AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON JUAN,BARÓN DE CARTERET, ETC., ETC.
EXCELENTÍSIMO SEÑOR:
Un tan insigne escritor como MIGUEL DECERVANTESSAAVEDRA, que supo honrar la memoria de tantos españoles y hacer inmortales en la de los hombres á los que nunca vivieron, no tenía hasta hoy, escrita en su lengua, vida propia. Deseoso V. E. de que la hubiese, me mandó recoger las noticias pertenecientes á los hechos y escritos de tan gran varón. He procurado poner la diligencia á que me obligó tan honroso precepto, y he hallado que la materia que ofrecen las acciones de Cervantes es tan poca, y la de sus escritos tan dilatada, que ha sido menester valerme de las hojas de éstos para encubrir de alguna manera con tan rico y vistoso ropaje la pobreza y desnudez de aquella persona dignísima de mejor siglo, porque aunque dicen que la edad en que vivió era de oro, yo sé que para él y algunos otros beneméritos fué de hierro. Los envidiosos de su ingenio y elocuencia le murmuraron y satirizaron. Los hombres de escuela, incapaces de igualarle en la invención y arte, le desdeñaron como á escritor no científico. Muchos señores, que si hoy se nombran es por él, desperdiciaron su poder y autoridad en aduladores y bufones, sin querer favorecer al mayor ingenio de su tiempo. Los escritores de aquella edad (habiendosido tantos), ó no hablaron de él, ó le alabaron tan fríamente, que su silencio y sus mismas alabanzas son indicios ciertos, ó de su mucha envidia, ó de su poco conocimiento. V. E. le tiene tan justo de sus obras, que ha manifestado ser el más liberal mantenedor y propagador de su memoria; y es por quien CERVANTESy su INGENIOSOHIDALGOlogran hoy el mayor aprecio y estimación. Salga, pues, nuevamente á la luz del mundo el granDon Quijote de la Mancha, si hasta hoy caballero desgraciadamente aventurero, en adelante por V. E. felizmente venturoso. Viva la memoria del incomparable escritor Miguel de Cervantes Saavedra. Y reciba V. E. estos apuntamientos como cierta y perpetua señal de la gustosa y pronta obediencia que profeso á V. E. Y cuando yo en ello no haya conseguido el acierto que merecen los preceptos de V. E. (que no vivo tan satisfecho de mí, ni soy tan ambicioso que presuma y espere tanto), á lo menos quedaré contento con la gloria de mi obsequio.
DONGREGORIOMAYÁNS YSISCAR