En este canto se trata de la grandeza del Rio de la Plata, del Paraguay, y de las islas, peces, aves que hay en ellos.
En este canto se trata de la grandeza del Rio de la Plata, del Paraguay, y de las islas, peces, aves que hay en ellos.
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La obra excelentísima y grandiosaArguye grande artifice y maestro:Que no puede hacer obra preciosaEl hombre que en el arte no está diestro.Como la creacion maravillosaEnseña, Señor mio, el poder vuestro,En su tanto tambien aqueste rioMuestra grande saber y poderío.Inmensas gracias, Dios Señor, os damos,Pues todo á nuestra causa lo criastes;Y á nosotros que mal os lo pagamos,Para vuestro servicio nos formastes.Cuanto sois, mi Señor, si bien miramosLas cosas que en el mundo vos plantastes,Nos da bien á entender, y la grandezaDe vuestro gran saber y la riqueza.El rio que llamamos Argentino,[37]Del indioParanáó mar llamado,De norte á sur corriendo su caminoEn nuestro mar del norte entra hinchado.Parece en su corriente un torbellino,O tiro de arcabus apresurado.Más con el viento sur placidamenteSe vence navegando su corriente.De mas de treinta leguas es su boca,Y dos cabos y puntas hace llanas.Al tiempo que en la mar brava se emboca,Al un cabo dos islas, como hermanas,Estan, que cada cual parece roca.Los Castillos se dicen, muy cercanasAl cabo que nombré Santa Maria,Que poco de estas islas se desvía.Al otro cabo, Blanco le llamamos,El cual en la mar entra mas derechoY mas bajo, y por esto navegamos,Por mas seguro este otro, un poco trecho.Despues al otro cabo nos tornamos,El cual está á la banda del Estrecho:Entrambas costas son muy peligrosas,Y de futuros casos portentosas.Pasadas estas islas de Castillos,Adelante estan dos algo mayores:De los Lobos se dicen, que lobillosComo becerros hay, poco menores.Un poco mas arriba dos islillosEstan, nombrados islas de las Flores,Y habiendo treinta leguas caminado,Al puerto San Gabriel hemos llegado.Siete islas hay en él, altas, graciosas,[38]Un poco de la tierra desviadas,De palmas y laureles muy copiosas,Estan aquestas islas bien pobladas.Aquí llegan las naves poderosas,Como salen de España despachadas.Frontero es Buenos Aires ya poblado,Y del sur importuno resguardado.De ancho nueve leguas ó mas tieneEl rio por aquí, y muy hondable.La nave hasta aquí segura viene:Que como el ancho mar es navegable,Pasado este parage le convieneAl piloto mirar el gobernable,En la mano llevando siempre sonda,O seguir la canal que va bien honda.Doce leguas de aquí Martin Garcia,[39]Una isla de este nombre está llamada:Una legua de tierra se desvía,Y mas de legua y media es prolongada.A partes por el bosque está sombria,Y á partes tierra alta y asombrada,Don Pedro, y Juan Ortiz allí poblaron,Y de hambre mucha gente sepultaron.Aquí llegó Eduardo de Fontano,El año sobre mil y los quinientosDe ochenta con mas dos, con viento sano,Mas no supo de pueblos ni de asientos:Que si acaso supiera el luteranoQue allí habia poblados y cimientos,Sin duda en pesadumbre nos pusiera,Que habia el aparejo en gran manera.Cuatro leguas de aquí ya navegadasLas islas de San Lázaro estan juntas,De tierra media legua desviadasA dó enderezan ambas sendas puntas.Estan aquestas islas separadas,Aunque al parecer no estan disjuntas,Y habiendo media legua navegado,Está el Uruguay, rio afamado.Es rio de caudal y poderoso,Su boca legua y media casi tiene.Entra en este parage muy furioso,Que de peñas y riscos altos viene.En él entra otro rio con reposo,Que al parecer entrando se detiene;Al cual San Salvador llamó Gaboto,Antes que de los indios fuese roto.A dos leguas entra otro, que es nombradoEl Rio Negro, queHumtenia por nombre.Aquí en nuestros tiempos se han halladoPescados semejantes mucho al hombre.[40]Aquesto de pasada lo he tocado,Ninguno de léerlo aquí se asombre,Que, siendo Dios servido, en otro cantoDiré cosas de vista y mas espanto.Dejemos este rio, que corriendoDe allá hácia el Brasil viene derecho;Y en él se vienen otros mil metiendo,Que le tienen famoso y grande hecho.Al nuestro de la Plata revolviendo,Desde aquí él comienza á ser deshecho,Y en once brazas grandes se reparte,Tirando cada cual su larga parte.Del rio Nilo refieren escritoresLo mismo: pero es tanta la grandezaDe aqueste y de sus brazos, que mayoresLos juzgo, que no estiman la bravezaDel Nilo en tanto grado los autores.Y si del Nilo fuera la estrañezaTan grande como este, y se escríbiera,Al mundo admiracion mayor pusiera.En el nuestro se forman muy hermosasIslas, de á doce leguas y mayores:En sus tiempos muy frescas y frondosas,Pobladas de mil rosas y de flores:De caza y bastimentos abundosas;En ellas Guaranís son pobladores,Sin que alguna nacion otra se atrevaEn él poblar, en ella hacer prueba.Pasadas estas islas, torna el rioA su primera madre acostumbrada.De una y otra parte gran gentíoLa tierra firme tiene bien poblada.El Guaraní les manda con gran brio,Que tiene la mas tierra sujetada:Entre ellos Yamaudú, gran hablador,Que se titula y nombra Emperador.Este malvado y perro como artero,A todos los mas indios comarcanosLos trae á su opinion al retortero:Y como son los indios tan livianos,Y el pica su poquillo en hechicero,Donde el pone los pies ponen las manos:De suerte que si quiere hacer la guerra,Al punto le vereis juntar la tierra.Y no piense el que lea aquesta históriaQue al falso Yamandú perecederoLe falta quien levante su memoria,Que en mi tiempo murió: mas su herederoLevantar procurò su fama y gloria:Y lo hizo en mas grado que el primero.Así que Yamandú, es el dictado,Y nombre que se pone el que ha heredado.De aquelle trataremos adelante,De sus embustes, falsos y marañas.De cuerpo y parecer era gigante,Y así lo demostraban sus hazañas.Un poco tiempo fuí su doctrinante,Teniendole en prision, á dó sus sañasProcuré doctrinar: trabajé en vano,Porque era muy malvado este pagano.De aquí el rio arriba, navegadasCiento y veinte leguas ya del rio,Otras islas estan tan bien pobladasDe gentiles naciones y gentío.Timbues las mas de ellas son llamadas,Que muy poco temor tienen al frio.La torre de Gaboto está cercanaY la gente llamada Cherandiana.De allí á veinte leguas, otro asiento,Que Santa Fé se dice, está poblado:Garay le dió principio y fundamento,Cuando Martin Suarez ha mandado.Tratarse ha en otra parte aqueste cuento:Volvamos al negocio comenzado.El rio hace aquí muchos islones,Poblados de onsas, tigres y leones.Al pié de ochenta leguas adelanteEl grande Paraguay entra famoso,Con mas quietud se muestra, y mas semblanteA este rio corriendo con reposo.El Paraná se aparta allá á levante,De á dó corre con fuerza muy furioso;Del norte corre el otro, consumiendoLas aguas que el Perú viene virtiendo.Entrando el Paraná está Santa Ana,De Guaranís provincia bien poblada.Es tierra aquesta firme buena y llana,Que mucha de la dicha es anegada.Empero esta enjuta es muy galana,De nuestros españoles conquistada;Y así tienen aquí repartimientoLos que en el Paraguay tienen asiento.La peña pobre está mas adelante:Es alta como roca muy crecida.Aquí han visto muchos un giganteDe gran disposicion y muy crecida.No está, segun yo supe, el aquí estante:Que allá la tierra adentro es su guarida;Mas viene aquí á pescar muy á menudo,De sus redes cargado, mas desnudo.Arriba de aquí están los remolinos,Que es cosa de admirar y gran espanto.En el medio del agua hay torbellinos,Como suele acá en tierra: y esto tanto,Que navegando algunos, los vecinosCelebran sus exéquias con gran planto,Diciendo que Caribdis está á punto,Para lo que viniere tragar junto.Aquí muchas canoas se han perdido,Y muchos en mi tiempo se anegaron.Muy mal al de la Puente ha sucedido,Y á aquellos que con él aquí bajaron.Que habiéndoles Caribdis sumergido,Las vidas y haciendas trabucaron,Y aquellos, que mejor les fué en la féria,Aun lloran todavia su miseria.El Salto ya me está gran priesa dando,Diciendo este lugar ser propio suyo:Y yo, solo en lo estar imaginando,De miedo, y de pensarlo de mí huyo.Decir aqueste cuento procurandoLa mano está temblando, y lo rehuyo;Por ser la cosa horrible y espantosa,Y en todo el Paraná maravillosa.Por aquí el Paraná dos leguas tiene,Y peñascos y sierras hasta el cielo:Y al pié de una gran legua de aquí vieneCon impetu furioso y crudo vuelo.Cualquiera que navega le convieneCon tiempo tomar tierra, que en el sueloDe mil picas en alto dará cierto:Por tanto muy de atras se toma puerto.De legua mas atras encanaladoEl Paraná desciende poderoso:Un peñasco terrible está tajadoDe á dó se arroja y cae muy furioso.El estruendo que hace es muy sobrado,Y el humo al aire tiene tenebroso,Una noche dormí en una sábna,Dos leguas de él, mas fué la Toledana.Yo proprio lo he oido á naturales,Tratando de este salto y su grandeza,Que estaban con temores desiguales,A oir aquel sonido y su braveza.Las aves huyen de él; los animales,Oyendo su estruendo, sin perezaCaminan, no parando apresuradas,Y con temor las colas enroscadas.Despues está Guaira, ciudad enferma,Y que por Malgarejo fué poblada.Mas él, podrá decir cierto Belerma,De mi para mi mal fué engendrada.Es causa que Rui Diaz nunca duerma,La gente Chiriguana levantada,Por donde el pobre viejo anda á la guerraCon tino, por tener en paz la tierra.Poblada está tambien otra ciudad,Cuarenta leguas mas arriba de esta.En ella hay de metales cantidad,Empero, aunque los haya ¿de que presta?—Hablando como es justo la verdad,Que el hombre es lo que solo allá les resta,Pues vemos plomo saca Melgarejo,Y hierro, con tener poco aparejo.Al Paraná es ya tiempo que dejemos,Y al Paraguay ameno revolvamos;En el cual á la clara bien veremos,Que está cifrado el bien que deseamos.El bien, digo, que en tierra pretendemos,Que agora del divino no hablamos;Que aquese solo y sumo bien superno,Está solo en gozar de Dios eterno.Entrando al Paraguay á izquierda mano,El Ipití se vé, que es rio famoso:Muy plácido desciende por un llanoDe palmas y laureles muy copioso.El Paraná-miri está cercano,Que al Paraná traviesa caudaloso,Haciendo triangular una isla llana,De doce leguas casi de sabána.Si en este riachuelo el otro fuera,Que dicen á buscar su muger iba,El rio arriba espanto no pusiera;Pues vemos que este corre hácia arribaAlgunas veces, y es de esta manera,Que es justo la razon aquí se escriba:Está cuando uno crece el otro bajo,Y el chico corre arriba y corre abajo.No corre el Paraguay tanto furioso,Y es un rio mayor que él de Sevilla,De vista y parecer es muy gracioso,Con ribera vistosa y linda orilla.De frescas arboledas muy copioso,Y en partes prado verde á maravilla.Tambien tiene en los valles mas cercanosLagunas, negadizos y pantanos.Una laguna tiene de gran famaLlegada al Ipití que dicho habemos.De los Mahomas es, y así se llama,Que aquesta gente habita sus extremos.En el rio Bermejo se derrama,Y que esta tenga perlas lo sabemos,El Mahoma, Señor de esta laguna,Estando en la Asumpcion me diò mas de una.En gran precio las perlas estos tienen;Empero ellos no saben horadarlas.Si en su asiento españoles se detienen,De los hostiones procuran de sacarlas,Y al español con ellas luego vienen.El órden pues que tienen en pescarlasEs facil; que en pequeños redejones,A veces sacan veinte y mas hostiones.Antes de la Asumpcion hay angosturaDel rio, y así corre allí furioso.Alegre es por allí y de frescura,De muchas arboledas muy umbroso:Con islas que hay en él de hermosuraEstraña, y parecer muy deleitoso.Entra aquí Pilcomayo que, vertiendoSus aguas, del Perú viene corriendo.Cuatro leguas arriba está situadaLa gran ciudad, antigua y populosa,Que es dicha la Asumpcion, que fué poblada,Por Salazar en era muy famosa.Es aquesta ciudad tan regalada,Que mi pluma escribirlo aquí no osa:Algunos, por baldon con mal aviso,La llaman de Mahoma paraiso.Poblóse de muy buena y noble gente,En tiempo de D. Pedro de Mendoza,Aunque hay, como sabemos, al presenteEn abundancia ya de toda broza.La causa de este mal inconvenientePareceme será la gente moza,Que, aunque salen valientes y esforzados,Al mal y no al bien son muy inclinados.Gran copia de mestizos hay en ella,Pero mas abundancia de mugeres:Porque la guerra hace en ellos mella,La cual sin interes y sin haberes,Con solo el fin la siguen de tenella.Y así, lector curioso, si quisieresEl número saber de las doncellasDe cuatro mil ya pasan como estrellas.De frutos de la tierra y de Castilla,De pan, y vino, y carnes y pescadoHay copia; pero oid la maravilla,Que sé que aconteció un dia pasado.Un peje palometa, que freillaPensaba una muger enharinado,De la sartén saltó muy derrepente,Y el dedo le cortó redondamente.Un palmo y mas tendrá la palometa,Y mayor en el ancho que una mano.A donde hace presa fuerte aprieta,Como suele hacer el crudo alano.Es cosa de notar ver que acometaEste pequeño pez á todo humano.Del rio ví salir un dia un soldadoGritando, y en el muslo un gran bocado.Jugóse allí al presente que faltabaDe carne media libra al desdichado,Y el peje palometa lo llevabaEn la boca redondo aquel bocado.Mas de otro oí decir que lamentabaSu suerte desastrosa y triste hado,Que en la boca de un pez perdido habia,Lo que el pez le cortó con gran porfia.Dorados hay enormes y crecidos,Mandís, rayas, pacues amarillos:Muchos pescados hay desconocidos,Por tanto determino no escribillos.Los indios naturales mantenidosLos mas son de pescado y venadillos,Los Guaranís son solo labradores,Los mas dados á caza y pescadores.Aves la tierra cria diferentes,Que habitan por las islas de este rio,Pavas y avestruces muy valientes,Neblies y falcones de gran brio.Culebras hay y vívoras, serpientes,Que han tenido con hombres desafio:En otro canto aquesto contaremos,Y cosas admirables trataremos.Que aquesto ahora tocamos de pasada;Y cierto que en pensar yo la estrañezaDe las cosas que he visto, embelezadaMe queda la memoria, y mi rudezaEn estasis se pone enagenada,De toda la humana naturaleza:Y habiendo de escribirlo todo en sumaLa mano está temblando con la pluma.Dejemos, pues, ya el rio, que corriendoPor èl quinientas leguas sin contento,Del enemigo á veces yo huyendo,Jamas pude hallarle nacimiento.De otros con porfia les siguiendo,He hallado el principio y fundamento;Y quiero darle ya al canto tercero,Que cosas espantosas cantar quiero.
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En que se trata de la calidad de la tierra, animales reptiles, y espantosìsimas víboras y serpientes; de la sirena, del carbunclo, de unas mariposas, que se tornan en gusanos, y despues en ratones, y otras maravillas.
En que se trata de la calidad de la tierra, animales reptiles, y espantosìsimas víboras y serpientes; de la sirena, del carbunclo, de unas mariposas, que se tornan en gusanos, y despues en ratones, y otras maravillas.
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Demas de que en nosotros señaladaLa lumbre està de Dios como creemos,Y el alma por él mismo fué criadaA su bendita imagen, lo leemos.Para que de esta suerte doctrinadaEn bien fuese así mismo; si queremosMirar las corporales criaturas,Veremos que son vivas escripturas.La flor de la granada ó granadillaDe Indias, y misterios encerrados,¿A quien no causarà gran maravilla?Figúranse los doce consagrados,De una color verde y amarilla:La corona y los clavos tresmoradosTan natural estan, y casi al vivo,Que yo me admiro agora que lo escribo.Un àrbol hay pequeño de la tierraQue tiene rama y hoja menudita:En tocando la hoja ella se cierra,Y en el punto se pone muy marchita.Yo he visto yendo veces à la guerraPor los campos aquesta yerbecita,Caycobése llama, y es tenidaPor yerba viva, y nòmbranlade vida.[41]Quièn no se admirarà luego en oyendoQue hay un papagallo muy hermoso,La hembra cuando huevos va poniendo,Tres pone, que es el nùmero gracioso.Al punto que los pollos van saliendoConoce el papagallo el que es viciosoY sobra; y asì le mata en aquel dia,Dejando macho y hembra para cria.AlMicurendiò Dios una bolsilla[42]Por medio de los pechos, en que encierraSiete ù ocho hijuelos: si seguillaProcura otro animal, le hace guerraA quien le sigue; y guarda su cuadrillaComo suele hacer la brava perra:Y en viendose de mal libre y de duelos,Abre la bolsa y salen los hijuelos.ElYumirì, que es oso hormiguero,¿A quien no espantará su compostura?Por boca tiene un muy chico agujero,Como un novillo grande, y de hechuraDel oso acà comun: no es carnicero,Y prívale de serlo el angosturaDe la boca: mas vence al tigre fuerte,Causàndole por hambre cruda muerte.[43]El instinto de un vil animalejo,Eyraha por nombre, me ha admirado;De suerte es y de forma de un conejo,Mas mata, como vemos, un venado.Salta y aferra firme en el pellejo,Y en el seseso dá fiero bocado,Haciendo con las uñas tal camino,Que saca al animal el intestino.Lo mismo hace al hombre y otra cosaUna horrenda culebra, que es nombradaCuriyú; muy grande y espantosa,[44]De largo, y de grosor descompasada.Lo que ha comido y traga no lo bosa,Ni echa por abajo: mas posadaEn tierra la barriga, se abre y echaAquello que de nada le aprovecha.Las víboras que son mas ponzoñosas,Cascabel en la cola tienen puesto,De diversas colores son vistosas,Saltando de la tierra, y de su puesto,Arremeten al hombre muy furiosas.Hasta morder con rabia el rostro y gesto.A dó las hay criò Dios una yerba,Que es dicha por su nombre contrayerba.El hombre ò animal á quien le hiereAlgunas de estas víborasmalvadas,En un dìa natural, sin falta, muere,Y en él son medicinas escusadas.Empero si la yerba el tal bebiere,Antes que doce horas sean pasadas,Escapa. Aquesta yerba Dios le ha dado,El mismo cascabel muy apropiado.¡A quien no admiraràn las cosas tales!Pues mas he de decir en este canto:Que contarè en él cosas desiguales,Muy raras, peregrinas y de espanto.Agora de la tierra y naturalesDe la Asumpcion digamos tanto cuanto;Y luego escribiremos mil cosillas,Que bien podrè llamarlas maravillas.El temple la Asumpcion tiene gracioso,Apacible, sereno y claro cielo;Invierno frio; estio caloroso,Algunas veces nieve, tambien yelo.De invierno y de verano está hermosoEl campo todo el año, verde el suelo,Porque de cuando en cuando bien se moja,Y casi siempre està de verde hoja.La gente natural y comarcana,Es de muchas naciones diferentes.Empero la mas es la Chiriguana,Que estàn à los cristianos obedientes.Ya no comen aquestos carne humana,Si no es por exquisitos accidentesEn guerras y conquistas con paganos,Empero no de carne de cristianos.Una pestilencia grande hubo venido,De que muchos Guaranìs se murieron,Que carne de cristianos han comido,La peste les sucede atribuyeron.Tambien por desabrida aborrecidoLa tienen, segun muchos me dijeron:Que mas les sabe carne de un pagano,Que no la de español ó castellano.Los Guaycurús habitan la otra banda:Es gente muy valiente y belicosa.Cuando nuestro español en guerras anda,Alquila Guaycurús por donde osaAl Guaranì seguir, que le dán tandaAquestos de tal suerte, que medrosaLa gente Guaraní queda y deshecha,Que el Guaycurú jamas teme su flecha.Los Agaces estaban bien pobladosEn tiempo de D. Pedro de Mendoza,Y aun eran muy valientes y esforzados.Los cristianos hicieron tal destrozaEn ellos, que los indios y soldadosMataban sin piedad à toda broza:Y así vino la cosa à tal estadoQue no hay hoy del Agaz pueblo poblado.Tambien habia muchos Guatataes,Que es gente muy amiga de cristianos,Y otros que se llaman Mogolaes,Que viven en esteras por los llanos;Aquestos, y tambien Coñamequaes,Estàn de la ciudad algo cercanos:Acuden á servir con gran contento,Aunque de ellos no hay repartimiento.Los Guaraníes solos repartidosEstán, que las demas generaciones,Aunque lo estàn, y han sido sometidosAl español, mas son por ocasiones,Que tienen los que mandan eximidosDel servicio, y acuden con mil dones;De suerte que hablando mas de vero,Es de estos el que manda encomendero.Junto à la Asumpcion está una sierra,Nombrada Lambaré, sierra afamada;En gran parte de toda aquesta tierra,Ninguna tan alta hay, tan encumbrada.Allì diò Salazar muy cruda guerraA Lambaré, y su gente rebelada.Y muy cerca de allí, bajando al rio,Oid una batalla y desafio.Habiendo Salazar aquì vencidoEl bravo Lambaré y toda su gente;A los pies de alta sierra le ha salidoUna terribilísima serpiente.Con ànimo gallardo y muy crecidoEmbraza la rodela diligente,Y comenzando á darla con la espada,En tierra echa una mano destroncada.La sierpe con la cola revolviendo,Al buen Capitan diera muy airadaUn golpe tan terrible, que cayendoVenia el Capitan, y con la espada,En el suelo se tuvo, y acudiendoCon una venturosa cuchillada,Tal golpe de reves dà con destreza,Que ahì la sierpe queda sin cabeza.La del tigre no fué tan grande hazaña,Aunque era muy terrible y espantoso:Matòlo antes que fuese à nuestra EspañaAqueste Capitán tan valeroso.Y habiendo ido, volviò, cosa estraña,Que siendo tan valiente y poderoso,Muriò pobre, dejando muchos hijos,Con pleitos y demandas y litijos.Por armas le dió el Rey el tigre fieroCon Lambarè, la sierra que he contado,Y un hàbito y señal de caballero,Con que á las Indias vuelve muy honrado.Mas como nunca dió en tener dinero,Murió sin dejar solo ni un cornado:Que aquesto de tener la plata à sobra,Yo tengo firmemente que Dios obra.De que me sirve á mi querer riqueza,Y andar aperreado por habella,Si Dios por me azotar me dà pobreza.¿A quien presentarè yo mi querella,Si la Suprema Causa y Suma AltezaDispone que no haya de tenella?De arriba, de lo alto todo viene:Dejadlo al que poder en todo tiene.Volviendo á nuestra história; rio arribaUna laguna está muy afamada:Itapuà se llama una peña viva,Está en medio de aquella levantada.Compèleme el temor que no lo escriba,Mas no lo dejarè: es prolongadaDe cien codos la piedra, y muy derecha,Y arriba en lo supremo una vesecha.Es como el ave Fenix muy graciosa,Que pintan los autores y su nido,Compuesto es de especiosa y olorosaMadera, que en mis manos la he tenido;La Sirena tambien bella, y hermosaComo una bella dama, ha parecidoEn medio esta laguna, y aun gemiendo,Y sus doradas crines esparciendo.Otra laguna grande mas crecida,De mas admiracion que aquesta vemos,Que està la tierra adentro algo metida;Los indios del Acay en sus extremos[45]Habitan, y ellos dicen que fundidaAntiguamente fué gente, y creemos,Nos dicen, està el diablo atormentandoAquellos que pecaron en nefando.Gran grita y alarido y gran estruendoAllá dentro parece que resuena;Cuando se allega junto, estremeciendoEl cuerpo queda todo con gran pena.Algunos de temor vuelven huyendo;Pajas, se les antoja, y el arenaQue son diablos que vienen en pos de ellos,Y vuelven erizados los cabellos.Y no lejos de aquí, por propios ojos,El Carbunclo animal veces he visto:[46]Ninguno me lo juzgue por antojos,Que por cazar alguno anduve listo.Mil penas padecí, y mil enojosEn seguimiento de èl; ¡Mas cuan bien quisto,Y rico y venturoso se hallàraAquel que Anagpitan vivo cazára!Un animalejo es, algo pequeño,Con espejo en la frente reluciente,Como la brasa ignita en recio leño.Corre y salta veloz y diligente:Asì como le hirieren echa el ceño,Y entùrbiase el espejo de repente:Pues para que el Carbunclo de algo presteEn vida el espejuelo sacan de este.¡Cuan triste se hallò, y cuan penosoRui Diaz Melgarejo! que halladoHabia, à mi me dijo, de uno hermoso;Perdiólo por habérsele volcadoUna canòa en que iba muy gozoso.Yo le ví lamentar su suerte y hado,Diciendo—"si el carbunclo no perdiera,Con él al Gran Philipo yo sirviera."Andando por la guerra, y escuadrones,De mì fueron mil cosas conocidas.Trataré de una forma de ratones,Y de vista hablaré y no de oidas.Unas cañas he visto, y cañutonesTran gruesos como piernas muy crecidas;Catorce y quince tiene pocos menosCada caña, y de agua todos llenos.El agua es muy sabrosa, clara y fria,Mas yendo ya la caña madurando,Un gusano se engendra adentro y cria,Y al cañuto el gusano horadandoAfuera mariposa parecia.Con las alas comienza de ir volando,Y por tiempo las pierde, y queda hechoDe forma de raton hecho y derecho.Al tiempo que en la caña estan metidos,A gente natural son nutrimento.Frutos sabrosos son: mas ya salidosA luz, causan dolor, pena y tormento,Porque tornados ya y convertidosEn ratones, consumen el sustento;Y privan muchas veces de la vidaAl natural, quitando su comida.De veinte mil pasaron, naturales,Que murieron á causa del estragoQue hicieron aquestos animales:Que en todo el Ubay dejaron pagoDe planta, ni maiz, ni sementales,Sin pasar por aquel tan crudo trago.Dejando desta vez tan asoladaLa tierra, que tardó de ser poblada.No hay bruco, ni langosta perniciosa,Ni erugo, ni otra plaga que yo entienda,Que iguale á esta maldita mariposa,Terrible, si comienza su contienda.Así està desta plaga tan medrosaLa gente del Ubay, que viendo sendaPor do huir su tierra y nacimiento,La dejan por tener algun contento.Tambien hay otras cañas muy mayores,(Del grueso son de un roble bien crecido)En que se crian gusanos, y mejores.De los unos y de otros he comido:En muy poco defieren sus sabores.Estando el uno y otro derretido,Manteca fresca à mi me parecia,¡Mas sabe Dios el hambre que tenia!En los mojos de aquestas cañas vimos,Con agua bien sabrosa, mas gusanos,Ni dentro ni de fuera los sentimosEn toda la montaña ni en los llanos.Las cañas por cumbreras las pusimos,Con tener otros palos muy cercanos,Mas no habia que temer, que la cortezaTenian de terrible fortaleza.Es tanta la espesura de las cañas,A dò las hay, que es cosa de gran grima:Y aunque dentro se crian alimañas,Estan tan encerradas como encima.Quien á cortar va cañas, por mil mañasQue tenga, á las veces se lastima,Con puas, con espinas, con abrojos,Y el mal sale mil veces à los ojos.Mas ya estoy enfadado en este canto,¡Cuanto mas lo estarà quien le leyere!Degemos de contar cosas de espanto,Volver quiero á D. Pedro. Quien quisiereLas mudanzas saber y crudo llantoDe fortuna, y de aquel que las siguiere,Con mucha atencion lea diligenteEl canto lastimoso aquí presente.
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