VI
El 4 de Julio.—La calle de Green.—Borrachines.—Bassement.—Bar-room.—Francisco.—Museum.—Carnicería humana.—Profanacion de nuestros héroes.— Washington en ridículo.—Hotel Windsor.—Su riqueza.—Diversas oficinas.—Dependientes.—"Lavandería."—Relojes de vigilancia.—Renta.—Nombres y consumos de los principales hoteles.
La lectura de viajes sobre los Estados-Unidos, la relacion de amigos verídicos, la tradicion de la festividad cívica del 4 de Julio, más que con curiosidad me tenia temeroso de esos solaces de los soberanos, de que suelen resultar contusiones y quebrantamientos de huesos.
Se arraigaban más mis temores con la ausencia de multitud de personas que iban huyendo á las demostraciones de entusiasmo popular.
En medio de una espectativa, bien desagradable por cierto, esperaba, como en desquite, ver en trage dominguero y de fiesta á esta multitud y asistir á los fuegos artificiales, que se hacen con particular buen gusto, segun la opinion de los entendidos en la pirotécnica.
Algunos disparos, unas explosiones como depalomasy triquitraques, me hicieron creer la víspera que ayer era dia de rumbo y de trueno, y que á despecho de todas las sociedades de temperancia, íbamos á tener la de Dios es Cristo.
Daban consistencia á esa espectativa mis recuerdos.
Hablando de las espontáneas demostraciones de semejante dia, se hacian descripciones casi terribles.
Hombres disparando al acaso sus armas, mujeres sin límite ni valladar, haciendo ostentacion de sus encantos; y la orgía en toda su plenitud, se exponia como en caricatura para hacer el apoteósis de la emancipacion del pueblo gigante.
Infundados salieron mis temores y fallidas mis esperanzas, porque no he visto cosa más tristona ni más sosa que el dia que acaba de pasar.
La ciudad presentaba el aspecto de un domingo, las oficinas públicas y el comercio estaban cerrados.
Las desiertas ventanas, la ausencia de balcones y zaguanes, las puertas cerradas de las habitaciones, dan aspecto realmente lúgubre á la ciudad, cuando el tráfico no anima las calles.
En todas las oficinas, en los edificios públicos, en las casas particulares, en los carros y hasta entre las orejas de los caballos, flota la bandera americana, desde proporciones inmensas que pudieran cubrir la fachada de nuestras casas, hasta banderitas que pudieran figurar en un refresco.
Lo más curioso es ver esas grandes banderascon sus crias, es decir, sartas de banderas de pequeñas proporciones, agitándose como en tendederos diagonales y pendientes de azoteas y ventanas, como si en efecto se estuvieran secando al sol.
Las banderas de las otras naciones no son patrimonio de los funcionarios públicos; cualquierquidamenarbola su bandera ó hace sartas de banderitas, y se queda muy fresco.
En el número estrictamente preciso para molestar al vecindario, se quemaban cohetes chinos ó triquitraques ypalomasen gran número; pero por niños y niñas, y lo estrictamente necesario tambien para sacar un ojo é impedir el tránsito.
Decíase que habia en tiempos, estrepitosos disparos de armas de fuego, de que resultaban desgracias y muertes. Yo nada ví sino tristeza y soledad.
En la calle de Green, calle que tiene cierta celebridad por habitarla gente de trueno y regocijada, ví algunas hijas de la noche haciendo disparos con pistolitas de bolsa; pero en corto número y rodeadas de unos cuantos amantes consuetudinarios y sin maldita la gracia.
En la bahía, los barcos todos estaban empavesados y la atravesaban vapores con música, concurridos por gente dispuesta á divertirse en familia y fuera de la ciudad.
Asegurábase tambien que ayer era el gran dia de los sacrificadores á Baco; y aunque me consta que estos Romanos del Mundo Nuevo, como disparatadamente se les llama, tienenwiskyductosestupendos, no se presencia á uno solo trazando X con los piés en las banquetas.
En este particular, mi desengaño ha sido el más completo: los borrachos, que los hay por gruesas, son silenciosos; pocas veces se presencia una riña; casi nunca arman esas grescas y esos Sanquintines de que pudieran jactarse los borrachines de la raza latina.
Ni lo extraño y accidentado de la voz, son peculiares de un estado de perturbacion mental, porque eso lo reserva el yankee para cuando está en su perfecto acuerdo.
En la taberna, y la taberna de baja ralea, yo no sé lo que acontecerá. En la calle, el borracho es sombrío, pasa gruñendo, taciturno, y por su parte el público lo ve con plena indiferencia.
Cuando el alcohol es muy retobado y le hace pasar ciertos límites al poseido, se encarga de él la policía y lo deja á guardar en la primera comisaría que le sale al paso.
En estos casos, el borracho suele gastar su pedazo de soberanía insultando á sus servidores de la policía; éstos, no solo les sufren, sino que los miman y consideran, segun la observacion de Juan Navarro, como quien dice: "hoy por ti: mañana por mí."
Hay muchos borrachos: como suicidas, se emborrachan en un aislamiento que contrista.
Así habia ayer personas que quemaban cohetes en unipersonal sombrío, como quien habla solo.
A las diez de la noche, la ciudad estaba más quieta que en los dias comunes.
A esa hora regresé al hotel: en la Plaza de la Union habia alguna gente agobiada por el calor.
De trecho en trecho se levantaban, al frente de los teatros ó de los hoteles, esos gigantescos candelabros con cinco bombillas de cristal cada uno, que forman esos promontorios de luz que deslumbran. Exactamente como los del Zócalo de México, pero en gran número. Venia por Broadway y me entretenia en ir notando en los altísimos cristales de las tiendas no alumbradas en el interior, la reproduccion de la ciudad con todos sus detalles, y con tal perfeccion, como si fuera un espejo corrido la acera en que iba.
A mis piés, losbassementsformaban una lista de luz con sus faroles, bombillas y reverberos, asomando á la orilla de las banquetas.
Estosbassementstienen su historia: cuando se está construyendo la casa, entónces se percibe en todas sus particularidades el esqueleto.
Como primera operacion para la formacion de ese edificio, se cava una especie de estanque más ó ménos profundo, segun que va á tener uno ó dos pisos elbassement.
La tapa de madera de ese estanque es el primer piso. Esta construccion es independiente de la altura de la banqueta, de suerte que elbassement, ó queda bajo de tierra, ó asoma más ó ménos á la calle.
En las calles centrales ó de cierta importancia, elbassementda al pequeño sembrado que está frente á las casas tras del barandal de fierro: allí están los comedores, se escuchan los pianos, residen familias acomodadas.
En otros puntos elbassementapénas saca un ojo con ahoguío de debajo de la tierra: elbassementes caballeriza ó bodega; pero en Broadway, por ejemplo, elbassementdesciende por una escalera de piedra abajo del primer piso, y son las tiendas, losrestaurants, los salones de billar, zapaterías, barberías y muy frecuentemente elbar-room, en que loscoptailsy la cerveza tienen su mejor y más delicado sazon.El mostrador, los ostiones y en este tiempo las almejas, los ejércitos de botellitas con salsas que deben figurar entre los combustibles ó las armas prohibidas, asientes de tripié, mucho tabaco, mucho humo, mucho periódico y mucha pata al aire.
Al pasar por San Francisco, hablamos de losbassementsque frecuenta el sexo flotante.
Cuando volví á mi posada encontré á Francisco paseándose como un leon en su jaula. Mi amigo ha seguido con suma diligencia y patriotismo los negocios de México, y les da la debida importancia.
Aunque este es un negocio, para mí vital; aunque me ocupo en él asíduamente, no he querido consignar en este escrito mis impresiones, porque es de tal modo ligero y sus tendencias son tan marcadas al solaz y al entretenimiento, que se resentirian de frívolas, observaciones que en sí tienen para mí extraordinaria gravedad y trascendencia.
Me limito á notar que el 4 de Julio hicimos contrapeso á duo á la consagracion al regocijo.
En uno de tantos palacios de Broadway, con escándalo de la publicidad, en un elegante pórtico de caprichosas columnas, adornado de figuras simbólicas y estatuas dando á la calle, se percibe este rubro colosal:Museum. Al pié del rótulo se pasea constantemente un hombre distribuyendo avisos con profusion.
Para mí, el aviso, el aparato y el hombre, eran perpétua tentacion, y no caia en ella, por temor á estehumbugamericano que le planta una banderilla al más pintado.
Al fin, no pude resistir: toméme del brazo con mi compañero Buzeti, y cuando volvimos la cara, nos hallamos á la una de la tarde al frente de un sombrío y extenso salon, alumbrado débilmente por la luz del gas.
Las paredes estaban tapizadas de cuadros; en el centro de la pieza hay grandes nichos.
Compramos un catálogo, que avisa en su carátula que aquel es un Museo de Anatomía, que se abre diariamente para ser visitado por hombres, y que está bajo la direccion del Dr. Jordan, médico de alta reputacion en esta ciudad.
Subimos por una escalera de caracol que está á la derecha, y entramos en una pequeña pieza bien alumbrada por la luz natural. El primer objeto que se ofreció á mis miradas fué, bajo cristales, un taller de tejas de barro con sus oficinas y figuritas como un nacimiento. Repelé contra aquellacuriosidad anatómica, y volví los ojos á las paredes.
Estas estaban cubiertas de cuadros, ó más bien cajas con cristales suspendidas á las paredes, sobre hileras de nichos descansando en repisas ó fajas de madera, que circuyen gran parte de los salones.
Cada vez que me volvia por un lado, retiraba la vista al opuesto, herido por una impresion desagradable. Ya era un ojo reventado, ya una pierna al agusanarse, ya un seno hecho un arnero de llagas.... Brazos, huesos.... Salíme de la piececita y dirigí mis pasos á la luz de una ventana que da á la calle. Allí me ví de repente rodeado por focas y lagartos estupendos, así, estupendos, como de cuatro varas, en tan perfecta disecacion, que evitaba horrorizado su contacto, porque se me figuraba que al pasar me disparaban una tarascada.... Volvíme con disgusto, ó mejor dicho, en cierto estado de excitacion nerviosa que me tenia descontento.... Las paredes me ofrecian el espectáculo de caras humanas, pero en estado espantoso: narices en completa ruina, bocas diagonales con antros de putrefaccion.... las facciones humanas naufragando en el cáncer.... queria distraerme, y veia tambien, como figuras estrambóticas, como que saltaban de la cornisa chivos con cinco y seis piés, chicuelos de dos cabezas, carneros con dos cuerpos: lo estrambótico, lo absurdo, el desarreglo en la creacion, la embriaguez de los fenómenos animales....
Pedian auxilio en mi interior mis ojos y mis nervios, y al fin hallaron una especie de descanso con la vista de flores, de figurillas automáticas que vemos entre los muebles de salas, y chucherías que podrian llamarse de tocador.
Me fijaba en estos objetos como para que me amparasen de aquellos gestos, de aquellos ojos, de aquel cuerpo humano en dispersion desarticulada y horrenda, que me desasosegaba, que me perseguia en detall; queria como no verlos, se me figuraba que aquellas bocas me iban á morder, envenenándome la sangre.
Casi de huida, tomé la escalera; pero me cerró el paso un cadáver tan lúgubre, tan terrible.... su color verdioso, sus pómulos salientes, su boca entreabierta, sus cabellos á la frente....
Descendí, oyendo á mi espalda los pasos del muerto.
Bajé tan de prisa, que no advertí que ponia la mano en una mesilla en que funcionaba una máquina eléctrica, y sentí una conmocion espantosa....
De buena gana hubiera tomado la puerta y echado á correr; pero cierta fatalidad me contenia. Con los ojos inquietos, la piel esponjada, los cabellos hirsutos.... fuí entrando al salon, escasamente iluminado por el gas, como tengo dicho.
Aquel era unmeetingde esqueletos; un esqueleto humano deteniendo un esqueleto de caballo; á su pié una beldad perfecta coronada de flores, cuya misma hermosura produce, no sé por qué, hondo terror.... y en las repisas y en las paredes, el despilfarro del martirio, la orgía de la putrefaccion, la tortura de todas las secciones del cuerpo humano, el banquete del gusano, la huelga loca de las vísceras y los intestinos.
Los esqueletos, los cadáveres que estaban á mi rededor, las calaveras, me brindaban consuelos, como que se humanizaban conmigo.... la hermosura ultrajada por la corrupcion....
Entre los objetos del centro de la pieza habia figuras de notable perfeccion: un zuavo casi augusto de majestad y de hermosura, con una herida en el pecho, corriendo la sangre casi, palpitante la carne....
Una jóven con los ojos alzados al cielo, sufriendo al vivo una operacion quirúrgica de las más tremendas.... Agarabatado, horripilado, perdido, me acurruqué en un rincon en que habia una carnicería completa.... corazones, intestinos haciendo rúbricas.... atroces.... todo me dolia.... Me volví contra la pared.... allá, en lo más oscuro, en lugares consagrados á los más recónditos misterios de la vida humana, ¿qué piensan vdes. que ví?.... pues, señor.... eran cuadritos pequeños con figuras de cera perfectamentehechas, mejor dicho, retratos de generales, de sacerdotes, de personajes; pero de un tipo tan pronunciado de México, que me quedé absorto y pensando decirles: "¿Caballeros, qué hacen vdes. por aquí vestidos de gala, sin saber el idioma y en sitio tan inoportuno?".... Quise cerciorarme de lo que veia.... y no solo eran mexicanos, sino los padres de nuestra independencia.... Hidalgo, Morelos, Bravo, Allende.... Pero, ¡por Dios! ¿qué tienen que ver nuestros héroes con estas vísceras, y estos diafragmas, y estos borregos con dos cabezas?....
Mi compañero se habia alejado perdiéndose casi en las sombras.
Yo estaba junto á un cadáver que representaba á Washington durmiendo el dulce sueño del justo. Parecia salir de entre nubes blancas, así eran los lienzos de su lecho.... la muerte coronaba de majestad su noble frente; sus ojos se habian cerrado con dulzura, como dando un último beso á la luz.
El lugar de la pieza en que está este nicho es de los más oscuros: á poca distancia arde un pico de gas, con esa luz cárdena yrígidaque tiene cuando el aire no la agita.
No sé qué pensaba, no sé qué abismos recorria mi mente; pero fijándome en el cadáver, creí ver distintamente que como que movia los labios.... repuesto de la intempestiva impresion, dirigí mi vista á los ojos.... entónces no tuve duda.... aquellos ojos se fueron abriendo lenta, muy lentamente.... yo volví por todos lados á buscar gente.... se me figuró que mi razon queria trastornarse.... me arrimé contra el cadáver en cierto estado de desmoralizacion grande.... y ¡el cadáver cerró los párpados!......
—¡Hombre! le grité á Buzeti, ¿no le parece á vd. una profanacion estos resortes y esta diversion con los últimos momentos de Washington?
Pero nadie me oia.... Mi compañero, horrorizado, me esperaba en la puerta, donde fuí á reunírmele, queriendo que por caridad me diese una tunda de azotes el primero que pasase.
Al salir del Museo queria emprender cualquiera conversacion que disminuyera mis desagradables impresiones, y Dios me deparó á M. R***, quien con su buen humor me relacionó su vida en el hotel, apuntando yo los pormenores administrativos delHotel Windsoren que habita, y es de los de más alta nombradía en la Ciudad Imperio.
—Como sabes, me decia, elHotel de Windsorestá en la Quinta Avenida, y si no puedo afirmar que es el primero, sí es de los primeros de esta poblacion.
El propietario, continuó, tendrá millon y medio ó dos millones de pesos empleados en el hotel y su giro.
El término medio de huéspedes será el de seiscientos, teniendo escala las habitaciones, desde departamentos como palacios, hasta piezas elegantes: lo comun de una habitacion, son la sala y la alcoba, con cuarto de baño.
Se dan cuatro comidas al dia, fuera de los pedidos separados, que se llamanextrasy que se pagan aparte, siendo estosextras, generalmente hablando, más costosos que la subsistencia comun.
La cocina es un salon perfectamente aseado, con sus hornillas económicas, sin que se perciban tronchos ni grasas,con seis cocineros ó jefes y sus numerosos ayudantes. El vapor se pone al servicio de la cocina cuando es necesario.
En secciones separadas del edificio hay panadería con sus artesas, hornos y dependientes especiales: pastelería con comunicacion exterior y nevería con útiles y con aperos del más refinado gusto.
Todas las piezas y tránsitos están cruzados de tubos con llaves para el vapor, el gas y el agua.
La parte material del edificio está al cuidado de un ingeniero que vive en el hotel y acude á remediar cualquier desarreglo, fungiendo de jefe en caso de incendio.
En las noches, cuando ménos se espera y sin molestar á nadie, se ve una persona que está al tanto de todos los que entran y salen, para que en el interior del hotel haya la debida seguridad.
La nomenclatura de las secciones con sus dependientes, podria hacerse á nuestra manera, del modo siguiente:
Administrador.Segundo.Tenedor de libros.Escribiente.Jefes de los departamentos.Criados de los pisos superiores.Camaristas.Criados para el aseo.Cocina.Panadería.Pastelería.Nevería.Carpintería.Pintor.Tapicero.Criados para el despacho.Veladores.Máquinas de elevadores, etc.
LAVANDERIA.
Para formarse idea de ese solo departamento, es necesario una explicacion particular.
Ya se deja entender cuál será el trabajo y los dependientes que requiere una oficina, que tiene semejante movimiento.
Para hacer efectiva la vigilancia en las noches, cada guarda tiene un reloj al que se ha de dar cuerda precisamente cada media hora, so pena de que al menor descuido el reloj queda parado y no hay poder humano que lo haga andar. Estos relojes han producido los mejores efectos.
La renta que paga anualmente el actual arrendatario del edificio, es de ciento veinte mil pesos.
Uno de los redactores de un periódico muy acreditado en esta ciudad, hizo hace dos años un estudio especial de quince de los principales hoteles, para averiguar sus consumos.
Los hoteles que sujetó á su estudio fueron los siguientes:
Albemarle.Ashland.Brewort.Quinta Avenida.Gilsey.Gran Central.Gran Union.Hoffman.Metropolitan.New-York.San Nicolás.Sturtevant.Union Square.Winchester.Windsor.
Resultaron de sus estudios los consumos que siguen:
54,000 libras semanariamente de carne, toda de res y ternera, y cuyo peso supone la matanza de 2,000 reses.
600,000 libras pescado.
15.000,000 ostras al año.
5.000,000 de huevos.
1.500,000 libras carnes de aves.
10,000 barriles harina.
20,000 barriles papas.
150,000 libras té.
700,000 libras café.
1,500,000 medias azumbres leche.
450,000 libras mantequilla.
2,000 libras de uvas.
Se calcula que los huéspedes de los referidos hoteles hacen un gasto diario de cuarenta mil pesos, y me parece corta suma. Solo de jabon se gastan en los hoteles 24,000 libras semanarias, y se lavan 373,500 piezas de ropa.... y dejemos este diluvio de números que me está rompiendo la cabeza.