III.La abolicion.

Inútil parece decir que la abolicion de la esclavitud en los Estados-Unidos fué un resultado de la guerra civil, pero se hace preciso insistir en esto, dándole todo el posible desarrollo, supuesta la aficion que muchas gentes demuestran á sostener que la abolicion fué solo un accidente de la guerra de los cinco años, un medio de que el Norte se valió para aumentar las filas de sus partidarios y debilitar el poder de sus enemigos; un castigo, en fin, impuesto por el vencedor al caido y que por tanto se aparta de las condiciones que deben acompañar á toda medida política en los pueblos ordenados y pacíficos.

Indudablemente los que de esta última manera entienden la abolicion llevada á efecto en los Estados-Unidos, no carecen en absoluto de razon. Es verdad que todo lo que dicen sucedió en la República americana. Su error está en desconocer ó en callar que sucedióalgo más; y estealgoes de tal importancia, que hace variar grandemente el carácter de la obra emancipadora.

Ante todo precisa recordar el diverso sentido que la guerra de separacion tuvo desde el primer dia para los Estados rebeldes y para los Estados del Norte. La razon verdadera del separatismo, y por tanto la razon públicamente confesada de la lucha, fué siempre, para el Sur, la conservacion de la esclavitud. Es cierto que los defensores más ó ménos francos que en el mismoNorte tuvieron los sudistas, es cierto que los famososcopper headsalegaron en pro de la causa de estos el principio de la autonomía de los Estados, pretende la Union, pero sí por todos el desmembramiento diciendo, no que se aceptase que una vez más se reconociera, bien con relacion á la esclavitud, bien á otras gravísimas cuestiones, el poder anterior ó inviolable de las Legislaturas locales. Pero este sentido que inspiraba á los demócratas del Norte en los mismos años de la lucha y que antes habia sido aceptado (en 1860) por la misma Convencion nacional republicana reunida en Chicago el 16 de Mayo, no fué el que determinó la actitud de los seis Estados (Missisipí, Florida, Alabama, Georgia, Luisiana y Tejas) que antes de Febrero de 1861 se declararon de acuerdo con la Carolina del Sur para separarse de la gran República americana.

Para convencerse de ello solo es preciso pasar la vista por las declaraciones y las proposiciones de los sudistas durante la administracion Buchanam, así como sobre la Constitucion votada en Mayo de 1861, por los confederados y que las sirvió de bandera durante los cinco años de guerra civil.

La Convencion de la Carolina del Sur de 1860, exponiendo los motivos que aconsejaban la ruptura del vínculo federal, claramente se referia á la esclavitud al acusar á catorce Estados del Norte de no perseguir á los esclavos fugitivos, y de haber «elevado á la dignidad de Presidente de los Estados-Unidos á un hombre (Lincoln) cuyas aspiraciones y cuyos deseos eran hostiles á la servidumbre.»—Mr. Buchanam, al proponer al Congreso, en su Mensaje de Diciembre de 1860, medios de contener el movimiento separatista, se referia exclusivamente á la esclavitud en los territorios y en los Estados libres. Por otra parte, la Constitucion confederada, idéntica en un todo á la del Norte, se diferenciaba de esta en dos puntos. El primero, tocado ligeramente, establecia que no se pudiesen «conceder primas ni derechos sobre la importacion para proteger ó animar un ramo cualquiera de la industria.» El otro, tratado prolijamente, se referia á la esclavitud, llevándola con toda franqueza á los territorios y garantizando su existencia en todos los Estados. Así Alejandro Stephens, el primer vicepresidente de la Confederacion del Sur, podia decir, explicando la flamante Constitucion: «La nueva Constitucion ha sofocado para siempre los fermentos de discordia inherentes á nuestras instituciones. La esclavitud africana, tal cual existe actualmente entre nosotros, elstatusparticular del negro en nuestra forma de civilizacion; esta fué la causa inmediata de la última ruptura y de la presente revolucion. Jefferson, en su sabiduría, habia previsto que esta era la piedra en que tropezaria la vieja Union. Habia la conviccion (y los jefes políticos del tiempo de la formacion de la Constitucion antigua participaban de ella) de que la reduccion del africano á esclavitud era una violacion flagrante de las leyes naturales: que este acto era una falta, en principio, y bajo los puntos de vista social, moral y político... Nuestro actual Gobierno, nuestro nuevo Gobierno tiene por base ideas diametralmente opuestas; sus fundamentos están establecidos, su piedra angular reposa sobre la gran verdad de que el negro no es igual al blanco, y que la esclavitud, la sujecion á una raza superior, es la condicion moral y natural del negro. Nuestro Gobierno es el primero en la historia del mundo que ha tomado este hecho física, filosófica y moralmente verdadero.»

De la parte del Norte, es preciso reconocer que la idea que agrupaba más defensores, la que determinó el ataque á los Estados rebeldes, la que hizo titubear á losBorder Statesque al fin cayeron, en su mayoría, del lado del Sur, fué la conservacion de la Union nacional, la del respeto al pacto federativo. A esta idea respondieron la convencion democrática de Charleston, la convencion del partido unionista constitucional de Baltimore, la misma convencion republicana de Chicago, y, en fin, la casi totalidad de losmeetingsverificados en 1860, con motivo de las elecciones de Presidente de la República. A esta misma idea respondió la proposicion de Mr. Clark, aprobada por el Senado en el mismo año 60, para que se declarase «que todas lasfuerzas de la Administracion, toda la energía de los buenos ciudadanos debian dirigirse hacia el mantenimiento de la Union y de la Constitucion tales como á la sazon existian.» A la misma idea obedecieron las proposiciones hechas por la convencion que se reunió en Washington el 4 de Febrero de 1861 para arreglar las diferencias del Norte y del Sur, y en la cual brillaron los sudistas por su ausencia. Del mismo propósito fué eco fiel la enmienda constitucional votada por el Congreso (para que corriese los trámites de ley, por más de que el éxito no correspondiera al deseo) y que á la letra decia: «Ninguna enmienda se introducirá en la Constitucion que de al Congreso autoridad ó poder para ocuparse de la esclavitud ó para abolirla en los Estados cuyas Constituciones locales admiten aquella institucion, comprendiendo en esta á los individuos obligados al servicio ó al trabajo por las leyes de dichos Estados.» Por último, á estos principios se ajustó el discurso pronunciado por Lincoln en 4 de Marzo, al tomar posesion de su cargo. «Lejos de mí—dijo—la idea de entrometerme directa ni indirectamente en la cuestion de la esclavitud, en aquellos Estados donde esta institucion se halle en vigor. Creo no tener derecho para ello: y no tengo intencion de obrar de este modo..... En lo que concierne á la Constitucion y á las leyes, pienso que la Union no está disuelta; y en el límite de mis poderes, velaré como la Constitucion me manda expresamente por que las leyes de la Union sean fielmente ejecutadas en todos los Estados.»

Ahora, que aparte de estas ideas existiesen otras, influyendo poderosamente en el espíritu público de la República, punto es que no admite controversia de género alguno. El abolicionismo no determinó la guerra de los cinco años, pero indudablemente la sostuvo; y en él se empapó el espíritu de las tropas federales, y él fué el que mató las embozadas simpatías que en el seno del Norte tenian los sudistas. Así, los abolicionistas que en 1860 no constituian más que una vasta agrupacion de hombres que aspiraban vagamente á borrar de la República la mancha de la servidumbre, en 1863 eran ya un poderosísimo partido político, distinto del republicano y del demócrata.

Dados estos antecedentes, se comprende muy bien, no ya la complicacion que para una política abolicionista debia entrañar la guerra de separacion sostenida por el Norte solo á nombre de la integridad nacional, sí que el carácter de las medidas de Lincoln, á quien la ignorancia ha calificado de abolicionista gradual, sirviéndose torpemente de su ejemplo para combatir las exageradas pretensiones (así se dice) de los que en este, como en otros problemas, somos francamente radicales.

Las primeras medidas que sobre la esclavitud se tomaron fueron de un carácter puramente militar. El general Fremont, en Agosto de 1861, y el general Hunter, en Mayo del 62, decretaron al frente de sus tropas la emancipacion de los esclavos, del Missouri el primero, y el segundo de Georgia y la Florida; siendo inmediatamente revocados ambos decretos por el Gobierno central.

Algo antes, el general Butler, famosísimo en toda la guerra de separacion, habia declarada á los esclavos contrabando de guerra, viniendo por este camino á la libertad de los negros que sus tropas hacian prisioneros. Pero ninguna disposicion de carácter general se publicó hasta 1862.

Antes Lincoln, comprometido en la lucha, habia pedido á los Estados 75.000 hombres por tres años (15 de Abril de 1861), y proclamado el bloqueo de los puertos del Sur (19 de Abril), y llamado á las armas por tres años á 42.000 voluntarios (3 de Mayo), y escitado al Congreso, despues de la rota de Bull-Run, á votar el armamento de 500.000 hombres (4 de Julio), y prohibido toda relacion con los Estados rebeldes (16 de Agosto) y, en fin, apurado todos los medios militares para vencer la insurreccion. Desgraciadamente esta tomaba más vuelo cada dia.

La mala fé de la administracion Buchanam habia permitido que casi todo el armamento federal estuviese en los almacenes del Sur, y los buques de guerra de la República confinados en Asia y en Europa, de modo que no pudiesen acudir en defensa de la Union en el momento del conflicto. La mayor parte de la oficialidad del ejército federal era sudista, y obtuvo su licencia así que se rompió el fuego contra el fuerte Sumter. LosBorder Statescomenzaron á ingresar en las filas de los separatistas. La prision de Mason y Slidell, á bordo delTrent, dió orígen á un sério conflicto con Inglaterra, y mientras en Europa (escepcion hecha de España) la causa del Sur era acogida con simpatías, los descalabros de Bull-Run, de Happer's Ferry y de Dug Spring, despues de obligar al Congreso á reunirse enSesion especialpor espacio de un mes desde el 4 de Julio, y de reanudar sus tareas ordinarias antes de la fecha acostumbrada, hicieron pensar á Lincoln en los recursos extremos.

El Congreso habia votado el aumento del impuesto de aduanas hasta obtener 230 millones de dollars, al propio tiempo que emitia bonos del Tesoro por valor de otros 50 millones. Despues acordó una nueva emision de 150 para la construccion de navíos y cañones, y en este camino siguió creando impuestos como el de 3 por 100 sobre la renta, y de 5 por 100 (aparte de lo ya aumentado) sobre la importacion de géneros. A esto se agregaba la negociacion de obligaciones de 6 por 100 hasta obtener 500 millones de duros, y la admision de depósitos hasta 100 millones con interés de 11 por 100. Las medidas financieras corrian, pues, pareja con el nuevo llamamiento de 600.000 hombres para formar el ejército federal, al que debian unirse luego otros 300.000 soldados porconscription[23].

En estos angustiosos momentos, Lincoln piensa en la necesidad de apelar á medios políticos, que á la vez tendiesen á debilitar al enemigo, á aprovecharse de los recursos militares que su mismo adversario le ofrecia, á obviar las dificultades y los compromisosque su respeto alstatus quole suscitaban, y á utilizar el entusiasmo que la gran causa de la abolicion habia despertado en el Norte.

A todo esto hizo frente Lincoln unas veces por sí, otras con el apoyo del Congreso. Primeramente se decidió que el ejército federal pudiese admitir en sus filas á los esclavos fugitivos, reconociendo, no solo su libertad desde el instante de su alistamiento, sí que la libertad de sus madres, sus viudas y de sus hijos.

Así el Norte pudo presentar frente á Charleston magníficos batallones de negros que peleaban por su sacratísimo é inviolable derecho.

Despues se decretó la confiscacion y subsiguiente libertad de todos los esclavos empleados por el Sur en el servicio militar rebelde; con lo que la administracion sudista se vió amenazada de paralizacion en sus más indispensables servicios.

Pasóse en seguida á invitar á los Estados á hacer la abolicion gradual de la esclavitud en un plazo que no excediese de treinta y nueve años, prometiendo el Congreso indemnizar en cierta medida á los poseedores expropiados, estableciendo que los negros que por cualquier concepto hubiesen disfrutado una hora de libertad, fuesen considerados libres para siempre, y anunciando que de no oirse la voz del Presidente, éste tendria que proclamar la emancipacion de los esclavos de paises rebeldes el primero del próximo año de 63. De este modo el Gobierno federal trataba de vencer las dificultades que en el mismo Norte, en losBorder States, y sobre todo en el Sur, le suscitaba la presencia de una gran masa de esclavos, á quienes tenia que respetar con arreglo á la Constitucion, pero á los cuales no se podia ocultar el alcance de la terrible guerra sostenida contra los rebeldes de Richmond y Charleston.

Por último, el Congreso acordó la abolicion inmediata de la servidumbre en Colombia (que caia bajo su jurisdiccion) destinando un millon de dollars á la indemnizacion; mientras que por otra parte prohibia para siempre la importacion de esclavos en losterritorios. De este modo el abolicionismo tomó con mayor ardor el empeño de rehacer la Union. De todas estas medidas, la única que no surtió efecto fué la invitacion para la abolicion gradual, y en su vista, así como teniendo en cuenta las cada vez crecientes exigencias de la guerra, Lincoln publicó el 1.º de Enero de 1863 la siguiente célebre proclama:

«Visto que una proclama publicada por el Presidente de los Estados-Unidos, en el año de N. S. de 1862, establecia entre otras disposiciones:

»Que el 1.º de Enero del año de N. S. de 1863, las personas poseidas como esclavos en todo Estado ó toda porcion de Estado cuya poblacion se hallase en actitud rebelde contra los Estados-Unidos, serian á partir de este momento y para siempre libres:

»Que el Poder Ejecutivo de los Estados-Unidos, comprendidas las autoridades de mar y tierra, deberian reconocer y proteger la libertad de aquellas personas, no poniendo obstáculo de ninguna suerte á los esfuerzos que las mismas pudieran hacer para alcanzar su libertad efectiva:

»Que el 1.º de Enero ya dicho, el Poder Ejecutivo designaria por medio de una proclama los Estados ó porciones de Estado en los cuales la poblacion se hallase en actitud rebelde contra los Estados-Unidos:

»Que el hecho de que un Estado ó su poblacion fuere representado en aquel dia en el Congreso de los Estados-Unidos, por miembros electos, en elecciones en las cuales hubiera tomado parte la mayoría de los electores, seria, á falta de otras pruebas bastantes á establecer lo contrario, considerado como un testimonio concluyente de que este Estado ó su poblacion no era rebelde:

»Yo, Abraham Lincoln, Presidente de los Estados-Unidos, en virtud de los poderes de que estoy investido como comandante en jefe de los ejércitos de mar y tierra de los Estados-Unidos, en estos tiempos de rebelion armada contra la autoridad y el Gobierno de los Estados-Unidos, y como medida de guerra, conveniente y necesaria para la represion de la rebelionaludida; hoy, 1.º de Enero del año de N. S. de 1863, conforme á lo que prometí hacer despues del plazo de cien dias, plenamente trascurridos desde la fecha de la órden antes mencionada, proclamo públicamente y designó como Estados ó porciones de Estado cuya poblacion respectiva se halla en situacion de rebeldía contra los Estados-Unidos.

»El Arkansas, Tejas, La Luisiana, excepcion hecha de las parroquias de San Bernardo, Plaquemines, Jefferson, San Juan Bautista, San Cárlos, Saint-James, Ascension, Asuncion, Tierra-buena, La Fourche, Santa María, San Martin y Orleans, comprendiendo en esta la ciudad de Nueva Orleans; el Missisipí, el Alabama, la Florida, la Georgia, la Carolina del Sur, la Carolina del Norte, la Virginia, á excepcion de los 48 condados comprendidos en la denominacion colectiva de Virginia occidental, así como los condados de Berkeley, Accomac, Northampton, Elisabeth City, York, Princesa Ana y Norfolk, con las ciudades de Norfolk y Portsmouth.

»Las porciones de Estado exceptuadas, continuarán por ahora como si esta proclama no se hubiese dado.

»Y en virtud de los poderes y con el fin antes indicado, ordeno y declaro que todas las personas retenidas como esclavos en los Estados y las porciones de Estado designadas, son libres á partir de este dia, y que el Gobierno ejecutivo de los Estados-Unidos, que comprende á las autoridades militares y navales, reconozcan y mantengan la libertad de las dichas personas.

»Escito á las personas así declaradas libres á abstenerse de toda violencia, fuera del caso de legítima defensa, y les recomiendo que trabajen lealmente, en cuanto puedan, mediante salarios razonables.

»Declaro además, y hago saber á estas personas, que si se hallan en las condiciones convenientes, serán aceptadas en el servicio del ejército de los Estados-Unidos para formar las guarniciones de los fuertes, para guardar las posiciones, los puertos y otros lugares, así como para servir á bordo de los navíos de guerra de toda especie.

»Y obrando así, creo sinceramente cumplir un acto de justicia, estar dentro de las prescripciones de la Constitucion, obedecer á las necesidades militares é invoco el juicio reflexivo de la humanidad y la gracia del Todopoderoso.

»En fé de lo que, firmo la presente de mi mano, y hago poner el sello de los Estados-Unidos.

»Hecho en la ciudad de Washington el 1.º de Enero del año de N. S. de 1863 y el 47 de la independencia de los Estados-Unidos de América.

Abraham Lincoln.

Por el Presidente,

William H. Seward.»

El resultado de esta medida fué la consagracion de la libertad de 2.422.720 esclavos pertenecientes á los ocho Estados rebeldes de Alabama, Arkansas, Florida, Georgia, Missisipí, Tejas y las dos Carolinas: y de 697.478 negros de la Luisiana y la Virginia. En junto 3.120.198 hombres.

Pero aun despues de este decreto quedaban los esclavos exceptuados do Virginia y de la Luisiana—esto es, unos 125.118—y el total del Tennessee, Missouri, Maryland, Delaware y Kentucky—es decir, 705.120 negros. En junto, 830.238. Respecto de estos no cabia una medida de guerra, y por tanto su suerte no dependia de la buena voluntad del presidente Lincoln.

A ellos ocurrió el Congreso proponiendo á los Estados la enmienda 13 á la Constitucion que á la letra dice así y que fué votada en 1865:

«Ni la esclavitud ni la servidumbre involuntaria existirán en los Estados-Unidos ni en parte alguna sometida á su jurisdiccion, sino como pena, para los crímenes cuyo culpable haya sido declarado conforme á las leyes.»

Tras esto debia venir otro paso ya de carácter esencialmente político; y en esto consisten las enmiendas 14 y 15 que reconocieron el derecho de sufragio á los negros.

Prescindo ahora de discurrir sobre la fuerza que estas medidas comunicaron á la gran causa del Norte. Este punto no entra en el cuadro del presente trabajo. Lo dicho sirve solo para establecer que si bien la emancipacion de las tres cuartas partes de los esclavos de los Estados-Unidos pudo ser una medida de guerra, un castigo á los rebeldes, un recurso de legítima defensa, no sucedió así con un millon de esclavos del Maryland, del Delaware, de parte de la Virginia y del Kentucky, donde la abolicion fué inmediata y sin indemnizacion, ni en Colombia, donde los poseedores fueron indemnizados con 300.000 pesos, por el Congreso en 1863.

No se hable, pues, del abolicionismo gradual de Lincoln. No se hable del carácter especialísimo de la abolicion en los Estados-Unidos.

Lincoln en 1861, en 1862 se hubiera dado por muy satisfecho con que los Estados de por sí hubiesen abolido la esclavitud en veinte ó treinta años. Ni Lincoln ni el Congreso tenian, con arreglo á la Constitucion, derecho para imponer á estos Estados la emancipacion de los esclavos. Si los Estados cedian, ¡qué mayor triunfo en el órden constitucional! Pero de esto á lo que sucede en nuestras Antillas, ¡qué diferencia!

Pero cuando Lincoln y el Congreso son llamados á resolver por sí y de frente el problema, ¿cómo lo resuelven? ¿Cómo lo resolvieron en Colombia? ¿Cómo en los Estados amigos y leales en 1865?

La contestacion me parece escusada.

Achaque ha sido de los más intransigentes adversarios del abolicionismo atribuir á éste el escandaloso despropósito de que para la emancipacion de los esclavos, en cualquier país donde la servidumbre existiese, bastaba con publicar en elDiario Oficialde la comarca el decreto de abolicion. El fin con que este disparate se nos atribuia es facilísimo de comprender. Lo exagerado de la opinion era la mejor garantía de su perfecta ineficacia.

Pero nada de lo que sobre este particular se cuelga á los abolicionistas ha sido jamás profesado ni practicado por ellos, siendo la verdad que, quizá, tanto como al principio mismo de la abolicion, han dedicado sus estudios y cuidados á los procedimientos necesarios para llevarlo al término debido y deseado.

Así sucedió en los Estados-Unidos. Con ser radicalísima la enmienda 13.ª de la Constitucion, y con dar por resuelto en gran parte el problema de la abolicion, el estado y las consecuencias indeclinables de la guerra separatista, sin embargo, el Gobierno norte-americano por un lado y el partido abolicionista por otro, creyeron que el éxito de la empresa inaugurada en 1862 y concluida en 1865, exigia atenciones especiales; y á esta idea respondieron las numerosas sociedades protectoras de libertos que en el Norte y en el Sur (casi podria decirse sólo en el Norte) se fundarony todavía existen, así como laAdministracion de los libertosque há muy poco ha cerrado sus oficinas.

Las sociedades protectoras comenzaron en 1862, luego de haberse posesionado de Port-Royal y delSea Islandslos generales republicanos Sherman y Dupont. La necesidad de cuidar del algodon sembrado en aquellos territorios hizo que el ministro de Hacienda de la Union enviase á un dependiente del Gobierno á presidir el cultivo y recoleccion de aquella planta, dando orígen á que este funcionario (Mr. Pierce) informase al público sobre la situacion horrible de los negros de aquella comarca, y la urgencia de proveer á su bienestar. De aquí la organizacion de varias sociedades con este fin en Boston, New-York y Philadelphia.

Desde entonces hasta 1863 no cesaron de constituirse asociaciones benéficas con el doble objeto de mantener y educar á los negros, mientras por otra parte las iglesias quákera, presbiteriana, metodista y aun la católica, tomaban con gran empeño la obra de la redencion moral de los libertos. En el número de aquellas asociaciones se cuentan la de Colombia, la llamadaThe Western Freedman's Aid Commisionde Cincinnati, laNorth-Western Freedman's Aid Commisionde Chicago, etc., etc.

Todas estas sociedades vinieron en Marzo de 1865, á formar una poderosísima, conocida con el nombre deAmerican Freedman's Aid Commision, despues de haberse fundido separadamente las sociedades del Oeste por un lado, y por otro las de Nueva Inglaterra, Nueva-York y Philadelphia. Pero esta empresa aun tomó más vuelo. Al lado de las sociedades protectoras se habia constituido otra esencialmente política que tomó, al concluir la guerra separatista, el título deAmerican Union Commisiony cuyo objeto especial era el establecimiento de instituciones radicalmente republicanas y democráticas en el Sur. Pues esta sociedad en Mayo de 1866 se fundió con la anterior tomando por lema el siguiente: «ninguna distincion de raza ó color.»

En el plan de estas sociedades entraba no solo organizarse en los paises del Norte donde se creaban, y allegar fondos de los Estados libres y de Francia, Inglaterra, Alemania, y algun otro pueblo de Europa (que en la lista de contribuyentes figuró de 1862 á 1867 por un millon largo de pesos) sí que enviar delegados y representantes al Sur, cerca de los negros y entre las manos de los amos desesperados, cuidando de procurar trabajo á los libertos y de proporcionarles los primeros rudimentos de la instruccion. Así llegaron á gastar en cinco años (comprendiendo las iglesias y las obras de misioneros) más de cinco millones y medio de dollars, enviando al Sur tres mil maestros de primeras letras[24].

En relacion con estas sociedades obraba la Administracion de los libertos, ó mejor dichoThe Bureau of Refugees, Freedmen and Abandoned Lands. Data su creacion de Marzo de 1865 y tiene un papel importantísimo en la historia de la abolicion en los Estados-Unidos.

Se estableció como una seccion del departamento de la Guerra, presidida por un comisario nombrado por el Presidente de la República, á más de otros diez sub-comisarios que habian de residir en los Estados del Sur. ElBureaudebia existir solo un año, pero su vida se ha prolongado felizmente hasta dias muy cercanos, bajo la acertada direccion del ilustre general Howard que gloriosamente ha sabido luchar y vencer toda clase de obstáculos, desde la falta absoluta de recursos propios (pues que el bill de 1865 dejó esta parte enteramente á cargo del Ministerio de la Guerra) hasta la hostilidad sistemática de los plantadores del Sur.

El empeño de la Administracion de libertos era inmenso. En primer lugar, tenia que recoger los muchos negros que con motivo de la guerra habian buscado proteccion en los campamentos y á la sombra delas autoridades militares y que constituian una masa de desocupados imponente por muchos conceptos. Despues tenia que acudir á las urgentísimas necesidades de otra clase de negros, que destruidas las plantaciones, emigrados sus amos, y sin recursos de género alguno, vagaban por los campos, devorados por el hambre y la miseria y morian á centenares en las vías públicas del Sur. Luego, tenia que dar el frente al esclavismo sudista que aun despues de la enmienda 13, y cuando el Congreso de Washington pensaba en la 14, procuraba por medio de la legislacion civil mistificar la abolicion de la esclavitud, imponiendo al negro como bracero condiciones que en realidad eran una nueva servidumbre. Por último, tenia que ocuparse de la educacion de los negros despues de haberlos puesto en posicion de trabajar y de vivir, siempre bajo el punto de vista de que era preciso acostumbrarlos lo antes posible al gobierno de sí mismos, á la conciencia de su responsabilidad; en una palabra, á lo que en inglés se llamaself-reliance,self-commandyself-depending[25].

A todo esto ocurrió con rara felicidad el general Howard, mereciendo especial recuerdo los tribunales constituidos para resolver las dificultades que surgiesen sobre los contratos celebrados por blancos y negros. El tribunal (bureau court) de un carácter esencialmente militar y ejecutivo, se componia de un oficial, un sub-comisario delBureau of Freedmeny de dos ciudadanos de la comarca; entendia en asuntos civiles y criminales, y juzgaba por principios de equidad y sin someterse á las leyes de los Estados; produciendo, al fin y á la postre, la espontánea modificacion de los códigos de los Estados recalcitrantes y la igualacion de ciertos derechos de carácter civil, de blancos y negros.

Tanto como esto fué lo que elBureauhizo para desarrollar en los libertos el espíritu de economía y proteger el progreso de los ahorros ya hechos, á cuyo fin se establecieron Cajas y Bancos de cuyo adelanto y esplendor será necesario hablar en el momento de discurrir sobre los efectos de todas estas medidas inspiradas en un alto sentido político y dominadas por un espíritu de prevision, á todas luces y por todos conceptos plausible.

Del propio modo es digna de mencion la manera con que el general Howard cuidó de que los antiguos esclavos se contratasen con los plantadores y de que estos no se sirviesen de los contratos para esclavizar á los libertos. Para conseguir tan noble propósito se exigió que de todos los contratos se pasara un ejemplar alBureau, el cual lo debia refrendar, entendiéndose que «los negros eran libres para elegir sus amos y obtener el precio de su trabajo: que los convenios debian ser de buena fé, y que se habian de suprimir los mayorales, las coacciones para el trabajo, el trabajo gratuito y todo acto de crueldad y opresion.» De esta suerte se hicieron innumerables contratos sobre las siguientes bases: ó los plantadores dividian sus haciendas en lotes asignando uno ó varios á cada familia de libertos, al propio tiempo que surtia á estos de leña, casa, vestido, alimento y grano ó semilla para sembrar, recibiendo del bracero, verdadero arrendador, una parte de la cosecha, que variaba desde 1/5 á la mitad, ó los plantadores pagaban á los negros, ya con un jornal por semana, ya con una parte de la cosecha, adelantándoles todo lo necesario para la vida, hasta que la cosecha se recogia.

En este mismo sentido, elBureauobtuvo del Gobierno supremo la cesion de muchos terrenos de dominio público, otros confiscados y otros vacantes por la huida de los propietarios sudistas, para repartirlos entre aquellos libertos, que, cual en el Missisipí, se habian asociado para pretenderlos como colonos ó arrendadores, y cultivarlos sin direccion extraña y por su propia cuenta.

Pero quizá más que esto exige admiracion y aplauso todo lo referente á las escuelas de libertos. ElBureaudedicó á este punto una particular atencion nombrando un inspector especial, el Rdo. J. W. Alvord. Las resistencias eran extraordinarias. ElReportque el Comité ejecutivo de laAmerican Freedmen's Union Commissionpresentó en la Conferencia internacional de París en 1867, da cuenta de una sociedad protectora del Norte que se negó resueltamente á emprender la obra de la educacion de los negros, siendo así que en lo relativo al sostenimiento y cuidado material de la raza explotada no habia reparado en sacrificios. El institutor de negros (nigger teacher), era el objetivo de todas las injurias y todas las amenazas del Sur.

Por otra parte, los recursos faltaban. En la Luisiana habia sido necesario levantar un impuesto con el carácter de contribucion de guerra. Las barracas y los edificios destinados á escuelas eran quemados, y los hombres débiles temieron más de una vez la inutilidad de los esfuerzos.

Sin embargo, elBureau of Freedmenno desistió ante ningun obstáculo; pero es preciso hacer constar que si sus esfuerzos llegaron á conseguir los apetecidos resultados, se debió en gran parte á los mismos libertos, que en muchas localidades se pusieron á contribucion para sostener las escuelas, hasta el punto de que la mitad de las del Sur eran pagadas por ellos, y en otras partes se dedicaron con extraña asiduidad á recibir lecciones de los blancos, para ellos á su vez repartirse por el país y ser maestros de sus hermanos. Por este camino se fundaron cuatro especies de escuelas: escuelas nocturnas para adultos; escuelas industriales para mujeres y niños; escuelas diarias para niños, y escuelas dominicales, llegándose hasta el establecimiento de la Universidad de Howard en Washington, dedicada á las gentes de color.

Con tales elementos se entró en la obra de la redencion del negro, despues de haber proclamado la abolicion de la esclavitud. Nuevas dificultades surgieron: unas, consecuencia natural de la guerra; otras, de carácter esencialmente político; otras independientes de la voluntad humana, y casi ninguna propia ó aneja á la abolicion.

La guerra de los cinco años fué desastrosa hasta un punto apenas imaginable. El número de contendientes, la fiereza y duracion de la lucha y la circunstancia de haberse esta corrido por casi todo el territorio del Sur fueron causa de que las pérdidas experimentadas por aquel mismo país en que la abolicion habia de producir sus mayores efectos, alcanzaran una importancia insuperable. Los campos talados, las haciendas destruidas, los edificios arrasados, las grandes masas de trabajadores dispersas, los capitales disipados, las grandes obras públicas, como los diques del Missisipí que habian costado sobre 10 millones de dollars, abandonados, dejando libre el paso á los grandes derramamientos de aquel inmenso rio; tales fueron las inmediatas consecuencias de la guerra, aparte de las pérdidas que en el cuerpo social produjo.

Un publicista francés (M. Paul Leroy Beaulieu) ha calculado sobre datos oficiales que en la guerra americana de separacion murieron en el campo de batalla ó de resultas de las heridas ó de las enfermedades del Norte, 281.000 hombres; del Sur, 519.000. Solo en Crimea las cifras se aproximaron á estas. El mismo escritor afirma que las pérdidas financieras producto de aquella misma guerra, subieron en el Norte á 23.500 millones de francos (más de 4.500 de pesos) y en el Sur, á 11.500 (cerca de 2.200 millones de dollars)[26].

Eltouristainglés Mr. Robert Sommers, que en 1870 hizo un viaje por los Estados del Sur, y que luego publicó su detallado libroThe Southern States since the War, se estremece hablando de los efectos de la guerra. La pérdida en dinero, resultado de la abolicion, vino á ser de 400 millones de libras (sobre 2.000 de pesos); el capital de los Bancos, valuado en otros 200 millones de la misma moneda, fué absorbido por la carencia de transacciones provechosas, y quedó despues representado por un resíduo de papel-moneda desnudo de todo valor. Todo el capital de seguros del Sur, que venia á ser otros 100 millones de libras, pereció tambien. Las hermosas plantaciones de algodon, de caña de azúcar, de tabaco, las filaturas, las fábricas, las minas de carbon y de hierro, los establecimientos industriales y comerciales, obra de capitales privados, cuyo valor en millones de libras esterlinas era inestimable, todo se hundió, todo zozobró en el mismo naufragio. «Las diversas formas de valores hipotecarios, á excepcion de dos ó tres fondos del Estado, compartieron por el momento la suerte del capital principal, y aparecian en 1870 en la superficie de este diluvio como los troncos de los árboles en un bosque sumergido»[27].

Un alto funcionario de Hacienda de la República norte-americana, Mr. Wells, estima en 2.700 millones de pesos los gastos y pérdidas directas del Sur en la guerra. «En 1865, dice, esta seccion de nuestro país, que en 1860 representaba cerca de un tercio de la poblacion total, y sin comprender el valor de los esclavos, las dos séptimas partes próximamente del conjunto de la riqueza de la nacion, se encontraba arruinada por completo, resultado de los cuatro años de guerra civil, sin industria, sin máquinas, sin dinero, sin crédito, sin cosechas, privada de gobierno local y en gran parte de todo privilegio político: con la flor de su juventud en los hospitales ó muerta en los campos de batalla; con una sociedad desorganizada y el hambre presente ó inminente.»

A esto hubo que añadir otro accidente terrible. Prescindiendo de las inundaciones del Missisipí, seguras desde el instante en que, como he dicho, fueron abandonados los diques, sucedió que la cosecha de cereales y de algodon se perdió completamente en los dos años de 1866 y 67, en los momentos en que todavía los negros vagaban por los campos ó eran perseguidos por sus antiguos amos, con lo que la situacioneconómica del país tomó un aspecto verdaderamente sombrío y amenazador.

Pero sobre todo, se hallaban las dificultades políticas de lareconstrucciony de la igualacion de derechos de blancos y negros.

Bien sabido es, que despues de 1865, la política del Norte fué solicitada en dos poderosos sentidos, cuya representacion genuina eran el Congreso y el presidente Johnson, dando orígen á uno de los conflictos más graves por que ha pasado la ilustre República americana.

Mr. Johnson, que habia subido de la vicepresidencia á la presidencia de la República por la muerte de Lincoln, pretendia que los Estados rebeldes no habian estado nunca, constitucionalmente hablando, fuera de la Union, y que por tanto si durante la guerra se podia haberlos sometido á la ley militar, una vez terminada la lucha y juzgados los insurrectos, volvia á regir en aquellos paises la Constitucion en cuyo nombre y por cuya integridad habian peleado los federales. De este modo Mr. Johnson, con el apoyo de los demócratas, abogaba por larestauracion, oponiéndose á todo lo que fuera invadir las atribuciones de las legislaturas locales y las leyes de los Estados.

Por el contrario, el Congreso y con él todos los republicanos, sostenian que los rebeldes se habian puesto completamente fuera de la Constitucion, que sobre los artículos de esta se hallaba el principio de la unidad federal, que los Estados despues de la lucha no tenian otro carácter que el de territorios conquistados, y que por tanto no se los debia admitir en condiciones que hicieran estériles los sacrificios de la guerra, restableciendo la oligarquía y la esclavitud, recompensando á los separatistas de los cinco años, pagando la deuda confederada, y disponiéndose con calma y voluntad decidida, á tomar la revancha, quebrantando la Union en el momento favorable.

En esto choque de opiniones, el Congreso triunfó, si bien la resistencia de Mr. Andrew Johnson fué tal que llegó á dar márgen á que la Cámara popular formulase contra él tres acusaciones, reuniéndose el Senado para juzgarle; de cuyos ataques salió ileso, punto ménos que por casualidad; gracias tal vez á la eleccion de Mr. Grant para sustituirle en la presidencia, en 1869.

Producto de la política dereconstrucciondel Congreso fueron en 1866, elFreedmen's Bureau Bill, ó sea el bill que prorrogó la existencia de la administracion de los libertos; elBill de los derechos civiles, que tenia por objeto consagrar la plena libertad civil de los negros; y, por último, la Enmienda constitucional (Enmienda 14), cuyo fin principal era modificar la base electoral del país, disponiendo que en aquellos Estados en que se negara á todo ciudadano mayor de 21 años el derecho de votar se entendiera que su representacion en el Congreso seria proporcionada tan solo al número de personas que en el Estado gozara del derecho de sufragio[28].

En 1867 las medidas fueron más acentuadas. De esta fecha son la ley de losdistritos militaresy el bill dereconstruccion. Segun la primera, los Estados rebeldes debian dividirse en cinco distritos (Virginia, las dos Carolinas, la Georgia con el Alabama y la Florida, el Missisipí con Arkansas, y la Luisiana con Tejas), á cuyo frente debia estar un general del ejército con fuerzas militares de alguna importancia, y con él propósito de «proteger á todos los ciudadanos en el goce de sus derechos individuales y de sus bienes, reprimir la insurreccion, el desórden y la violencia y castigar á todos los perturbadores del órden público.» A este fin podian hasta nombrar tribunales ó comisiones militares, y su autoridad no cesaria hasta que una Convencion, elegida por todos los ciudadanos varones, sin distincion de color ó condicion primitiva, y de 25 años de edad, que no hubiesen tomado parte en la insurreccion separatista, redactase y propusiese al Congreso una Constitucion en que se consignara la enmienda 14 para ser luego aprobada por el Congreso.

El bill dereconstruccionde aquí partia para disponer que se reuniesen las Convenciones para elaborar una nueva Constitucion y establecer un gobierno civil en cada uno de los Estados antes insurrectos, ahora plenamente sometidos á la autoridad militar.

El año 68 se pasa en la lucha del Congreso y de Mr. Johnson: aquel votando laTenure of office At, verdadera negacion del régimen representativo, y tentativa evidentemente revolucionaria al estilo francés, para poner la administracion bajo la mano del poder legislativo—y el Presidente oponiendo á todo su veto, al cabo ineficaz cuando no contraproducente.

El año 69 es más fecundo porque con él termina la lucha del Presidente y del Congreso, declarando el Senado que no habia lugar á la condenacion de aquel; eligiendo el país Presidente á Mr. Grant, y preparando el Congreso la Enmienda 15 que hoy forma parte de la Constitucion y dice: «El derecho de los ciudadanos de los Estados-Unidos á votar no será negado ni restringido por los Estados-Unidos, ni por Estado alguno, por causa de raza, color ó anterior condicion servil.»

Ahora bien: la extraña actitud del Congreso, sus votos y su intransigencia, ¿tenian alguna razon, fuera de la general dereconstruirla República en vez derestaurarla? Solo cerrando los ojos á la evidencia podria negarse que los sudistas, despues de vencidos, hacian todo lo posible para excitar el rigor del Norte: como tampoco podria contradecirse, á no ser víctima de una marcada prevencion, que si en algun país y en algun momento son defendibles las facultades extraordinarias concedidas á un Gobierno (y cuenta que las comandancias militares no negaban las libertades de imprenta, de reunion y de asociacion, como las niegan nuestrosestados de guerra y de sitio), ese país era la República norte-americana, y ese momento el que siguió al asesinato de Lincoln y á las medidas restauradoras de Andrew Johnson.

El reconocimiento pleno del antiguo derecho de los Estados del Sur dió de sí la constitucion de Gobiernosfrancamente hostiles á la Union, y sobre todo á la raza de color, objeto de todos los ódios más que de las preocupaciones de los antiguos rebeldes. Así son de leer las leyes que en daño de los negros y para mistificar el principio abolicionista triunfante se hicieron en el Sur, y de que dió extensa cuenta al Congreso en un extensoReportel Ministro de la Guerra, en 3 de Enero de 1867.

Como si esto no fuera bastante, los sudistas, bien por medio de su policía, bien por medio de turbas, excitadas ó compradas, promovieron todo género de escándalos en sus respectivos Estados, atacando y asesinando á los republicanos de Nueva Orleans, Missisipí, Alabama, Georgia y otras comarcas.

Por último, organizaron la matanza de negros. Segun unReportdelFreedmen's Bureau, desde mediados de 1865 á Febrero del 67, en los registros de la Administracion aparecian, sólo en Luisiana:

Total

Pero estos atropellos individuales revistieron á poco el carácter de un vasto plan de violencias, mediante el establecimiento de la sociedad secreta conocida con el nombre deKu-Klux-Klan, que ha durado hasta el momento presente, á pesar del rigor con que los comandantes y las comisiones militares persiguieron y castigaron á sus miembros.

Vése, por tanto, que los procedimientos severos del Norte no dejaban de tener su fundamento ó por lo ménos su escusa. Tan luego como los Estados rebeldes desistieron de su actitud, y tan pronto como las Convenciones respectivas admitieron (en 1870) las Enmiendas 13, 14 y 15 y con ellas la abolicion de la esclavitud y el sufragio universal, volvieron á entrar en la Union y por tanto en el pleno derecho de que en otro tiempo disfrutaban.

Pero todo esto no dejó de ser una dificultad nueva para el éxito de la abolicion, y no se sabe qué estimar más, si la fuerza de estas dificultades ó los medios adoptados para vencerlas.

Hora es ya de venir á los resultados de la abolicion en los Estados-Unidos; y aquí es donde, dados el carácter de este trabajo y mi aficion á presentar datos y cifras de orígen oficial para evitar interpretaciones, el lector habrá de notar más vacíos. Porque, lo repito, los documentos oficiales me faltan casi en totalidad.

¿Seria oportuno, acaso, entrar en consideraciones generales sobre el estado actual de toda la República norte-americana? El tema seduce... pero, ¿acaso al principiar este trabajo no precisé los límites de mi estudio, el fin con que eran traidos á exámen los Estados-Unidos y la necesidad de contraer la observacion á los Estados del Sur, por las razones en otro lugar expuestas y desarrolladas?

Veamos, por tanto, de sacar todo el partido posible de los elementos que á mi alcance están, dejando aparte toda consideracion de carácter general.

Que la situacion del Sur no es hoy lo que ambiciona el deseo, parece innecesario decirlo. Los desastres han sido inmensos, las pasiones colosales, la lucha política excepcional..... ¡Y de todo esto no han pasado aun siquiera ocho años! En la primavera de 1855 Richmond cayó en poder de los federales, y con la capitulacion de Lee y la fuga y prision de Jefferson Davis terminó materialmente la guerra. De Enero de 1863 data el decreto que emancipó á los 3 millones de esclavos delSur, y de Diciembre de 1865 la aprobacion de la enmienda constitucional que prohibe la esclavitud en todo el territorio de los Estados-Unidos. La adhesion de los Estados rebeldes, en particular del Missisipí, Virginia y Tejas, que fueron los que más resistentes se mostraron, tuvo efecto en 1870, y con esto terminó la obra de la reconstruccion. Por último, la administracion de los libertos no ha cerrado sus oficinas hasta 1872. Esto así, ¿puede decirse que en el momento en que estas líneas se escriben los Estados-Unidos de América están en situacion de que puedan ser estudiados dos en ellos los efectos, no ya de la abolicion, sí que de cualquiera de las medidas políticas trascendentales que llenan su flamante historia, ó de cualquiera de los hechos culminantes de esa guerra terminada moralmente apenas hace tres años?

Así y todo, lo que hoy pasa en la República americana es asombroso y grandemente lisonjero para las ideas radicalmente liberales.

Los efectos de la abolicion han debido realizarse ora en la masa de trabajadores que antes de 1863 y 1865 eran el nervio de la agricultura y la industria del Sur, ora en el órden y direccion de los capitales hasta entonces comprometidos en un sentido determinado y en formas bien precisas, ora, en fin, en la produccion general del país.

Harto se comprende que á un lado dejo todo lo que importa á los efectos morales y políticos de la abolicion. La materia se presta á numerosas consideraciones, y quizá este es el terreno en que con mayor ventaja podria discutirse y demostrarse la fecundidad de las ideas abolicionistas. Pero como he dicho en otros capítulos, el fin de mi modesto trabajo no es examinar el grave problema de la emancipacion de los esclavos bajo otro punto de vista que el puramente económico, por ser este el que toman los esclavistas vergonzantes como más favorable á sus propósitos. Por ello prescindo en absoluto del terreno moral, como del terreno político, donde los datos ya abundan y son por todo extremo concluyentes.

Y bien: ¿qué sucedió en los Estados-Unidos con aquellos negros que en 1860 yacian en la más oprobiosa y más brutal de las servidumbres? A juicio de los esclavistas, solo habia que esperar de ellos la holganza, el vicio, el salvajismo, el crímen. Una vez rota la disciplina de laplantacion, seria imposible contar con aquellos hombres, y la misma ley que suprimiera el látigo suprimiria el trabajo, abriendo anchas perspectivas á la miseria y á la desaparicion de la misma raza en cuyo pro trabajaban los abolicionistas.

Contra estos fatídicos anuncios se levantan los hechos. En primer lugar, el liberto ha trabajado. En elReport of the results of Emancipation in the United States of América, aparece que fueron muchas las demandas de lotes de tierra hechas por los libertos alFreedmen's Bureaude que he hablado en otra parte, y que si bien al principio fueron numerosos los emancipados que resistieron la contratacion con sus antiguos dueños, muy luego entraron en el buen camino, gracias á la intervencion delBureauque se reservó aprobar ó no los contratos. Entre los libertos que solicitaron tierras para cultivarlas por sí, ora individualmente, ora por medio de asociaciones de su raza y de su procedencia, se contaron muy particularmente los del Missisipí, y con especialidad los de Davis'Ben.

Por otra parte, segun los documentos que acompañó á su Mensaje de Mayo de 1866 el Presidente Johnson, la superficie de propiedades confiscadas que por medio de indultos parciales (que pasaron de 7.000) se devolvió á sus antiguos poseedores, comprendia 430.000 acres. Poco más se habia confiscado, comprendiéndose en esteplusalgunas plantaciones de las orillas del Potomac, del Missisipí, de la Georgia y del litoral de la Carolina del Sur. Pues bien, de aquellos 430.000 acres unos 14.682 se habian distribuido á los libertos por haberlos abandonado sus primitivos dueños.—Además, aquel mismo año (Enero de 1866) el Congreso votó la distribucion de las tierras públicas de Missouri, Alabama, Florida, Luisiana y Arkansas, sin reparar en raza ni color; de modo que sobre 48 millones de acreshabian de ser repartidos entre los antiguos esclavos[29].

Un viajero que ya he citado en otra parte,—mister Sommers—escribe lo siguiente en diferentes capítulos de su curioso libro.

Habla de Georgia y dice:

«Está generalmente admitido que los negro han trabajado este año con más asiduidad que en ningun otro interior de libertad, y algunos plantadores me han declarado que nada pueden hacer sin ellos; tan superior es su trabajo al blanco allí ensayado. La opinion pública se ha reconciliado con el trabajo libre de los negros, y la principal causa de los disgustos con la poblacion de color, consiste en la facilidad con que esta presta oidos á los agitadores políticos, y la ciega persistencia con que se dice que les proporciona medios para lograr el predominio sobre los ciudadanos blancos en los gobiernos provinciales»[30].

Hablando de Virginia escribe:

«Es opinion general que los negros trabajan constantemente cuando son pagados con regularidad»[31].

En otra parte, discurriendo sobre la Carolina del Sur, consigna la siguiente observacion:

«Mr. Parker, tesorero del Estado, es de opinion que el trabajo del negro libre es más eficaz que cuando este era esclavo; y lo prueba aduciendo el hecho de que muchos de los negros perecieron durante la guerra ó inmediatamente despues de esta; que las negras ahora se han alejado casi totalmente del campo, y que los niños que eran aprovechados en tiempo de la esclavitud para ciertos empleos industriales, son ahora absorbidos por las escuelas, y con todo, aun dadas estas disminuciones de elementos de trabajo, la produccion de la Carolina del Sur, como de otros Estados algodoneros, se está levantando á una magnitud igual á la de los precedentes tiempos»[32].

Pero sigamos más. Una de las primeras atenciones de la Administracion de los libertos fué despertar en estos el espíritu de trabajo y de economía. Con tal espíritu está redactada la Instruccion de 30 de Mayo de 1865, firmada por el general O. O. Howard. «Se dirigirán todos los esfuerzos—dice la regla 4.ª—á hacer á la gente de colorself supporting. La ayuda del gobierno se dará solo temporalmente á aquellas personas incapaces de sostenerse por sí mismas, etc., etcétera»[33].

Entre las varias instituciones que con este motivo se crearon, figuran los Hospitales y los Bancos y Cajas de Ahorro. Los primeros llegaron en 1866 á cincuenta y seis, bajando en 1867 á cuarenta y seis; á lo que habria, que añadir cuarenta y sieteDispensariesyOut-door stations, y cinco Asilos de huérfanos. Segun unReportoficial, el número de libertos recogidos en estos establecimientos desde 1.º de Octubre de 1865 á 31 de Agosto de 1866 fué de 160.737, de los cuales murieron cerca de siete mil quinientos[34].

De no menor importancia fueron los Bancos y Cajas de Ahorro. Por decontado que aquí no me refiero á los establecimientos de esta especie que existian en el Sur antes de la guerra, y que despues de esta sufrieron algunas trasformaciones, como los Bancos de Memphis, (Tennessee) de Nueva Orleans, (Luisiana) de Selma, (Alabama) y tantos otros; ni tengo para qué ocuparme de los que algunos particulares fundaron despues de la guerra, como el Banco de Savannah, en Georgia.

Hablo tan solo de los establecimientos fundados porla iniciativa ó bajo el patronato delFreedmen's Bureauen casi todas las ciudades principales del Sur, y que despues han quedado bajo la proteccion del Gobierno federal y la direccion del Centro que en Washington publica todos los meses una circular muy buscada y leida por los negros, en que se da cuenta detallada de los progresos de la institucion. Los fondos de estos establecimientos se emplean por lo general en títulos de la Deuda Federal, y el interés que pagan á los imponentes es de 5 á 6 por 100.

Pues bien, en 1871 la infatigable Sociedad Abolicionista de Lóndres creyó oportuno dirigirse al honorable senador norte-americano Mr. Pomeroy, demandándole algunos datos, como á persona competente, respecto de los progresos del Sur despues de la abolicion. En Mayo de aquel mismo año, Mr. Pomeroy, remitiendo á mi digno amigo Mr. Joseph Cooper de Lóndres una curiosa nota del estado de laNational Freedman's Savings and Trust Companydaba estas importantes noticias[35].

Constituida la Compañía (los Bancos) en 1865, más de 20 millones de pesos pasaron por sus libros hasta el año de 1871. «Creo, dice una nota firmada por el Presidente de la Sociedad, Mr. Eaton, que las ocho décimas partes han sido ganadas por negros...» En Tanahasee, la capital de Florida, esta compañía tiene una sucursal, y su cajero es un negro. En Jacksonville (ciudad de la Florida tambien) el director de la sucursal es Mr. Spearnig, un esclavo de 1862. La compañía tiene 50 hombres de color cajeros—casi la mitad del total de estos. Por último, en Charleston mismo son varios los negros que ocupan un puesto de importancia en la compañía. El progreso de esta se halla demostrado por las siguientes cifras:

1871.—Depósitos hechos

Diferencia en favor de 1871

El ya citado Mr. Sommers, hablando de la Carolina del Sur, hace mencion tambien de esta compañía. «Prácticamente—dice—los Bancos de seguros y depósitos de los libertos hace por estos lo que los Bancos de seguros del Reino-Unido por las clases trabajadores de Inglaterra, Escocia é Irlanda; y satisface ver que los negros han acumulado, por depósitos, en cinco años cerca de medio millon de esterlinas. Este resultado es tanto más significativo cuanto que casi es debido totalmente á los que fueron esclavos en el Sur, toda vez que la institucion de los Bancos se ha desarrollado muy débilmente en New-York y en otras ciudades del Norte, adonde habia sido llevada.....

El número de los imponentes de Charleston es de 20.790, de los cuales los nueve décimos son negros. El término medio de las imposiciones individuales es de 60 dollars... En Octubre de 1870 habian llegado á la suma de 165.000 dollars. Todas las tardes la oficina se llena de negros que van á depositar pequeñas cantidades de dinero, á sacar cortas sumas ó á remitirlas á puntos más ó ménos distantes en que tienen parientes que sostener ó deudas que pagar»[36].

Pero hay más. Otro cuidado, así de la Administracion de los libertos como de las sociedades protectoras fué la educacion é instruccion de los negros, y ya he dicho que en este punto no se sabe á qué dar la preferencia, si á los desvelos de los abolicionistas ó á la buena voluntad de los negros.

En unReport, fecha 1.º de Enero de 1867, publicadopor el superintendente de las escuelas, M. J. W. Alvord (delFreedmen's Bureau), en trece Estados y el distrito de Colombia, se daban las cifras siguientes:

De estas escuelas, 333 (la cuarta parte) estaban sostenidas exclusivamente por libertos, y 290 dependian en gran parte de estos mismos; 286 edificios habian sido construidos por los negros; 972 maestros eran blancos y 458 de color. Los alumnos de dia llegaban á 77.998. El coste de las escuelas subia al mes á 40.271 dollars, de los que 11.377 eran pagados por los libertos y 21.013 por elBureau.

Dos años despues, en Julio de 1869, las escuelas habian alcanzado la cifra de 2.118: los maestros eran 2.455 y los discípulos 114.522. Sobre estas escuelas regulares habia que contar lasirregulares, que eran 794, con 902 maestros y 34.722 alumnos,—aparte de las llamadasescuelas dominicales. Unido todo, resultan estos datos:

Comparadas estas cifras con las del semestre anterior, resulta un aumento de 444 escuelas, 855 maestros y 16.407 alumnos.

Todavía llegó á más el celo de los abolicionistas, fundando en Washington la «Universidad de Howard para la gente de color.» Instalada el 19 de Marzo de 1867, cuatro años despues tenia 443 alumnos, subiendo sus gastos (de 1870 á 1871) á 96.630 pesos. Sus entradas habian sido de 134.745 pesos[37].

De modo que si efectivamente la importancia y el desarrollo dados á la educacion de los negros por la Administracion de libertos y las sociedades emancipadoras impone y encanta, mayor sorpresa y aun más satisfaccion debe producir el ardor con que esos mismos libertos, cuya instruccion era un crímen (y como tal perseguido, dos ó tres años antes, en Estados como las Carolinas, Missisipí y Luisiana), despues de 1863 toman en Georgia la iniciativa para fundar escuelas, crean por sí solos 26 en Tejas, y cuando la autoridad de Luisiana suprime el impuesto especial que en aquel Estado se pagó casi desde 1861 para la enseñanza de los negros y de que se aprovecharon hasta 50.000 libertos, estos elevan al Gobierno peticiones cuajadas de innumerables cruces (señales de pobres esclavos de ayer que no conocian aún lo más elemental de la escritura) para que se creara una contribucion que los negros solo pagarian, destinada al sostenimiento de las escuelas de color del Estado. ¡Y sin embargo, estas escuelas eran quemadas y arrasadas por los blancos! ¡Y los blancos se estremecian llenos de horror ante el crédito de 3 millones de dollars que el Congreso votó para la compra de terrenos destinados á aquellos establecimientos de instruccion y á otros de beneficencia, como asilos de huérfanos! ¡Y Mr. Peabody, el célebre filántropo, fué rudamente calumniado por haber destinado otro millon de pesos á esta misma nobilísima y patriótica empresa! ¡Qué contraste tan elocuente y tan favorable á la raza ofendida y deshonrada![38]

Así, mientras Mr. Alvord escribia: «un millon por lo ménos de los cinco de libertos (principalmente la nueva generacion) están perfectamente dispuestos para el estudio,» otro viajero inglés, Mr. Zincke, que á pies juntillas creia en la inferioridad fundamental de la raza negra, no titubeaba en consignar en suLast Winter in the United Stateslas siguientes palabras:

«Confieso mi asombro á la vista de la vivacidad de espíritu de aquellos cuatrocientos niños de color. En poco tiempo habian adquirido una suma de conocimientos verdaderamente notable. Jamás, en ningunaotra escuela de Inglaterra (y muchas he visitado), encontré una semejante prontitud para comprender el sentido de las lecciones leidas ante ellos; jamás oí observaciones tan juiciosas y que demostraran una tan clara inteligencia del texto.»

De todo esto resulta que sin poderse negar el abandono de muchas fincas á primera hora, la vagancia de muchos negros que se encontraron libres en medio del fragor de la lucha, la aficion de los libertos más cultos á abandonar los trabajos del campo por el servicio de las ciudades, y, en fin, todas las contrariedades anejas á la violentísima trasformacion de la vida social del Sur, es de todo punto falso que los negros huyesen del trabajo, en el sentido de que este suceso viniera á revestir el carácter de un hecho general. Y de igual manera es inexacto que solo el vicio y la ignorancia hubieran sustituido en aquellas comarcas al imperio del látigo.

Respecto de los capitales y de la industria existentes en el Sur antes de 1861, ya se ha dicho que la última era de poca importancia y los primeros se hallaban comprometidos totalmente en la agricultura—en particular en el cultivo del algodon, la caña, el tabaco, el maíz, etc., etc. Bastaria el mero hecho de la trasformacion del trabajo esclavo en trabajo libre, para que todo el órden económico de la sociedad sudista se hubiese resentido profundamente; pero como si esto no fuera suficiente, la guerra se encargó de causar todos los estragos y todas las perturbaciones imaginables. No en balde los ejércitos de Mac-Dowel, de Lee, de Sherman, de Sheridan, de Grant y de tantos otros, recorrieron una y cien veces los territorios más ricos del Sur; y como en otro capítulo he indicado, para el logro de su empeño no repararon los sudistas en sacrificios pecuniarios, llegando, despues de todo, á constituir una deuda de muchos millones de dollars, repudiada hasta hoy por el Congreso de la República[39].

De todas estas causas resultó: primero, el abandono de muchas fincas; segundo, la confiscacion de otras con arreglo á la ley de 1862, y tercero, la ruina de muchos hacendados, que al fin y á la postre se quedaron solo con el suelo de sus posesiones y sin los recursos metálicos necesarios para pagar los jornales de sus obreros.

Por fortuna, elFreedmen's Bureause aprovechó del abandono y confiscacion de las fincas para repartirlas entre los libertos, con ciertas condiciones; y respecto de la situacion precaria de los dueños, hay que advertir que esto determinó, unas veces, la enajenacion de una buena parte de las inmensas haciendas del Sur, imposibles ya de cómoda explotacion, como sucedió, por ejemplo, en el Tennessee y la Virginia; otras veces, la situacion del gran cultivo por el pequeño cultivo y la aparcería, como en Georgia; en no pocas ocasiones, la participacion de los libertos en los productos de la finca, como en las dos Carolinas (principalmente la del Norte) y en el Missisipí,—si bien, á decir verdad, los libertos preferian de ordinario el jornal á las eventualidades de la cosecha; y en fin, frecuentemente, un mayor cuidado de parte de los plantadores que, con la mira de atraer brazos, levantaban verdaderos barrios de obreros (aunque las casas por lo comun no pasaran de barracas) en la proximidad de sus posesiones.

Naturalmente, esto no fué obra de un dia, como no lo fué la sustitucion de las huertas y de la explotacion de frutales, en las inmediaciones de las ciudades y lasvillas, por el cultivo del algodon; ni la competencia establecida entre los terrenos viejos del E. y los nuevos del O. dedicados tambien á aquella planta: ni el gusto que por la produccion directa de los géneros exportables se desarrolló entre los blancos, apartados antes de todo trabajo agrícola y en particular del algodon, la caña y el tabaco; ni el establecimiento de sociedades agrícolas y el progreso de la agricultura, allí donde precisamente aparecia más atrasada, como en Georgia; ni el aumento del valor de las fincas que en los primeros dias de la abolicion bajaron extraordinariamente, ya por el abandono ó la prisa de dividir y de vender sus primitivos dueños,—que pusieron de este modo al alcance de muchos libertos la propiedad territorial, disminuyendo el número de obreros,—ya por la súbita carencia de brazos que sostuvieran la produccion, harto comprometida desde el instante en que la guerra habia reducido los 400.000 esclavos mayores de diez y siete años y menores de cuarenta y cinco que se atribuian al Sur antes de 1861, á 200.000 hombres aptos para las rudas faenas de la industria y del campo; ni, en fin, la importancia que tomaron lospoor whitesy el elemento blanco inmigrante, que comenzó á bajar al Sur una vez rehabilitado el trabajo[40].

Pero donde la fuerza de estos hechos se palpa es en la produccion general del país. A la atencion del actual ministro de los Estados-Unidos en Madrid (general Sickles) debo unReportde carácter semi-oficial, sobre las consecuencias de las medidas emancipadoras de 1863 y 1865.

Hé aquí los datos que arroja esteReport:

«Algodon.En 1869 la cosecha del algodon fué de 2.500.000 balas de 400 libras cada una.

En 1869, el mismo territorio produjo 3.200.000 balas.

En 1871, lo recolectado hasta 1.º de Junio (esto es, durante nueve meses del actualaño algodonero) fuéya más de 3.800.000 balas; de modo que en 1.º de Setiembre podrian llegar estas á 4 millones.

El término medio de 1850 á 1860 en tiempos de la esclavitud, fué detresmillones.

Tabaco.En 1866, el primer año despues de la paz y el primero industrial despues de la emancipacion, se produjeron 307.934.000 libras de tabaco.

El término medio de 1850 á 60 fué de 261.000.000 de libras.

Maiz.En 1867, la produccion fué de 400 millones debuskelsde 50 libras cada uno.

El término medio de 1850 á 60 fué de 300 millones de buskels: y la mejor cosecha del tiempo de la esclavitud no pasó de 435 millones.

Arroz.En la Luisiana, uno de los primeros Estados arroceros, el año que más se produjo fué el de 1869-70, con el trabajo libre.

Caña de azúcar.El área del territorio de los Estados-Unidos donde la caña se cultiva, está sujeto á los desbordamientos del Missisipí y del rio Rojo. Esta region necesita ser protegida contra las inundaciones porleveesó diques, los cuales fueron tan maltratados durante la guerra, que el cultivo del azúcar vino á ser comparativamente impracticable, despues de la emancipacion. El peligro de la pérdida fué tan grande, que los plantadores del área expuesta á las inundaciones, solo cultivaron la caña en el sitio más seguro. Además es preciso advertir que muchas de las fábricas de azúcar que pertenecian á las plantaciones, fueron destrozadas en el curso de la guerra, y que los menguados recursos de los plantadores impidieron frecuentemente su restablecimiento, y dejaron el sitio á otras cosechas de ménos gastos.


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