XIV

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Geo Shiels.—Apothecary Broadway 896.—Apuntaciones sobre nuestros artículos de exportacion.—Un convite.—Poesía á Jacinto Gutierrez y Coll.

Varias ocasiones, al presenciar Francisco mis horas de aburrimiento, me habia invitado para que fuese á visitar á M. Geo Shiels, boticario famoso, y cuyo despacho es punto de reunion de mexicanos y de hijos de las otras Américas.

M. Shiels es mexicano de nacimiento.

Nacido en Yucatan y radicada parte de su familia en la Isla del Cármen, conserva frecuentes relaciones con México, y es buen patriota, excelente amigo y hombre por naturaleza fino y servicial.

Su despacho, encallejonado en el extremo de un espacio en que viven en patriarcal armonía unas modistas que cultivan la flor de la elegancia, unos fotógrafos poseedores de confidencias, un almacen de guantes y tocados, y por fin, la botica, prolongado estuche dividido por un mostrador, y que tiene por respaldo el almacen de drogas.

A la entrada de la botica está el depósito monumental de la agua de Sosa, con su ejército de vasos, jarabes y su fuentecilla de plata en que por sí solos se lavan los vasos, por medio de un ingenioso mecanismo.

En el medio del mostrador está el escritorio de M. Shiels, y en el respaldo de la pieza el laboratorio con todos sus útiles.

Frente al mostrador hay sus estantes y junto á ellos sillas para las visitas, que nunca faltan.

Pero, como la mayor parte de las boticas, la de Mr. Shiels es un refugio, una guía, un ómnibus, en que se satisfacen todas las dudas y se provee á todas las necesidades.

¿Se quieren informes sobre cualquier casa, cualquier banco, cualquier establecimiento? Pues Mr. Shiels, como los otros boticarios, tiene su gran directorio, y no hay más que irlo á consultar, sin pedir licencia y sin que nadie lo tenga á mal.

Drogas, mercería, cepillos, sobres de carta, sellos, menjurjes, aceites,medicinas patentadas, todo lo vende mi amigo, todo lo sabe y á todos sirve con puntualidad de cronómetro y con calma imperturbable.

Frenton, ojos azules, roma nariz, boca recogida, ancho y bien conformado: bajo el aspecto glacial de Mr. Shiels, existe uno de los corazones más nobles que yo haya conocido jamás.

Posee Mr. Shiels cinco ó seis idiomas con extraña perfeccion, y esto contribuye á hacer numerosísima su clientela.

Las muchas visitas en nada embarazan sus trabajos; él los prosigue sin cuidarse de los que hablan ni lo que dicen, á no ser que se le interpele, en cuyo caso se encuentra siempre al hombre instruido y caballeroso.

Yo concurrí por primera vez á su botica, hojeé el Diccionario, tomé soda, compré un lápiz y escribí por vía de tarjeta los siguientes versos, que dejé sobre el mostrador:

Cuando una mosca nos picaY nos hace abolladuraEn la piel, de fé se curaLa roncha, en esta botica.——Si es desdeñosa una chica,No os abandoneis al tedio,Porque tiene un gran remedioPara el desden, la botica.——Si una suegra os mortificaComo la pulga ó la chinche,Polvos, cual dePinche,VincheTiene á mano esta botica.——Si un amor nos sacrificaNo demostremos zozobra:Con ingredientes de sobraSe quita en esta botica.——¿Le piden de sol á sol?Aquí se cura del chasco,Y se llama (á peso el frasco)Bálsamo denot at ol.——En fin, la pobre, la rica,Las santas y las coquetas,Para consultas secretasQue vengan á esta botica.Fidel.

Cuando una mosca nos picaY nos hace abolladuraEn la piel, de fé se curaLa roncha, en esta botica.——Si es desdeñosa una chica,No os abandoneis al tedio,Porque tiene un gran remedioPara el desden, la botica.——Si una suegra os mortificaComo la pulga ó la chinche,Polvos, cual dePinche,VincheTiene á mano esta botica.——Si un amor nos sacrificaNo demostremos zozobra:Con ingredientes de sobraSe quita en esta botica.——¿Le piden de sol á sol?Aquí se cura del chasco,Y se llama (á peso el frasco)Bálsamo denot at ol.——En fin, la pobre, la rica,Las santas y las coquetas,Para consultas secretasQue vengan á esta botica.Fidel.

Cuando una mosca nos picaY nos hace abolladuraEn la piel, de fé se curaLa roncha, en esta botica.——Si es desdeñosa una chica,No os abandoneis al tedio,Porque tiene un gran remedioPara el desden, la botica.——Si una suegra os mortificaComo la pulga ó la chinche,Polvos, cual dePinche,VincheTiene á mano esta botica.——Si un amor nos sacrificaNo demostremos zozobra:Con ingredientes de sobraSe quita en esta botica.——¿Le piden de sol á sol?Aquí se cura del chasco,Y se llama (á peso el frasco)Bálsamo denot at ol.——En fin, la pobre, la rica,Las santas y las coquetas,Para consultas secretasQue vengan á esta botica.Fidel.

Cuando una mosca nos pica

Y nos hace abolladura

En la piel, de fé se cura

La roncha, en esta botica.

——

Si es desdeñosa una chica,

No os abandoneis al tedio,

Porque tiene un gran remedio

Para el desden, la botica.

——

Si una suegra os mortifica

Como la pulga ó la chinche,

Polvos, cual dePinche,Vinche

Tiene á mano esta botica.

——

Si un amor nos sacrifica

No demostremos zozobra:

Con ingredientes de sobra

Se quita en esta botica.

——

¿Le piden de sol á sol?

Aquí se cura del chasco,

Y se llama (á peso el frasco)

Bálsamo denot at ol.

——

En fin, la pobre, la rica,

Las santas y las coquetas,

Para consultas secretas

Que vengan á esta botica.

Fidel.

Mr. Shiels recibió con amabilidad suma mi extravagante presentacion, y es uno de mis amigos más queridos y á quien debo más profunda gratitud en la Ciudad Imperio.

En la casa de Mr. Shiels vivia su hermano, vecino de la Isla del Cármen, que habia ido á Nueva-York á comprar un vapor, para establecer una línea de comunicacion entre Yucatan y Nueva-York, que producirá los mejores efectos.

De las conversaciones de este amigo, de las de Andrés Aznar, de las de un americano hijo de Filadelfia, casado con una linda y espiritual meridana, sacaba mis apuntaciones acerca de la exportacion de nuestro país, rectificaba mis juicios, y todo se hacia, como me gusta, mezclando á los cálculos la crónica, despolvoreando los chistes sobre los números, y soltando los libros de caja para remojar la palabra con las copas delbar-roomdel vecino Hotel Continental, guiñando de paso el ojo á la linda Galimbertti, si estaba en su ventana.

Volviendo á nuestro comercio, los artículos de exportacion para los Estados-Unidos son más numerosos de loque se cree generalmente; pero no se desarrollan, ya por falta de agentes, ya por las exíguas proporciones del cultivo, ya porque no hay constancia para vencer las primeras resistencias, que tienen en un mercado extraño los frutos extranjeros. Diré á vdes., así, al paso, y sin pretensiones, cuáles son los artículos que pudieran tener salida en este mercado:

Palo de Campeche.Henequen.Ixtle.Maderas de construccion.Vainilla.Miel de abejas.Cerdas.Cauchuc.Cueros de chivo.Zarzaparrilla.Purga de Jalapa.Café.Azúcar.Tabaco.Frutas.Amacas.Sombreros de palma.Petates.Ajos.Chitle.Cacao, etc., etc.

—Ahora van mis observaciones, dijo el negociante de Filadelfia.

El modo de raspar el henequen debilita su fuerza, aplastándolo, y le hace bajar de precio. Ahora se dice que se trata de remediar este mal. Es mucho muy reducido el número de los que negocian en henequen, y más que como corredores como comerciantes; así es que lo monopolizan, le imponen precios, y se hacen dueños de esa rica industria.

Elixtlees más resistente y flexible que el henequen; pero como la hebra es corta, no puede dedicarse á los usos del henequen, se riza y se emplea en cojines y colchones. Está tomando gran fuerza este comercio. El mejor es del Estado de Tamaulipas.

Los cultivadores de la vainilla, que es riquísimo producto, no se han fijado, en mi juicio, lo bastante, en lo que pierde secándose al fuego: secándose al sol valdria mucho más.

Se me olvidaba decir á vdes. en cuanto al palo de Campeche, que la inteligencia con los fabricantes de zarazas y estampados, le haria más estimable.

En cuanto á maderas, además de la caoba, el cedro y el moral, de que se hacen grandes ventas, se solicita una madera que vdes. llamanchechem, semejante al box: son muy estimados el ébano, el ciricote, el jovillo, y otras que no recuerdo y abundan en las costas mexicanas.

Respecto de miel, diré á vd. que la que aquí se expende viene de Tampico, y se suele vender hasta á 80 centavos el galon; pero se conoce que se descuida en México este cultivo: la miel es delgada: muchas veces llega agria. Bien cultivada, produciria mucho dinero.

Otro ramo de exportacion seria la cerda: viene ahora de Mérida, Tampico y Veracruz.

Elcauchucviene ahora, decia Shiels, de Tabasco y Veracruz y un poco de la Laguna; pero en muchos puntos de la República, como en la Huasteca, podrian emprenderse grandes explotaciones: domina ahora en el mercado elcauchucde Sur-América, compitiendo.

—Vean vdes., decia Andrés Aznar: Buenos Aires nos hace competencia con los cueros de chivo, y los nuestros valen más; pero aquellos comerciantes son más inteligentes y estudian más este mercado. Aquí, esa falta de estudio nos ha hecho insistir en la venta de la zarzaparrilla, dominándonos siempre la de Honduras. En Europa es donde tiene grande aprecio esa planta preciosa.

—Por más que encarezcamos y pongamos el grito en el cielo ensalzando nuestro café, dijo un desconocido que despues supe es un mexicano muy inteligente en estas materias, en Orleans es donde se hace el tráfico: aquí se conoce muy poco, produciria millones popularizarlo.

El café de Java, de Rio Janeiro, de Costa Rica, de Venezuela, de Puerto Príncipe y hasta de Santo Domingo, proveen á este inmenso consumo; y vd. no lo creerá: en los ensayos de introduccion del café mexicano en este mercado, el que más se conoce es el de Oaxaca (Villalta), disfrutando en México mayor concepto, Colima, Uruapam, Atlacomulco, Córdova, y otros puntos desconocidos aquí totalmente.

De más importancia, relativamente hablando, es el consumo del azúcar: la nuestra compite aquí sin esfuerzo alguno con la de Cuba; y aunque por el momento hay en Nueva-York grandes existencias, me parece un ramo de comercio de mucha espectativa. El azúcar moscabada es la que se debe enviar, porque así paga menor derecho y la aprecian más las refinadurías. El verdadero mercado de nuestra azúcar está en Europa.

Pero en todo se ve la mano de la desidia, y se hace sensible nuestro abandono. El empaque de nuestras azúcares detestable: las hace desmerecer muchísimo.

—En mi juicio, decia yo muy sério, á los cónsules se les deberia caracterizar como agentes mercantiles, haciéndolos útiles, como lo han prevenido la Francia y la Prusia, ordenándoles que suministren datos estadísticos, favoreciendo á los comerciantes é informando sobre todo lo conducente al comercio.

Los Anales de comercio de la Francia, se componen de Informes de los cónsules en una gran parte, y muchas, muchas veces, he recurrido á ellos para saber algo de mi país respecto de su comercio exterior.

En esos Informes sabriamos, por ejemplo, por qué siendo los derechos tan altos sobre el tabaco y tan inferior el de Cayohueso al nuestro, aquel tiene mayor consumo.

Apénas los Tuxtlas han logrado hacer introducciones ventajosas, cuando podrian hacer remisiones, mayores Papantla, Misantla, Coyusquihuic, el Jovo y otros muchos lugares cosecheros en que se ha mejorado mucho el cultivo.

Tal vez nos instruirian esos Informes, por qué la California, Sur-América, las Floridas, Italia, Sicilia y hasta Smirna, tienen mercado para sus frutas, y nosotros no hacemos sino muy exíguas introducciones.

Ya se ve, el simple empaque hace que se coman en Nueva-York uvas frescas de Málaga, miéntras nuestras frutas más resistentes á la corrupcion, llegan impasables y para tirarse á la basura.

—Ha hecho vd. un sacrificio, me dijo Andresito: ya sabemos que vd. se calienta bastante la cabeza y estudia en su casa, razon por la cual gusta fuera de ella de la charla insustancial y de las conversaciones que no exijan atencion; pero nosotros deseábamos saber, ahora que ha visto por acá los negocios, ¿qué inconvenientes encuentra vd. en las formalidades de nuestros aranceles mexicanos?

—Varios he notado, respondí con condescendencia; pero no estoy cierto de la exactitud de mis observaciones.

Las facturas consulares son gravosas y el certificado quevale cuatro pesos y á veces más, importa un desembolso no justificado donde tiene sueldo el cónsul.

En lo que se llama juego de facturas, que se tienen que poner marcas, números y la complicadísima nomenclatura de nuestro arancel, la factura que sirve de manifestacion al comerciante, que se haga en buena hora; ¿pero qué tiene que ver con la copia para la aduana, ni la que vaya al Ministerio de Hacienda? Si esos son documentos ó comprobantes del mecanismo de la oficina, ¿por qué no los hacen los empleados?

Por otra parte, la rigidez en la nomenclatura es motivo de extorsiones al comercio. El dia que en vez de pasas se pone fruta seca, aunque sea lo mismo, se expone al comiso el comerciante. Poner lienzos por tejidos, ó vice versa, es blasfemia aduanal, lo mismo que poner elástico por resorte.

La maicena paga derechos, y la harina de maíz que se hace de maicena es libre.

En las drogas medicinales, cada vez que se pone la mano se echa á perder más el arancel, al punto que siendo en cuanto á la cotizacion uno de los ménos tiránicos, la nomenclatura, las fórmulas y su pésima regularizacion, lo hacen odioso y brutal.

Vea vd. por encima, dije tomando el arancel mexicano y señalando al vuelo algunos artículos.

Pianos.... regulados por el peso bruto....

—Por supuesto no fué mal bruto el que incurrió en la confusion.

—Soda cáustica para jabon, paga más de lo que vale.

Clavo de especia, canela.... En fin, chicos, doblemos lahoja, que esos caballeros que están á la puerta me esperan para que vayamos á comer.

Aquellos bienhechores mios, aquellos mis redentores del arancel de aduanas, suelen llamarse Jacinto Gutierrez, Bonald y Luis F. Mantilla, que llegaban asistidos de los dos grandes elementos que se necesitan para toda comida: mucha hambre y muy buen humor.

—Chicos, á la disposicion de vdes., les dije, y salimos de la botica.

Nuestra comida fué en el Delmónico, en un saloncito de cristales aislado, con todo lo constitutivo del lujo y delconfortable, ó sea á propósito para estar cómodo y contento.

La atmósfera de la charla se fué tendiendo vaporosa y como brotando sus celajes de oro de las soperas, los platones y las copas.

Las bujías del alto candelabro irradiaban como un firmamento de llama, y las palabras eran como enjambres de aves de canto delicioso que vagaran al acaso en un verjel espléndido.

Bonald nos recitó algunas de sus deliciosas traducciones de Hein, que le han dado merecida celebridad en el mundo de las letras. Gutierrez declamó varias poesías suyas, que son como obras primorosas de filigrana; que son como esas creaciones de espuma de encaje y de niebla, escapadas del buril de Benvenuto Cellini ó del pincel soñador del delicado Corregio.

Gutierrez, puede decirse que es el hombre de la alta sociedad, parisiense: narra como Dumas, cria como Mery yforja el cuento fantástico como Hoffman y como Richtter; argulle, disputa, hace saltar la paradoja inverosímil y la sostiene en un cabello como un equilibrista prodigioso.

Las risas, las emociones de ternura, la explosion del entusiasmo nos hacian cortejo, y las horas pasaban desapercibidas y como ocultándose, para no interrumpir nuestro contento.

Cuando pidió la palabra el corazon para que Gutierrez y Bonald hablasen de su patria y de sus padres. Mantilla, que todo es bondad y ternura, pidió que brindásemos por su negrita.

Entre bromas y alusiones cariñosas, pedimos al sacerdote de la niñez, nos dijese algo de su negrita.

La negrita de Mantilla fué su nodriza, nodriza negra, de la servidumbre de su casa: no solo le alimentó á sus pechos; no solo cuidó y dirigió su primera educacion, sino que fué su guía, su amparo, su madre y el ángel custodio de sus primeros años; y Mantilla no solo venera su memoria; no solo ha levantado un monumento que guarda sus cenizas, sino que sus recuerdos son poemas de arrullos, de ternura filial, que simpatizan y dejan entrever la bondad infinita de esa alma niña consagrada á los niños.

En efecto, Mantilla es uno de los hombres más respetables que yo haya conocido: su vida es una consagracion sublime á la purificacion del hombre por medio de la instruccion; su elevadísima inteligencia no busca lauros, no aspira á honores; quiere y anhela por la instruccion, y esa faz de lo bello y lo bueno, lo absorbe y lo embebe en su objeto con fanatismo sublime.

El Japon, la China, las Américas, los lugares más salvajes resuenan con su nombre: los libros de Mantilla son la gran Cruzada de la civilizacion en todo el mundo; él es el único que ignora su mérito; es sencillo hasta la humildad, y pone su persona al servicio de los desvalidos, con placer y como si en ello recibiera favor.

Allí, á su celdita de monje, á su vivienda oscura, van estos recuerdos, recuerdos de gratitud, porque Mantilla honra cuando estrecha la mano de un hombre llamándole su amigo.

La conversacion, que solia adquirir esos matices de gravedad y conmocion, se rompia alegre al tocar en la frente de Gutierrez, y entónces, como de una cajita de chucherías y joyas, saltaban lasladies, los teatros, los paseos, las bellas artes, los poetas y las bacantes de la crónica escandalosa de la Ciudad Imperio.

Respecto de bellas artes, me hice eco de la opinion vulgar de que los americanos las descuidan, de que falta al pueblo de fogoneros y postillones el soplo divino que engendró los Rafaeles y Murillos; pero fácilmente corrigieron mis errores, con solo citarme las numerosas y bien dotadas academias de dibujo y la aplicacion de él á las artes útiles.

Yo replicaba:

—No me podrán vdes. negar que muy frecuentemente se confunde el mérito de las obras de arte; que el vulgo prefiere una muñeca medio desnuda y con pedazos de esmalte por soguillas y pulseras, á creaciones delicadas; que hay estatuas aun frente al Capitolio, que son blasfemias.

—Puede ser que en algo de lo que vd. dice tenga razon; pero es necesario para entendernos, me dijo uno de los circunstantes, que nos pongamos de acuerdo en el punto departida de la crítica. Fíjese vd., continuó, en que la práctica de la igualdad es cosa que repugna al europeo, y más al europeo bien educado; de ahí las amargas censuras á las faltas del bien parecer y de cultura á la europea. Como de esa crítica se apoderaron personas inteligentes, por otra parte poco capaces de analizar las instituciones y los elementos constitutivos de esta sociedad, cobraron boga las censuras al yankee, que enarbolaba sus piés sentándose en la espalda; del que escupe; del que forma un polvero de tenacilla con el índice y el pulgar; del que bebe con su criado, y del mozo de café que habla en unmeettingcon el desplante de Mirabeau. Lo mismo son las críticas de las bellas artes y de todo.

Pero hoy es distinto: los hijos de ricos comerciantes, capitalistas y banqueros, se educan en gran número en Europa: es muy comun en las personas de buen tono la posesion de tres y cuatro idiomas; la buena sociedad americana tiene mucho de la buena sociedad inglesa, sin su etiqueta tirante y sin las ceremonias, empalagosas á veces, del afiligranamiento frances.

Le prueba á vd, ese refinamiento, la boga de la Ristori y de actores de su mérito. La Aimée ha hecho en los Estados-Unidos una cuantiosa fortuna.

Las ediciones americanas pueden competir con las primeras del mundo, y sus delicadísimos grabados suponen artistas de primer órden.

Hay multitud de particulares que tienen galerías espléndidas en que se pueden seguir los progresos del arte moderno.

—Yo daré á vd., dijo otro de los amigos, algunas apuntaciones sobre bellas artes, y por ahora me reduciré á hacerle notar que algunos viajeros especuladores pintan al yankee, como lo hacen, por la misma razon que nos pintan á los mexicanos bailando con sombrero jarano y espuelas, y á las damas con su rebozo terciado y su cigarrillo en la boca. Si nos pintaran de una manera comun, nadie compraria sus obras.

El Sr. Gutierrez, que es muy diestro y caballeroso para hacer los honores de anfitrion, dió otro giro á la conversacion, y abriéndose nuevos horizontes, volaron á ellos como parvadas de aves regocijadas nuestros pensamientos.

Como memoria de aquel delicioso convite, dejé á Jacinto Gutierrez el siguiente recuerdo de mi gratitud:

A mí tú, inspiracion, á mí que ardienteA tu ala de relámpago confiado,Tendí en la tempestad soberbio el vuelo,Y á la region etérea remontado,Cruzando el firmamento de la gloria,Olvidé el fango del mundano suelo.Angel de inspiracion, cuando tu caudaSe agita en el espacio, se alza en olasDe ópalo y grana el esplendor del dia,Estalla el viento en himnos de esperanza,Sobre la tierra llueven flores bellasY señalan la senda que recorresCuando llega la sombra, las estrellas.Van dejando tus cantos deliciosos,Como estela de fuego en el vacío,Como el manto de púrpura esplendenteQue cuelga el sol del cielo de Occidente,Y reproduce en su cristal el rio.Y así elevado y con la frente erguida,¡Oh juventud! te estrecharé en mi seno,Miéntras retumba amenazante el truenoEn el mar tempestuoso de mi vida.Y así elevado en ráfagas de acentosQue estallan del volcan de mi ternura,Volarán, perfumándose los vientos,Con mis himnos de amor y de ventura.Aguila jóven, tú desde tu alturaHerida viste en la caduca ramaAl ave sin su sombra y sin su nido,Que en vez de canto armónico exhalabaDoloroso gemido.¿Nave ligera, el vuelo detuvisteOrlada de tus lindas banderolas,Para amparar amante al barco tristeQue se va hundiendo náufrago en las olas?Ave de dulce canto,¿Por qué dejas tus mágicos pensiles?¿Por qué del lago el delicioso encantoY su faz sosegada y cristalina,Para trinar entre la ingrata yerbaQue surge entre las grietas de la ruina?¿Por qué, poeta, al trovador errante,Al que tiene en la planta vivas llagasDe atravesar desiertos y malezas,Le ofreces esplendores,Le circuyes de amigos y ternezas,Le coronas de lauros y de flores?....¿No ves tú que los lauros y las rosasSe secan con mi llanto? ¿tú no sabesQue cuando no halla abrojos mi caminoTeme abismos mi bárbaro destino?....¿No sabes que ese vino que levantaTu copa trasparente entre sollozos,Va á pasar calcinando mi garganta?....¿Qué no conoces que si rasgo el veloCon que cubro mis ansias, como nocheVa á sepultarnos mi tremendo duelo?....Ven á mi corazon.... posa tu frenteSobre mi pecho.... invoca de tu padreEn quien adoras.... santa la memoria,Y á las altas virtudes y al renombreEntre mis brazos te ungirá la gloria.Guillermo Prieto.Nueva-York.—Julio 20 de 1877.

A mí tú, inspiracion, á mí que ardienteA tu ala de relámpago confiado,Tendí en la tempestad soberbio el vuelo,Y á la region etérea remontado,Cruzando el firmamento de la gloria,Olvidé el fango del mundano suelo.Angel de inspiracion, cuando tu caudaSe agita en el espacio, se alza en olasDe ópalo y grana el esplendor del dia,Estalla el viento en himnos de esperanza,Sobre la tierra llueven flores bellasY señalan la senda que recorresCuando llega la sombra, las estrellas.Van dejando tus cantos deliciosos,Como estela de fuego en el vacío,Como el manto de púrpura esplendenteQue cuelga el sol del cielo de Occidente,Y reproduce en su cristal el rio.Y así elevado y con la frente erguida,¡Oh juventud! te estrecharé en mi seno,Miéntras retumba amenazante el truenoEn el mar tempestuoso de mi vida.Y así elevado en ráfagas de acentosQue estallan del volcan de mi ternura,Volarán, perfumándose los vientos,Con mis himnos de amor y de ventura.Aguila jóven, tú desde tu alturaHerida viste en la caduca ramaAl ave sin su sombra y sin su nido,Que en vez de canto armónico exhalabaDoloroso gemido.¿Nave ligera, el vuelo detuvisteOrlada de tus lindas banderolas,Para amparar amante al barco tristeQue se va hundiendo náufrago en las olas?Ave de dulce canto,¿Por qué dejas tus mágicos pensiles?¿Por qué del lago el delicioso encantoY su faz sosegada y cristalina,Para trinar entre la ingrata yerbaQue surge entre las grietas de la ruina?¿Por qué, poeta, al trovador errante,Al que tiene en la planta vivas llagasDe atravesar desiertos y malezas,Le ofreces esplendores,Le circuyes de amigos y ternezas,Le coronas de lauros y de flores?....¿No ves tú que los lauros y las rosasSe secan con mi llanto? ¿tú no sabesQue cuando no halla abrojos mi caminoTeme abismos mi bárbaro destino?....¿No sabes que ese vino que levantaTu copa trasparente entre sollozos,Va á pasar calcinando mi garganta?....¿Qué no conoces que si rasgo el veloCon que cubro mis ansias, como nocheVa á sepultarnos mi tremendo duelo?....Ven á mi corazon.... posa tu frenteSobre mi pecho.... invoca de tu padreEn quien adoras.... santa la memoria,Y á las altas virtudes y al renombreEntre mis brazos te ungirá la gloria.Guillermo Prieto.Nueva-York.—Julio 20 de 1877.

A mí tú, inspiracion, á mí que ardienteA tu ala de relámpago confiado,Tendí en la tempestad soberbio el vuelo,Y á la region etérea remontado,Cruzando el firmamento de la gloria,Olvidé el fango del mundano suelo.Angel de inspiracion, cuando tu caudaSe agita en el espacio, se alza en olasDe ópalo y grana el esplendor del dia,Estalla el viento en himnos de esperanza,Sobre la tierra llueven flores bellasY señalan la senda que recorresCuando llega la sombra, las estrellas.Van dejando tus cantos deliciosos,Como estela de fuego en el vacío,Como el manto de púrpura esplendenteQue cuelga el sol del cielo de Occidente,Y reproduce en su cristal el rio.Y así elevado y con la frente erguida,¡Oh juventud! te estrecharé en mi seno,Miéntras retumba amenazante el truenoEn el mar tempestuoso de mi vida.Y así elevado en ráfagas de acentosQue estallan del volcan de mi ternura,Volarán, perfumándose los vientos,Con mis himnos de amor y de ventura.Aguila jóven, tú desde tu alturaHerida viste en la caduca ramaAl ave sin su sombra y sin su nido,Que en vez de canto armónico exhalabaDoloroso gemido.¿Nave ligera, el vuelo detuvisteOrlada de tus lindas banderolas,Para amparar amante al barco tristeQue se va hundiendo náufrago en las olas?Ave de dulce canto,¿Por qué dejas tus mágicos pensiles?¿Por qué del lago el delicioso encantoY su faz sosegada y cristalina,Para trinar entre la ingrata yerbaQue surge entre las grietas de la ruina?¿Por qué, poeta, al trovador errante,Al que tiene en la planta vivas llagasDe atravesar desiertos y malezas,Le ofreces esplendores,Le circuyes de amigos y ternezas,Le coronas de lauros y de flores?....¿No ves tú que los lauros y las rosasSe secan con mi llanto? ¿tú no sabesQue cuando no halla abrojos mi caminoTeme abismos mi bárbaro destino?....¿No sabes que ese vino que levantaTu copa trasparente entre sollozos,Va á pasar calcinando mi garganta?....¿Qué no conoces que si rasgo el veloCon que cubro mis ansias, como nocheVa á sepultarnos mi tremendo duelo?....Ven á mi corazon.... posa tu frenteSobre mi pecho.... invoca de tu padreEn quien adoras.... santa la memoria,Y á las altas virtudes y al renombreEntre mis brazos te ungirá la gloria.Guillermo Prieto.Nueva-York.—Julio 20 de 1877.

A mí tú, inspiracion, á mí que ardiente

A tu ala de relámpago confiado,

Tendí en la tempestad soberbio el vuelo,

Y á la region etérea remontado,

Cruzando el firmamento de la gloria,

Olvidé el fango del mundano suelo.

Angel de inspiracion, cuando tu cauda

Se agita en el espacio, se alza en olas

De ópalo y grana el esplendor del dia,

Estalla el viento en himnos de esperanza,

Sobre la tierra llueven flores bellas

Y señalan la senda que recorres

Cuando llega la sombra, las estrellas.

Van dejando tus cantos deliciosos,

Como estela de fuego en el vacío,

Como el manto de púrpura esplendente

Que cuelga el sol del cielo de Occidente,

Y reproduce en su cristal el rio.

Y así elevado y con la frente erguida,

¡Oh juventud! te estrecharé en mi seno,

Miéntras retumba amenazante el trueno

En el mar tempestuoso de mi vida.

Y así elevado en ráfagas de acentos

Que estallan del volcan de mi ternura,

Volarán, perfumándose los vientos,

Con mis himnos de amor y de ventura.

Aguila jóven, tú desde tu altura

Herida viste en la caduca rama

Al ave sin su sombra y sin su nido,

Que en vez de canto armónico exhalaba

Doloroso gemido.

¿Nave ligera, el vuelo detuviste

Orlada de tus lindas banderolas,

Para amparar amante al barco triste

Que se va hundiendo náufrago en las olas?

Ave de dulce canto,

¿Por qué dejas tus mágicos pensiles?

¿Por qué del lago el delicioso encanto

Y su faz sosegada y cristalina,

Para trinar entre la ingrata yerba

Que surge entre las grietas de la ruina?

¿Por qué, poeta, al trovador errante,

Al que tiene en la planta vivas llagas

De atravesar desiertos y malezas,

Le ofreces esplendores,

Le circuyes de amigos y ternezas,

Le coronas de lauros y de flores?....

¿No ves tú que los lauros y las rosas

Se secan con mi llanto? ¿tú no sabes

Que cuando no halla abrojos mi camino

Teme abismos mi bárbaro destino?....

¿No sabes que ese vino que levanta

Tu copa trasparente entre sollozos,

Va á pasar calcinando mi garganta?....

¿Qué no conoces que si rasgo el velo

Con que cubro mis ansias, como noche

Va á sepultarnos mi tremendo duelo?....

Ven á mi corazon.... posa tu frente

Sobre mi pecho.... invoca de tu padre

En quien adoras.... santa la memoria,

Y á las altas virtudes y al renombre

Entre mis brazos te ungirá la gloria.

Guillermo Prieto.

Nueva-York.—Julio 20 de 1877.


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