONTE SINAI.
HOSPITAL DEL MONTE SINAI.
Discurrí que en el inglés laey latentran lo ménos en un veinticinco por ciento de una peroracion cualquiera; pues bien, laty laese presentan en mi alfabeto, como vd. ve, con un solo punto, siendo laeen la primera línea, laten la segunda. Vea vd. el alfabeto:
El alfabeto así dispuesto, la lectura se hace á la vez que la escritura, procediéndose así.
Esto que tengo en la mano es un cuadrilongo compuesto de una lámina finísima de metal en que están las dos líneas muy marcadas como en una pauta. Este es un marco movible de esa lámina; en los bordes del marco corre esta faja con cuadritos, que es la guía del ciego.
Se interpone el papel entre la lámina y el marco, y se afianza convenientemente; se coloca el punzon en la mano del ciego, punzon romo para que forme los puntos, y escribe.... Vea vd. esta carta que recibí esta mañana de uno de mis discípulos. Vd. podria ensayarse.
En efecto, me ensayé y encontré facilísimo el sistema de Vait, que es el que se sigue en el establecimiento.
En la práctica de este sistema, sin desmentirse una sola vez, ha habido un ochenta ó noventa por ciento de discípulos aprovechados.
El volúmen de lo que se escribe es mucho menor, y permite que el discípulo estudie y lea libros que de otro modo no estarian á su alcance.
—Aquí tiene vd. un solo libro de la Biblia contenido en estos ocho gruesos volúmenes: el mismo libro por mi sistema está en un tomo. Ya vd. se figurará la diferencia del costo.
Para la numeracion, y sobre todo para la música, he seguido el mismo sistema con buenos resultados, como se lo prueban á vd. estos certificados de personas muy competentes.
El sistema de Vait está extraordinariamente generalizado, y por mi parte lo creo digno de estudio entre las personas que deseen el adelanto de establecimientos semejantes á este, que son honra de la humanidad.
Seguimos nuestro paseo, y en la cátedra de geografía ví que los mapas son de fracciones grandes de madera ó colocados en grandes círculos giratorios, de madera tambien, lo que facilita mucho el estudio.
El comedor que está en el centro del edificio es hermosísimo, puede llamarse de lujo, y en él están consultadas las comodidades y aun los gustos de los infelices ciegos.
Me parecieron en el comedor muy oportunos los manteles blancos de hule; éstos se conservan sumamente aseados, y su renovacion la hace una esponja húmeda á cada comida.
La cocina es de vapor; en el centro se hace uso de las sartenes y de las parrillas, y en grandes peroles de fierro se confeccionan los guisos, calentándose muchos peroles á la vez, por medio de las corrientes que parten del depósito del vapor.
En la seccion destinada á las niñas, se observa el mismo método que en la escuela de hombres.
El establecimiento del Sr. Vait es de los primeros del mundo, y este señor uno de los hombres dotados de más preciosas cualidades para su alto sacerdocio.
Cuando volví al hotel, hallé el cuarto de Iglesias con concurrencia desusada, puesto que él pasa el tiempo de todo punto aislado y leyendo constantemente dia y noche.
El departamento de Iglesias consta de dos cuartos; uno de ellos habita su hijo José María, el otro es el de Iglesias; libros por todas partes, su cama, lavamanos y ropero, un pequeño sofá lleno de periódicos. En el centro de la pieza una mesita con un juego de ajedrez.
Estaban al momento de mi llegada en la pieza, Jorge Hameken, Rocha, Gomez del Palacio y los señores de la casa. Corria fresco el buen humor, la gente hablaba delhumbugamericano. Uno le comparaba alcanardfrances; los otros á labolahabanera; quien alchascoy alborregomexicanos; pero aunque distintas las opiniones, se convenia unánimemente en conceder la primacía alhumbugamericano.
Elhumbugen una sociedad educada, calculadora, activa y en que dominael peso omnipotente, tiene que ser infinitamente flexible, revestir todas las formas, amoldarse á todos los gustos, iniciarse resuelto, proceder por sorpresa, llegar á la temeridad, apareciendo fácil y sencillo, y esto le da carácter fisionómico en esta sociedad.
En la política, elhumbugse calza el guante blanco, se almidona los puños, se peina de polvo y vuelve locos á franceses y japoneses, á austriacos y españoles, que condescienden con estas excentricidades de los yankees.
—En política, me decia J. J. Baz, que ha estudiado con sagacidad elhumbug, se manifiesta en toda su grandeza elhumbugen la eleccion presidencial.
Francisco, con la sencilla claridad que constituye una de las dotes de su elevado talento, me decia:
—Marcy, Ministro de la Guerra de uno de los presidentes más notables, formuló el juego electoral con estas notables palabras:Los despojos son de los vencedores. Traducido al idioma palaciego, quiere decir esto: "Los empleos corresponden á los que trabajan en la eleccion."
Favorece la especulacion poderosa que aquellas palabrascrian, el artículo constitucional que da facultad al Presidente de remover y nombrar libremente á los empleados de la administracion dependientes del Ejecutivo.
Llaman los americanos á esta vuelta de la fortuna palaciega,rotacion, en cuyo movimiento resultan contusos y despostillados muchos, y muchos en la cumbre de la riqueza y los honores.
Para llegar al fin del movimiento está la máquina política, y para untar la máquina, aunque no oficialmente, pero sí casi públicamente, se hacen descuentos de sus sueldos á los empleados.
Próxima la eleccion, á punto de moverse los círculos y de comenzar á funcionar la máquina, los prohombres del partido, con sus respectivos coros, redactan laPlataforma, ó sea programa de la administracion futura, y se encomienda á la publicidad.
Dos móviles poderosos se emplean para acreditar laPlataforma, á cuyo través se perciben los candidatos á la presidencia: un resorte es la prensa, el otro elSpeech.
En el primer órgano se apiñan los noticieros, los politicastros y la gente de turbulencia sedentaria, y aquello es la mar: por un lado el insulto, la diatriba asquerosa, la calumnia, las alusiones á la vida íntima, la rabia del desenfreno; por el otro, las promesas deslumbradoras halagando las ideas populares.
Así se apoderó la prensa de la cuestion de esclavitud, que aunque grandiosa en sí, no tuvo por móvil exclusivo aquí la reivindicacion de la humanidad; así fué la cuestion del Alabama para la eleccion de Grant; así para la competencia de Hayes y de Tilden, la reforma de la lista civil.
—Advierte que es un móvil poderoso, me hacia notar Francisco, porque se trata nada ménos que de purificar la administracion, de separar la intriga de las funciones oficiales para llamar al mérito á los destinos públicos, independiéndolo de los compromisos que trae consigo la complicidad en el fraude.... La prensa es la orgía del escándalo, la embriaguez de la difamacion, los defectos físicos, los descuidos de la niñez, crónica escandalosa: todo se exprime en el filtro de la opinion, para revestir de formas deslumbradoras el granhumbug.
ElSpeeches aun más incendiario; comunícanse órdenes desde á los ensartadores de palabras más oscuros, hasta oradores de merecida nombradía: hijo legítimo delSpeeches elStump.
Al desmontarse un terreno vírgen (esta es explicacion para que entiendas elStump), los gruesos troncos que quedan en la superficie de la tierra, se llamanStump, (troncon, traduciremos para entendernos).
En ese troncon, desde la sociedad naciente se levantó el orador primitivo: de ahí vienen el discurso y el orador deStump. Estos energúmenos invaden plazas y calles, y hacen su tribuna de un cajon vacío, de un barril, de un poste.
Calentada la opinion por los recursos anunciados, los agitadores ópoliticians(politicastros), congregan grandes convenciones de los jefes ó cabecillas del partido: las convenciones últimas de los republicanos fueron en Cincinati; los demócratas se reunieron en San Luis Missouri.
Aquellas convenciones son divinas: no hay ni en las olas ni en las tempestades nada que pueda compararse á una convencion en toda su efervescencia.
En la convencion se discute elticket, ó sea la lista de los candidatos para la futura administracion, es decir, se llega al proyecto de reparto de los despojos de los vencidos: aprobado elticket, se envía al Presidente en ciernes una carta acompañada de la lista, para saber si el Presidente acepta: esta es una pura fórmula, porque el Presidente acepta generalmente lo que viene de su partido.
Celebrado el pacto, se procede á la eleccion y luego al reparto del botin.... corroyendo semejante sistema todos los resortes del órden, de la moralidad y de la decencia.
Hayes, no obstante, ha querido con empeño realizar su programa; pero hasta ahora no ha logrado absolutamente nada. Hé ahí una faz, y muy importante, delhumbugpolítico.
La administracion de justicia (entiéndase que exceptúo la justicia de la federacion, propiamente dicha), los jueces en lo general, están contaminados de la corrupcion electoral.
Alborotadores de café, politicastros debar-rooms, entrometidos y bullangueros, suelen tener influjo decisivo en las masas, y hacen el nombramiento de jueces: el resultado es que en los negocios en que ellos intervienen, se hacen servir despóticamente, y la justicia se plega á sus conveniencias, imprimiendo en los negocios un sello de prostitucion descarada á veces, que realmente escandaliza á los poco conocedores de esta clase de negocios.
Por lo demás, para despertar la curiosidad en esta Babel y entre gente tan preocupada de su negocio, la prensa suelta dia á dia cadahumbugque canta el credo.
Empresas imposibles, descubrimientos estupendos, muertes horripilantes, todo está á la órden del dia con estrépito, en relieve, en són de catástrofe ó de contento, segun produzcan la sorpresa ó el halago del mayor número.
Hay un periódico semanal tituladoEl Sunday Mercury: en él está recopilado cuanto la mente humana no puede idear de más tremebundo.
Apariciones, endriagos, monstruos, tertulias de muertos, amores horripilantes, descubrimientos de países estrambóticos, erupciones volcánicas, brujas, milagros, y yo no sé cuántas cosas más.
En los teatros tienen su asiento y se aclimata lo más extravagante y lo más inconducente: como hemos visto, se pone en escenaLa Vuelta al Mundo, de Julio Verne; de tres dramas de asuntos diferentes, se hace uno deplan americano, y la cosa marcha. Hay romanos derevólveral cinto, y aparece en el Bosque de Boloña la Basílica de San Pedro. Todo esto no es de literatos, sino de saltimbanquis y teatros de segundo órden.
En espectáculos de otro género, basta seguir las peripecias de la vida de Barrum para persuadirse que no hay más allá....
El puebla de gigantes su espectáculo, ó produce enanos; expone á la vista hombres con las pieles de todos los colores, venidos de regiones misteriosas, ó saca á luz circasianas de profusas cabelleras y rostros confeccionados en Saturno ó en Júpiter.
Barrum es el rey delhumbugy se enorgullece de su primacía, gana su dinero dando espectáculos de un género especial, se anuncia con procesiones de carros en que van expuestos los objetos y los animales y las maravillas que vaá exponer, y este anuncio ambulante es dispuesto con tal artificio, que por sí constituye una maravilla.
En los carros va al descubierto lo conveniente, y oculto lo que necesita el prestigio de lo singular.
Bajo las ricas mantas de algunos carros, se oyen rugidos de fieras, articulaciones en idiomas desconocidos, gemidos, como caidas de agua y como tempestades, y se ven luces siniestras entre gigantes, enanos, pájaros extraños é indescifrables.
Una vez anunció que habia sorprendido un borrego en los Alpes, de colosal tamaño, y de tan raro aspecto, y de tal singularidad de conjunto, que las sociedades de historia natural estaban con tanta boca abierta.
En efecto, el borrego era singularísimo; un hombre de pié apénas alcanzaba la altura del lomo.
El público le veia, le acariciaba y pagaba con gusto sus entradas: el dia ménos pensado, el borrego se soltó relinchando (el borrego era un caballo con lana sobrepuesta y pintorreado).... pero esto, léjos de disminuir, acreció la reputacion y la fortuna de Barrum.
En Paris, me contaba J. J. Baz, habia un caballero por el estilo, llamado Mayard, de extraordinaria celebridad.
Este hombre pretendia sincerarse á menudo de la nota de charlatan con que se le pretendia agobiar.
—Todos me dicen charlatan, clamaba, y nadie se fija en la mágia del lápiz de Mayard.
Y diciendo y haciendo, sacaba de su bolsillo un lápiz como una tranca; con una navaja como un alfanje le tiraba un par de tajos, y caten vdes. el lápiz cortado como en una máquina.
—Este lápiz no es comun, repetia: ¿vdes. han visto cosa semejante?
Y clavaba el lápiz en un tablon, como un puñal; despues, como distraido, hacia unos garabatos: era un engendro raro, unas rayas inconexas, un caos de líneas que todos veian casi con disgusto; trazaba un rasgo sobre ellas, y aparecia un pájaro tan perfecto, que se creia iba á saltar, cantando, del tablon; otras veces, entre esas líneas, dejaba caer como al acaso dos puntos y una raya, y saltaba haciendo muecas la caricatura de uno de los circunstantes, en medio de la risa universal.
Mayard y Barrum se encontraron y fueron amigos.
Le decia Mayard:
—¿Vd. ha repasado sus Memorias? ¿Ve vd. todos los modos de engañar que ha descubierto? pues ya le enseñaré á vd. uno nuevo.
Pasó el tiempo: Mayard desapareció de Paris; un periódico, una vez, dió la noticia de que estaba en Africa empeñado en una cacería de leones. Se describia su tren y su servidumbre.
Un dia, el mundo de la curiosidad y la mentira amanecieron de duelo.... Mayard habia muerto: habia luchado heróicamente con un leon.... pero uno de sus acicates se enredó en unas yerbas, cayó, y aquello fué espantoso.
Una tarde, entre los magníficos carruajes de la aristocracia, habia uno realmente deslumbrador; lo guiaba una especie de orangutan, pero revestido de oro; en el fondo se veia un caballero saludado con entusiasmo por la multitud.... Era Mayard que habia refaccionado su crédito, haciéndose devorar por un leon.
Descendiendo en la escala delhumbug, deben mencionarse las medicinas milagrosas, raíces de la India, píldoras con extractos de hígados de serpiente, elíxires que contienen lágrimas de pescados de cuatro piés, y cosas que ni con calentura se discurren, ni los locos en sus extravíos imaginan. Por supuesto, las curaciones que operan, tienen certificados fehacientes y les han valido cruces y medallas á los autores. Entre estas medicinas ocupan lugar preferente las que reparan las fuerzas, y son el ensueño de los viejos verdes.
Pero donde para mí encuentra elhumbugsu apogeo, es en dos cosas.
Las ventas y combinaciones para rifas y loterías, y elhumbugde la oratoria.
En cuanto al primero, habia un hombre una mañana en una encrucijada de la calle de Cidar, que la atraviesa otraex abruptoy como cerrándola. El caballero estaba elegantemente vestido y hablaba con la sencillez de un niño. Tenia á su frente caramelos, cajitas de carton con anillitos y piedras falsas.
El hombre, ya envolvia un caramelo, ya ponia en una cajita un billete de á veinticinco centavos.
Confundido con otros caramelos, el del papel colectaba de á centavo para el que quisiera caramelo, y entre las manos hacia la rifa.... Todos los circunstantes ganaban su caramelo.... y él decia: "Esto es dulce," y procedia á otra rifa: el público acudia, y en las cajitas se poniangrimbaksde á veinte pesos.... el juego era de lo más divertido: ¡lástima que la policía no fuera de la misma opinion!
En las calles se ve perorando en alto, en mangas de camisa, con un sorbete reluciente, un pañuelo enredado al cuello, al rayo del sol, con una mesita al frente, un hombre que manotea, gesticula y dice cosas tremendas sobre las virtudes de un jabon mágico que quita las manchas de los sombreros: de repente el sombrero más averiado de la concurrencia está sobre la mesa: viene de no sé dónde, en alto, un vaso de agua; se lava el sombrero, se exprime, reaparece como nuevo; la gente aplaude y se venden aquellos pedazos de jabon, que es un juicio. Ya vimos en Orleans á uno de estos prestidigitadores.
En medio de una plaza se ve á un jóven moreno, de mirada escrutadora, con una jaulita de canarios al frente; entre los alambres de la jaula hay tiritas de papel de distintos colores; el confidente del canario explica con los colores, que el canario responde á la buena y á la mala fortuna, y siguen las consultas.
En una plaza de Orleans, como hemos visto, noche á noche, entre hachones, aparecia un pizarron para explicarse un método de contabilidad que era el asombro del mundo: despues se vendian los libritos.
En un quicio de puerta, al frente de una mesita, se ve un hombre como probando unas plumas; se tiene la pluma entre las manos, se humedece en un vaso de agua, se escribe.... y aquello es lindo: se ven pintiparadas las letras como si las hubiera parido el mejor tintero.... Va vd. á su casa, quiere hacer la propia operacion.... escribe vd..... y ve vd. despues el papel como la madre lo parió.... como si nunca le hubieran puesto la mano encima. Hay muchas de estas plumas que surten excelente efecto.
Una mañana, al vestirme, noté la desercion de dos botones de mi pantalon; me resolví á que entrase en campañami ineptitud para la costura, y aquel fué tragin: me hice criba los dedos, pujé, bufé, grité.... y me entregué á la desesperacion. Pero la costura no fué para mí tan laboriosa ni humillante, como la ensartada de la aguja.... aquella postura de cazador, aquellos gestos contra la ventana, aquella desviacion del hilo que se parecia á la burla, me tenian humillado....
Salí á la calle, de pésimo humor: á la espalda del Correo habia frente á una mesita un viejo cano, fresco, alegre, bien vestido, de ojos grandes y dentadura blanca, con un carrete de hilo en la mano; hablaba tan sabroso, que tal me parecia castellano lo que hablaba: un inmenso círculo de gente le oia con verdadera complacencia. El mostraba su carrete que remataba en un aparato de estaño.... aquella era una maquinita de ensartar agujas: ni Cristóbal Colon se sintió más grande con su descubrimiento, que yo con el mio.
Hablando, hablando, aquel génio y aquel bienhechor mio, ensartaba agujas como quien traga anises. Yo estaba encantado: compré mi carrete en diez centavos, compré otro y otro, y hubiera querido traspasar su puesto al vendedor.... volví al hotel triunfante.... A Francisco le saqué conversacion, de modo que me viese ensartar una aguja él que me habia burlado en la mañana.... aquello era el imposible.... aquella treta hacia más difícil la operacion que con los medios comunes.... muchas agujas eran alambres de acero sin ojos.... Riendo me decia Francisco:
—¿No querias saber lo que eshumbug?.... Hay tambien maquinitas verdaderas que surten ese efecto.
Es comun ver en las noches, en una banqueta, un telescopio, y á su lado una persona grave dando un curso de astronomía, como no lo hubiera hecho el mismo Arago ó Flammarion.
Más adelante pondremos á los ojos de nuestros lectores anuncios que pueden pasar como tipos en materia dehumbug.
La siguiente es una parodia del estilo yankee, tomada delAsmodeus, libro de crítica que se ha hecho muy raro, y del que no me ha parecido conveniente dar idea en estos Viajes.
Se trata de vender las acciones de una mina de leche, mantequilla y miel:
¡Nuestros prodigios no cesan jamás! ¡Poseemos minas capaces de redimir en un dia las deudas de todos los gobiernos de la tierra, inclusa la de los Estados-Unidos! Las Montañas Rocallosas tienen plata para que se forjen de sus desperdicios rieles que unan al Atlántico con el Pacífico.
Trabajamos á la luz saludable del sol montañas inagotables de carbon que no tienen rival en cualidad y de las que son tributarias, á su despecho, las miserables naciones de Europa, porque ellas tienen que descender á veces por ese precioso combustible al lecho del Océano. Para proveer á nuestras grandes ciudades de una luz más dulce y económica que la del dia, solo tenemos que abrir unos cuantos hoyos en dos ó tres de nuestros Estados; pero, ¡oh prodigio! ¡oh asombro! hoy anunciamos un descubrimiento que excede á las más estupendas creaciones de nuestros novelistas modernos y á los más inverosímiles milagros de lasMil y una noches.
Varios trabajadores, al trozar una loma en el Estado deHumbuggia, para ponerlo en relacion con las otras estrellas del firmamento americano, descubrieron con sorpresa extrema un pozo que brotaba leche de exquisito aroma y sabor. El estupendo fenómeno fué explicado cuando, profundizando el pozo, llegaron á inmensos depósitos de mantequilla y miel petrificadas.
Depósitos semejantes, que parecen haber permanecido en el estado que se hallan, por siglos de siglos, han conservado á los preciosos artículos que denunciamos, su sabor primitivo. La leche y la mantequilla, lo mismo que la miel, despues de expuestos unos minutos á la luz, se coloran suavemente de un tinte dorado, que les hace muy agradables á la vista.
El eminente profesor Sillyman ha extendido un luminoso Informe de este prodigioso descubrimiento; Informe aprobado por una Sociedad de geólogos y otros sabios ilustres, que han acudido de los más remotos puntos del globo á este privilegiado Estado de la Union. En el Informe se demuestra, á la luz meridiana, que esos inagotables depósitos se deben (salvo los errores á que puede inducir la falta de datos tratándose de fechas tan prolongadas), á una raza de hombres y animales de estupenda pujanza, probablemente gigantes, que habitaron ántes aquellas regiones. Los grandes banqueros Gulling y Cª han examinado los pormenores todos de la empresa, suscribiéndose con cuarenta y cinco mil pesos cada uno para la explotacion, organizándose en Compañía (conforme á las leyes del Estado), y dando vida á esta riqueza con que nos ha querido dotar la bienhechora mano de la Providencia.
Los mismos banqueros han permitido, á instancias de multitud de personas, que se pongan en venta cuarenta mil acciones de á cincuenta mil pesos cada una.
La suscricion al fondo de la "Compañía de leche condensada, miel y mantequilla," se abre hoy á medio dia, en el despacho de la oficina que se menciona, con la firma irreprochable que se ha dicho.
(Traduccion libre).
Copiemos ahora el anuncio verdadero de un Museo Anatómico, que no es el que describimos en nuestras páginas anteriores: