XXIV
De San Antonio á Eagle Pass (Paso del Aguila).—Castroville.—Orvalde.—Blaskville.—Fort Clark.—Paso del Aguila.—Noche.—La patria.
Es un huacal que de afrentaPuede servir á los pollos,Y no menciono á los cerdosPorque ofendo su decoro.Es una jaula á que falta,Para ser jaula de locos,Con su chicote un loquero,El estanque y refectorio.Ese horror de cuatro ruedas,Ni es galera ni es birlocho;Con terror le ve el viajeroY las mulas con sonrojo....Sin cortinas, es la fiebre,Con cortinas, calabozo;Es disparate con ruedas,Es una trampa de lobosQue se encuentra de carruajeSin saber cuándo ni cómo.En ese nos embutimosAl salir de San Antonio,Con dos ancianas, un negro,Dos carreros y dos gordos.Eramos por todos nueve,Pero en el valer diez y ocho,Contando con adicionesDe canastos y envoltorios.Apénas entrado hubimos,Y ya el carruaje era un horno.¡Qué bufar de aquellas brujas,Qué resoplar de los gordos!¡Qué rebullidas del negro,Y de todos, qué sofoco!De cuatro encendidas pipas,Porfiaban de humo los chorros.Era el chicharron humanoEn el festin del demonio!Y era un fandango de piernas,Y de brazos y accesorios,Que en las secciones del cuerpo,Rompiendo mares de estorbos,Juraban su independenciaDe apreturas y rescoldos.Cada vaiven da materiaPara llenar quince tomos:Por aquí gritan las viejas,Por allá ruedan los gordos:El negro pega unos saltosCual sus abuelos los monos,Y el que no resulta herido,Es que está al perder un ojo.¡Qué comer! sagrado cielo!Mejor nos fuera rastrojo,O pedernales refritosCon ensalada de abrojos.Eran pedazos de orejaDe caballo, pelos de oso,Cola de pegar maderas,Hule con astas de toro,Jabon con hiel y vinagreY de asafétida trozos.Item; glóbulos de acíbar,Item, caprichos de corcho,Y por líquido elementoLos intestinos de un pozo,Con tremendos guzaraposNegros, morados y rojos.Item, unwhiskey, que el brutoQue apechuga con un sorbo,Queda como sin aliento,Con lágrimas en los ojos,Y extendiendo las dos manosSolicitando socorro.Y es tan horrenda pintura,Como canto melodiosoComparada con la nocheQue fué nuestro purgatorio.El negrazo patiabiertoForma á las ancianas biombo,Y sus enormes botazasSe nos plantan en el rostro:Este sube, el otro baja,Hipa el uno, tose el otro,Y se chocan contra el techoPiernas, sorbetes y gorros.Al rezongar del negritoHacen bajo los dos gordos,Con roncar tan desalmado,Tan majadero y tan bronco,Que en competencia el rebuznoPareciera melodioso,Y el chirriar de la carreta,Y la algazara delgongo.Así pasaron las horas,Sospechando cada prójimo(Presa casi de la asfixiaY tostado en aquel horno),Ver en carbon convertidosPiés y manos, pecho y ojos,Hasta que salió la auroraPoniendo cara de tonto,Sobre un llano tan ingrato,Tan seco y tan de mal modo,Como se junta una suegraCon aborrecido novio,Como se juntan dos plagas,Como se besan dos monstruos.La luz alumbró en el cocheHorrores, del mundo asombro:Por aquí gorros ajados,Por allí pálidos rostros;Los flacos cualpara-rayos,Casi desnudos los gordos;Y ligas, guantes, tirantes,Como de un guiso en el bodrio,En lagos de mantequillaQue el conductor codiciosoPuso á nuestros piés en botesY que derritió el bochorno.Con todo, al mirar la aurora,"¿Llegamos?".... dijimos todos,Y el conductor nos respondeBostezando perezoso:"Poco tiempo, otro poquita,Como te vas San Antonio."——Humanidad desdichada,Condenada cual nosotrosA pasar este suplicio,A bramar en este potro,Pídele á Dios que esta tierra,Que no pisan ni los lobos,Vergüenza de los desiertos,De los reptiles emporio,O se acorte ó mar se vuelva,O la cierna un terremotoY del mapa desparezca,Donde está dejando un hoyo.Fidel.
Es un huacal que de afrentaPuede servir á los pollos,Y no menciono á los cerdosPorque ofendo su decoro.Es una jaula á que falta,Para ser jaula de locos,Con su chicote un loquero,El estanque y refectorio.Ese horror de cuatro ruedas,Ni es galera ni es birlocho;Con terror le ve el viajeroY las mulas con sonrojo....Sin cortinas, es la fiebre,Con cortinas, calabozo;Es disparate con ruedas,Es una trampa de lobosQue se encuentra de carruajeSin saber cuándo ni cómo.En ese nos embutimosAl salir de San Antonio,Con dos ancianas, un negro,Dos carreros y dos gordos.Eramos por todos nueve,Pero en el valer diez y ocho,Contando con adicionesDe canastos y envoltorios.Apénas entrado hubimos,Y ya el carruaje era un horno.¡Qué bufar de aquellas brujas,Qué resoplar de los gordos!¡Qué rebullidas del negro,Y de todos, qué sofoco!De cuatro encendidas pipas,Porfiaban de humo los chorros.Era el chicharron humanoEn el festin del demonio!Y era un fandango de piernas,Y de brazos y accesorios,Que en las secciones del cuerpo,Rompiendo mares de estorbos,Juraban su independenciaDe apreturas y rescoldos.Cada vaiven da materiaPara llenar quince tomos:Por aquí gritan las viejas,Por allá ruedan los gordos:El negro pega unos saltosCual sus abuelos los monos,Y el que no resulta herido,Es que está al perder un ojo.¡Qué comer! sagrado cielo!Mejor nos fuera rastrojo,O pedernales refritosCon ensalada de abrojos.Eran pedazos de orejaDe caballo, pelos de oso,Cola de pegar maderas,Hule con astas de toro,Jabon con hiel y vinagreY de asafétida trozos.Item; glóbulos de acíbar,Item, caprichos de corcho,Y por líquido elementoLos intestinos de un pozo,Con tremendos guzaraposNegros, morados y rojos.Item, unwhiskey, que el brutoQue apechuga con un sorbo,Queda como sin aliento,Con lágrimas en los ojos,Y extendiendo las dos manosSolicitando socorro.Y es tan horrenda pintura,Como canto melodiosoComparada con la nocheQue fué nuestro purgatorio.El negrazo patiabiertoForma á las ancianas biombo,Y sus enormes botazasSe nos plantan en el rostro:Este sube, el otro baja,Hipa el uno, tose el otro,Y se chocan contra el techoPiernas, sorbetes y gorros.Al rezongar del negritoHacen bajo los dos gordos,Con roncar tan desalmado,Tan majadero y tan bronco,Que en competencia el rebuznoPareciera melodioso,Y el chirriar de la carreta,Y la algazara delgongo.Así pasaron las horas,Sospechando cada prójimo(Presa casi de la asfixiaY tostado en aquel horno),Ver en carbon convertidosPiés y manos, pecho y ojos,Hasta que salió la auroraPoniendo cara de tonto,Sobre un llano tan ingrato,Tan seco y tan de mal modo,Como se junta una suegraCon aborrecido novio,Como se juntan dos plagas,Como se besan dos monstruos.La luz alumbró en el cocheHorrores, del mundo asombro:Por aquí gorros ajados,Por allí pálidos rostros;Los flacos cualpara-rayos,Casi desnudos los gordos;Y ligas, guantes, tirantes,Como de un guiso en el bodrio,En lagos de mantequillaQue el conductor codiciosoPuso á nuestros piés en botesY que derritió el bochorno.Con todo, al mirar la aurora,"¿Llegamos?".... dijimos todos,Y el conductor nos respondeBostezando perezoso:"Poco tiempo, otro poquita,Como te vas San Antonio."——Humanidad desdichada,Condenada cual nosotrosA pasar este suplicio,A bramar en este potro,Pídele á Dios que esta tierra,Que no pisan ni los lobos,Vergüenza de los desiertos,De los reptiles emporio,O se acorte ó mar se vuelva,O la cierna un terremotoY del mapa desparezca,Donde está dejando un hoyo.Fidel.
Es un huacal que de afrentaPuede servir á los pollos,Y no menciono á los cerdosPorque ofendo su decoro.Es una jaula á que falta,Para ser jaula de locos,Con su chicote un loquero,El estanque y refectorio.Ese horror de cuatro ruedas,Ni es galera ni es birlocho;Con terror le ve el viajeroY las mulas con sonrojo....Sin cortinas, es la fiebre,Con cortinas, calabozo;Es disparate con ruedas,Es una trampa de lobosQue se encuentra de carruajeSin saber cuándo ni cómo.En ese nos embutimosAl salir de San Antonio,Con dos ancianas, un negro,Dos carreros y dos gordos.Eramos por todos nueve,Pero en el valer diez y ocho,Contando con adicionesDe canastos y envoltorios.Apénas entrado hubimos,Y ya el carruaje era un horno.¡Qué bufar de aquellas brujas,Qué resoplar de los gordos!¡Qué rebullidas del negro,Y de todos, qué sofoco!De cuatro encendidas pipas,Porfiaban de humo los chorros.Era el chicharron humanoEn el festin del demonio!Y era un fandango de piernas,Y de brazos y accesorios,Que en las secciones del cuerpo,Rompiendo mares de estorbos,Juraban su independenciaDe apreturas y rescoldos.Cada vaiven da materiaPara llenar quince tomos:Por aquí gritan las viejas,Por allá ruedan los gordos:El negro pega unos saltosCual sus abuelos los monos,Y el que no resulta herido,Es que está al perder un ojo.¡Qué comer! sagrado cielo!Mejor nos fuera rastrojo,O pedernales refritosCon ensalada de abrojos.Eran pedazos de orejaDe caballo, pelos de oso,Cola de pegar maderas,Hule con astas de toro,Jabon con hiel y vinagreY de asafétida trozos.Item; glóbulos de acíbar,Item, caprichos de corcho,Y por líquido elementoLos intestinos de un pozo,Con tremendos guzaraposNegros, morados y rojos.Item, unwhiskey, que el brutoQue apechuga con un sorbo,Queda como sin aliento,Con lágrimas en los ojos,Y extendiendo las dos manosSolicitando socorro.
Es un huacal que de afrenta
Puede servir á los pollos,
Y no menciono á los cerdos
Porque ofendo su decoro.
Es una jaula á que falta,
Para ser jaula de locos,
Con su chicote un loquero,
El estanque y refectorio.
Ese horror de cuatro ruedas,
Ni es galera ni es birlocho;
Con terror le ve el viajero
Y las mulas con sonrojo....
Sin cortinas, es la fiebre,
Con cortinas, calabozo;
Es disparate con ruedas,
Es una trampa de lobos
Que se encuentra de carruaje
Sin saber cuándo ni cómo.
En ese nos embutimos
Al salir de San Antonio,
Con dos ancianas, un negro,
Dos carreros y dos gordos.
Eramos por todos nueve,
Pero en el valer diez y ocho,
Contando con adiciones
De canastos y envoltorios.
Apénas entrado hubimos,
Y ya el carruaje era un horno.
¡Qué bufar de aquellas brujas,
Qué resoplar de los gordos!
¡Qué rebullidas del negro,
Y de todos, qué sofoco!
De cuatro encendidas pipas,
Porfiaban de humo los chorros.
Era el chicharron humano
En el festin del demonio!
Y era un fandango de piernas,
Y de brazos y accesorios,
Que en las secciones del cuerpo,
Rompiendo mares de estorbos,
Juraban su independencia
De apreturas y rescoldos.
Cada vaiven da materia
Para llenar quince tomos:
Por aquí gritan las viejas,
Por allá ruedan los gordos:
El negro pega unos saltos
Cual sus abuelos los monos,
Y el que no resulta herido,
Es que está al perder un ojo.
¡Qué comer! sagrado cielo!
Mejor nos fuera rastrojo,
O pedernales refritos
Con ensalada de abrojos.
Eran pedazos de oreja
De caballo, pelos de oso,
Cola de pegar maderas,
Hule con astas de toro,
Jabon con hiel y vinagre
Y de asafétida trozos.
Item; glóbulos de acíbar,
Item, caprichos de corcho,
Y por líquido elemento
Los intestinos de un pozo,
Con tremendos guzarapos
Negros, morados y rojos.
Item, unwhiskey, que el bruto
Que apechuga con un sorbo,
Queda como sin aliento,
Con lágrimas en los ojos,
Y extendiendo las dos manos
Solicitando socorro.
Y es tan horrenda pintura,Como canto melodiosoComparada con la nocheQue fué nuestro purgatorio.El negrazo patiabiertoForma á las ancianas biombo,Y sus enormes botazasSe nos plantan en el rostro:Este sube, el otro baja,Hipa el uno, tose el otro,Y se chocan contra el techoPiernas, sorbetes y gorros.Al rezongar del negritoHacen bajo los dos gordos,Con roncar tan desalmado,Tan majadero y tan bronco,Que en competencia el rebuznoPareciera melodioso,Y el chirriar de la carreta,Y la algazara delgongo.Así pasaron las horas,Sospechando cada prójimo(Presa casi de la asfixiaY tostado en aquel horno),Ver en carbon convertidosPiés y manos, pecho y ojos,Hasta que salió la auroraPoniendo cara de tonto,Sobre un llano tan ingrato,Tan seco y tan de mal modo,Como se junta una suegraCon aborrecido novio,Como se juntan dos plagas,Como se besan dos monstruos.La luz alumbró en el cocheHorrores, del mundo asombro:Por aquí gorros ajados,Por allí pálidos rostros;Los flacos cualpara-rayos,Casi desnudos los gordos;Y ligas, guantes, tirantes,Como de un guiso en el bodrio,En lagos de mantequillaQue el conductor codiciosoPuso á nuestros piés en botesY que derritió el bochorno.Con todo, al mirar la aurora,"¿Llegamos?".... dijimos todos,Y el conductor nos respondeBostezando perezoso:"Poco tiempo, otro poquita,Como te vas San Antonio."——Humanidad desdichada,Condenada cual nosotrosA pasar este suplicio,A bramar en este potro,Pídele á Dios que esta tierra,Que no pisan ni los lobos,Vergüenza de los desiertos,De los reptiles emporio,O se acorte ó mar se vuelva,O la cierna un terremotoY del mapa desparezca,Donde está dejando un hoyo.Fidel.
Y es tan horrenda pintura,
Como canto melodioso
Comparada con la noche
Que fué nuestro purgatorio.
El negrazo patiabierto
Forma á las ancianas biombo,
Y sus enormes botazas
Se nos plantan en el rostro:
Este sube, el otro baja,
Hipa el uno, tose el otro,
Y se chocan contra el techo
Piernas, sorbetes y gorros.
Al rezongar del negrito
Hacen bajo los dos gordos,
Con roncar tan desalmado,
Tan majadero y tan bronco,
Que en competencia el rebuzno
Pareciera melodioso,
Y el chirriar de la carreta,
Y la algazara delgongo.
Así pasaron las horas,
Sospechando cada prójimo
(Presa casi de la asfixia
Y tostado en aquel horno),
Ver en carbon convertidos
Piés y manos, pecho y ojos,
Hasta que salió la aurora
Poniendo cara de tonto,
Sobre un llano tan ingrato,
Tan seco y tan de mal modo,
Como se junta una suegra
Con aborrecido novio,
Como se juntan dos plagas,
Como se besan dos monstruos.
La luz alumbró en el coche
Horrores, del mundo asombro:
Por aquí gorros ajados,
Por allí pálidos rostros;
Los flacos cualpara-rayos,
Casi desnudos los gordos;
Y ligas, guantes, tirantes,
Como de un guiso en el bodrio,
En lagos de mantequilla
Que el conductor codicioso
Puso á nuestros piés en botes
Y que derritió el bochorno.
Con todo, al mirar la aurora,
"¿Llegamos?".... dijimos todos,
Y el conductor nos responde
Bostezando perezoso:
"Poco tiempo, otro poquita,
Como te vas San Antonio."
——
Humanidad desdichada,
Condenada cual nosotros
A pasar este suplicio,
A bramar en este potro,
Pídele á Dios que esta tierra,
Que no pisan ni los lobos,
Vergüenza de los desiertos,
De los reptiles emporio,
O se acorte ó mar se vuelva,
O la cierna un terremoto
Y del mapa desparezca,
Donde está dejando un hoyo.
Fidel.
Fuera de toda broma, el camino, si así puede llamarse la travesía de grandes llanuras, es infernal.
En un espacio de sesenta leguas aproximativamente, hay cuatro pequeñísimas poblaciones y los desmantelados lugares en que se remudan las postas.
En esos parajes se detiene la diligencia unos cuantos minutos; los pasajeros entran en tropel á una desajuarada pieza. En el centro de ella hay una mesita insuficiente; á poca distancia se rebullen contra el brasero unas arpías.
En la mesa impera un jarron de agua negra con el nombre de café. Vense sembrados en la mesa platitos pequeños con tiras de jamon como cortezas de árbol, maíces en crudo cuasi, yema de huevo hecha picadillo, una especie de balas de masa que llaman pan; y si la posta tiene mucho lujo, un pedazo de carne dura medio revolcada en grasa, ceniza y cochambre, que llamanbiftek. La agua es salobre, mordente, y poblada de gusanitos inquietos.
Las poblaciones más regulares son Castroville, Orvalde, Blaskville, Fort Clark y Paso del Aguila.
Pero solo en esta última poblacion es en la que se descansa despues de un golpeo de dos dias.
Aunque no faltan conatos de poblaciones nuevas y cultivo,son grandes los tramos de desierto, y el aspecto de los habitantes es triste, bárbaro, presentando el interior de las chozas espectáculos de verdadera miseria.
A veces, como inesperada, á la orilla de un camino se ve una tienda degroceries, ó como si dijéramos, mestiza: á ella se agolpa la gente y hay su remedo de tráfico.
En más de veinte años Castroville, por ejemplo, ha tenido corto desarrollo; los carros de Durango y Chihuahua dan alguna vida á esos lugares, y se la da el contrabando, no en direccion de Piedras Negras como se cree generalmente, sino en la de Laredo por un extremo, y por el otro sobre la Laguna, para dominar Zacatecas, San Luis y Durango, sin necesidad de atravesar el desierto que media entre el Saltillo y San Luis.
APiedras Negrasllegamos á las once de la noche, es decir, cuarenta y seis horas de aporreo contundente.
El Grande Hotel deEagle Pass, que tiene por fronteraPiedras Negrasdel lado de México, es un corral inmenso que tiene por límite un tendido jacalon: en el corral hay macheros, cuadras y bodegas, y á la habitacion la divide un abierto pasadizo en piezas para los propietarios, y comedor y pieza de dormir de los mártires viajeros.
A nuestra llegada, anunciada con gritos y silbidos, aparecieron algunos hombres en pechos de camisa, á la usanza de Tierracaliente, con chanclas hechas de desechos de botas y botines, mangas de camisa remangadas, brazos velludos, cabezas alborotadas y rostros tostados por el sol y por elwhiskey.
Hablaban aquellas gentes á la vez todos los idiomas; pero á derechas, ninguno de los conocidos.
A medida que desembarcábamos del vehículo, entre muchachos, mastines y acarreadores entrometidos, nos señalaban para embodegarnos una pieza que por todo mueble tenia de esos catres de tijera y lona, sin más adminículos.
Pero es el caso que muy poco se cuidaba nadie de que hubiera correspondencia entre el número de huéspedes y el de catres; así es que era muy comun ver que entraba uno á adjuntarse muy orondo al otro que reposaba en profundo sueño, y solia celebrar su advenimiento con un puñetazo.
La poblacion deEagle Passse halla frente por frente dePiedras Negras, dividiendo á ambas el rio Bravo del Norte, que corre como en una hondonada entre ambas riberas accidentadas y llenas de desigualdades y malezas.
A trechos se ven las casitas entre las zarzas, como un rebaño esparcido; á veces forman calle en que abundan cantinas y lugares de tráfico.
Pero todo signo de propiedad, elegancia y hasta el recuerdo de las ciudades de los Estados-Unidos, parece extinguirse; es el fondo de la coladera, el resíduo de la poblacion, la orilla del mar en que se depositan espumas y basuras.
En el sitio de la guarnicion militar se percibe más esmerada cultura.
Desde la loma en que está colocado el gran jacalon que era nuestro hotel, más bien se sospecha que se percibePiedras Negras.
Distínguese el lado mexicano como detrás de un muro, la plaza es extensa y cuadrada, con sus casas bajas de cal y canto, risueñas, abiertas de par en par y con la fisonomía característica de nuestras poblaciones.
Yo tenia que atravesar arena y algo de mal país para percibir, como un enamorado, mi tierra; y luego que la encontré frente á frente, le dije una de piropos y de ternezas, que quedé como fortalecido y contento.
Desde San Antonio habia yo escrito á mi nombre y al de Francisco al General Naranjo, mi amigo muy querido, que nos ajustara un carricoche y unos prácticos del terreno: sus contestaciones fueron de lo más satisfactorias, y el coche fué de más, porque gran parte del camino la hicimos en su carruaje y rodeados de toda clase de atenciones.
Luego que amaneció el 6 de Agosto del año del Señor de 1877, escribí un papelito al Sr. Zartuche, administrador de la aduana, para que se sirviese ordenar lo conveniente para el traslado de nuestros equipajes, que podia cargar con desembarazo una golondrina.
La respuesta fué que esperásemos al Sr. Zartuche, que se disponia á ir por nosotros para acompañarnos.
—Pero, hombre, me decia Francisco, ¿te has vuelto loco? mírate revolviendo tu maleta mártir, mírate sacando de su inercia eterna al escarmenador y al cepillo. ¿Qué te sucede?
—Acicálate tú tambien, vamos á abrazar á la niña: estamos de galanes y de novios.
Y de facto, nos poniamos de veinticinco alfileres, y garbeábamos como unos pollos en aquel reducido espacio que nos dejaban los catres y los yankees medio despatarrados y desnudos.
—El criado me ha dicho, decia yo, dirigiéndome á Francisco y á riesgo de que se diese una cortada, que Naranjo mandó traer unas buenas sandías para que refresquemos al llegar: ahí está con él ese heróico General Falcon, honra de nuestra patria, tan fino y caballeroso como siempre.
—¿Y el coronel Nuncio, está? me dijo Pancho, desviando la navaja de su cara.
—Ahí lo tienes, tan seco, tan pelon y tan aparentemente brusco; pero es finísimo: todo lo que tiene de temerario en la guerra, tiene de dulce y de caballeroso en el trato familiar. Y ¿sabes? el viejo Resendis, tan querido de Juarez, ahí está tambien. Anda, yo te anudaré la corbata.
—Déjame en paz.
—Oigo el carruaje. Aquí! aquí! yo soy, Sr. Zartuche, eseFidelmuy campechano y muy de su tierra: venga vd. por aquí.
Es el Sr. Zartuche un anciano florido y de cara abierta y bondadosa; sus patillas, como dos motas de algodon; sus canas, cayendo en hilos de plata sobre su frente tostada por el sol. Zartuche es la misma probidad y el carácter más noble que se puede imaginar.
Yo dejé mi equipo á la buena de Dios, y escalé el carruajito como mejor pude. Francisco saludó y guardó las atenciones que es debido.
Llegamos á la orilla del rio: del otro lado habia algunos curiosos. Descendí del carruaje y me puse de pié en el chalan: veia rielando el sol en las aguas; la orilla de la patria como que se me acercaba tendiéndome sus brazos: me ahogaba la emocion. Cuando salté á tierra, volví mis ojos, y de rodillas, brillando el sol en sus canas y su hermosa frente, ví á Francisco besando la tierra de nuestra patria.
No por imitacion, sino por un acto que no podré explicar, me descubrí tambien y apliqué mis labios á esta patriatan bella, tan llena de infortunios, pero que se hace amar como ninguna otra patria de la tierra.
Miéntras Francisco saludaba y le rodeaban de atenciones nuestros amigos, yo, al rayo del sol y recargado en un desnudo tronco medio hundido en la arena, escribia mi saludo á la patria, cuyo nombre sagrado quiero que cierre, como un broche de diamante, el humilde trabajo que tuve la osadía de titular:Viaje á los Estados-Unidos:
Quiero pegar reverente,Patria, mi labio á tu suelo,Miéntras me envuelve tu cieloCon su claridad fulgente.——Que en la eternidad de lloroQue derramé en el tormento,Fué de consuelos tesoroSoñar con este momento.——Y siguiendo la ilusion,En dolorosa porfía,Despedazarse sentiaDe angustia mi corazon.——Pensando constante en tíEn mi soledad oscura,Me fingia mi locuraQue hablabas dentro de mí.——De mi mal en los excesos,Pidió mi voz doloridaA Dios, no dicha, no vida....Tu tierra para mis huesos.——¿Cómo la luz te alumbróY tus campos renovaste?¡Oh patria! ¿pues qué, encontrasteQuien te amara como yo?——Cuántos arrullos sentidos,Cuántos ecos hechiceros,Cuántos trinos de jilguerosEnamorando en sus nidos,——Te ha guardado el corazonEn ignorados cantares:Tu nombre confié á los maresCon entusiasta emocion.——Y cuando más sin fortuna,En las playas de Occidente,Alumbró mi triste frenteCon tibio rayo la luna,——Al resoplar el vapor,Que de las ondas triunfaba,Sollozando le contabaTus encantos y mi amor.——¡Oh! qué acerba soledadSin tí surge del bullicio!¡Oh! qué atroz es el suplicio,Oh patria, de tu orfandad!——Asusta la vária suerteCon su inconstancia temida,Tiene más ansias la vida,Tiene más sombras la muerte!——Y quejoso y lastimeroNos dice el viento al pasar:"¿Qué sombra te ha de abrigar?¿Quién conoce al extranjero?"——¡Si supieras cuál sufrí!Si dijera el labio mioCómo del alma el vacíoEs espantoso sin tí!——A tu vista palpitanteOlvido del hado el ceño....Dí que mi ausencia fué un sueño,Repítelo, patria amante!——Patria de Hidalgo y de Juares,Patria de amor, patria mia,La patria de mis cantares,La patria de mi María,——Con rendida adoracionBeso tu sagrada arena:Está de tí mi alma llena,Te canta mi corazon!Guillermo Prieto.Piedras Negras, Agosto 6 de 1877.
Quiero pegar reverente,Patria, mi labio á tu suelo,Miéntras me envuelve tu cieloCon su claridad fulgente.——Que en la eternidad de lloroQue derramé en el tormento,Fué de consuelos tesoroSoñar con este momento.——Y siguiendo la ilusion,En dolorosa porfía,Despedazarse sentiaDe angustia mi corazon.——Pensando constante en tíEn mi soledad oscura,Me fingia mi locuraQue hablabas dentro de mí.——De mi mal en los excesos,Pidió mi voz doloridaA Dios, no dicha, no vida....Tu tierra para mis huesos.——¿Cómo la luz te alumbróY tus campos renovaste?¡Oh patria! ¿pues qué, encontrasteQuien te amara como yo?——Cuántos arrullos sentidos,Cuántos ecos hechiceros,Cuántos trinos de jilguerosEnamorando en sus nidos,——Te ha guardado el corazonEn ignorados cantares:Tu nombre confié á los maresCon entusiasta emocion.——Y cuando más sin fortuna,En las playas de Occidente,Alumbró mi triste frenteCon tibio rayo la luna,——Al resoplar el vapor,Que de las ondas triunfaba,Sollozando le contabaTus encantos y mi amor.——¡Oh! qué acerba soledadSin tí surge del bullicio!¡Oh! qué atroz es el suplicio,Oh patria, de tu orfandad!——Asusta la vária suerteCon su inconstancia temida,Tiene más ansias la vida,Tiene más sombras la muerte!——Y quejoso y lastimeroNos dice el viento al pasar:"¿Qué sombra te ha de abrigar?¿Quién conoce al extranjero?"——¡Si supieras cuál sufrí!Si dijera el labio mioCómo del alma el vacíoEs espantoso sin tí!——A tu vista palpitanteOlvido del hado el ceño....Dí que mi ausencia fué un sueño,Repítelo, patria amante!——Patria de Hidalgo y de Juares,Patria de amor, patria mia,La patria de mis cantares,La patria de mi María,——Con rendida adoracionBeso tu sagrada arena:Está de tí mi alma llena,Te canta mi corazon!Guillermo Prieto.Piedras Negras, Agosto 6 de 1877.
Quiero pegar reverente,Patria, mi labio á tu suelo,Miéntras me envuelve tu cieloCon su claridad fulgente.——Que en la eternidad de lloroQue derramé en el tormento,Fué de consuelos tesoroSoñar con este momento.——Y siguiendo la ilusion,En dolorosa porfía,Despedazarse sentiaDe angustia mi corazon.——Pensando constante en tíEn mi soledad oscura,Me fingia mi locuraQue hablabas dentro de mí.——De mi mal en los excesos,Pidió mi voz doloridaA Dios, no dicha, no vida....Tu tierra para mis huesos.——¿Cómo la luz te alumbróY tus campos renovaste?¡Oh patria! ¿pues qué, encontrasteQuien te amara como yo?——Cuántos arrullos sentidos,Cuántos ecos hechiceros,Cuántos trinos de jilguerosEnamorando en sus nidos,——Te ha guardado el corazonEn ignorados cantares:Tu nombre confié á los maresCon entusiasta emocion.——Y cuando más sin fortuna,En las playas de Occidente,Alumbró mi triste frenteCon tibio rayo la luna,——Al resoplar el vapor,Que de las ondas triunfaba,Sollozando le contabaTus encantos y mi amor.——¡Oh! qué acerba soledadSin tí surge del bullicio!¡Oh! qué atroz es el suplicio,Oh patria, de tu orfandad!——Asusta la vária suerteCon su inconstancia temida,Tiene más ansias la vida,Tiene más sombras la muerte!——Y quejoso y lastimeroNos dice el viento al pasar:"¿Qué sombra te ha de abrigar?¿Quién conoce al extranjero?"——¡Si supieras cuál sufrí!Si dijera el labio mioCómo del alma el vacíoEs espantoso sin tí!——A tu vista palpitanteOlvido del hado el ceño....Dí que mi ausencia fué un sueño,Repítelo, patria amante!——Patria de Hidalgo y de Juares,Patria de amor, patria mia,La patria de mis cantares,La patria de mi María,——Con rendida adoracionBeso tu sagrada arena:Está de tí mi alma llena,Te canta mi corazon!Guillermo Prieto.Piedras Negras, Agosto 6 de 1877.
Quiero pegar reverente,
Patria, mi labio á tu suelo,
Miéntras me envuelve tu cielo
Con su claridad fulgente.
——
Que en la eternidad de lloro
Que derramé en el tormento,
Fué de consuelos tesoro
Soñar con este momento.
——
Y siguiendo la ilusion,
En dolorosa porfía,
Despedazarse sentia
De angustia mi corazon.
——
Pensando constante en tí
En mi soledad oscura,
Me fingia mi locura
Que hablabas dentro de mí.
——
De mi mal en los excesos,
Pidió mi voz dolorida
A Dios, no dicha, no vida....
Tu tierra para mis huesos.
——
¿Cómo la luz te alumbró
Y tus campos renovaste?
¡Oh patria! ¿pues qué, encontraste
Quien te amara como yo?
——
Cuántos arrullos sentidos,
Cuántos ecos hechiceros,
Cuántos trinos de jilgueros
Enamorando en sus nidos,
——
Te ha guardado el corazon
En ignorados cantares:
Tu nombre confié á los mares
Con entusiasta emocion.
——
Y cuando más sin fortuna,
En las playas de Occidente,
Alumbró mi triste frente
Con tibio rayo la luna,
——
Al resoplar el vapor,
Que de las ondas triunfaba,
Sollozando le contaba
Tus encantos y mi amor.
——
¡Oh! qué acerba soledad
Sin tí surge del bullicio!
¡Oh! qué atroz es el suplicio,
Oh patria, de tu orfandad!
——
Asusta la vária suerte
Con su inconstancia temida,
Tiene más ansias la vida,
Tiene más sombras la muerte!
——
Y quejoso y lastimero
Nos dice el viento al pasar:
"¿Qué sombra te ha de abrigar?
¿Quién conoce al extranjero?"
——
¡Si supieras cuál sufrí!
Si dijera el labio mio
Cómo del alma el vacío
Es espantoso sin tí!
——
A tu vista palpitante
Olvido del hado el ceño....
Dí que mi ausencia fué un sueño,
Repítelo, patria amante!
——
Patria de Hidalgo y de Juares,
Patria de amor, patria mia,
La patria de mis cantares,
La patria de mi María,
——
Con rendida adoracion
Beso tu sagrada arena:
Está de tí mi alma llena,
Te canta mi corazon!
Guillermo Prieto.
Piedras Negras, Agosto 6 de 1877.
FIN DEL TOMO TERCERO Y ULTIMO